Raquel despertó abrazada a un cuerpo cálido, sintió una respiración agradable en su cuello y abrió los ojos lentamente. Al notar que había alguien durmiendo con ella en su cama, se sobresaltó.
– ¡AHHHHHHHH! – Gritó pegando un salto de la cama y cayendo al suelo. La chica que estaba durmiendo con ella, se desperezó lentamente, mientras se sentaba en la cama y bostezaba, pestañeó varias veces hasta que cayó en cuenta de lo que pasaba. Se tocó sus brazos, su cara y se levantó empezando a asustarse. Miró al suelo y vio sus pies, levantó su mirada viendo a Raquel levantarse y alejarse.
– ¡AHHHHHHH! – Gritó esta vez Sara – ¿Q-qué ha pasado? – preguntó buscando algo que reflejara su imagen.
– ¿Q-quién eres? – preguntó Raquel desde una esquina de su habitación.
– ¿Eh? – Dijo mientras se miraba en el reflejo de la ventana – Sara – respondió.
– Es imposible – dijo buscando la muñeca con la mirada y al no verla, empezó a detallar a la chica en su habitación. Tenía hasta el mismo vestido floral, aunque un poco corto, la chica delgada y alta tenía las mismas características de su muñeca. La miró durante un rato, mientras Sara jugaba con su vestido y daba pequeños saltos.
– Jamás había hecho esto – dijo dando brinquitos – es divertido.
– S-se llama saltar – dijo pasando el susto y empezando a darse cuenta que si se trataba de Sara.
– Es divertido – dijo – un momento – agregó parando de golpe los brincos y mirando a Raquel – soy como tú – señalándose y luego señalando a Raquel – soy humana – y corrió hasta donde estaba la otra chica – mi deseo se cumplió – finalizó emocionada.
– No puedo creer esto – dijo Raquel un poco nerviosa, poniendo una de sus manos sobre su cabeza – ¿Deseaste ser humana? – preguntó volteando a mirarla.
– Sí – afirmó – sabía que deseaba algo, pero no sabía que era y anoche cuando lo pediste...
– Espera – dijo Raquel interrumpiendo – ¿Yo te lo pedí?
– Sí – respondió segura – dijiste "ojalá fueses real" y aquí estoy – dijo acercándose a ella – soy real. La cercanía puso un poco nerviosa a Raquel, pues dio un paso hacia atrás.
– Iremos a la tienda – dijo mirando a través de la ventana, verificando el clima. Tomó a Sara por la muñeca y salieron de la casa rápidamente, no sin antes darle a Sara un poco de ropa. No puedo creer que escuchara todo lo que le decía.
– ¡Vaya! Caminar cansa un poco – dijo resoplando a mitad de camino.
–- Es que estamos caminando rápido – le respondió sonriendo.
– Mi boca... – empezó a decir Sara – está un poco extraña – mirando asustada a Raquel. Mirada que provocó ternura en la chica.
– Creo que tienes sed – le dijo – entremos aquí – tomándola de nuevo por la muñeca y llevándola a un pequeño local.
– Una botella de agua por favor – le pidió al vendedor – Aquí tienes – le dijo a Sara, quien miraba distraída a un pez nadando cerca del mostrador.
– Oye – decía dando golpecitos a la pecera – ¿Cómo haces eso amiguito? – le preguntaba.
– Sara no, deja eso – decía Raquel alejándola de la pecera – ten, bébelo, te quitará la sed – mientras le ofrecía la botella. Sara tomó la botella y la miró, luego miró a Raquel, sin saber qué hacer.
– ¿No sabes cómo tomar agua? – Resopló, ya sabiendo la respuesta – presta atención y mira cómo se hace – le dijo, notando que la chica volvía a posar su mirada en el pececito del mostrador.
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Corazón de tela
FantasySara es una muñeca, literalmente. Ha pasado su vida sin moverse en un estante. Deseosa de saber lo que es vivir al fin la compran, pero la vida de los seres humanos es más intensa y complicada de lo que ella imagina.