CAPITULO I

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NARRA L.B

Todos piensan que jugar algo nuevo le aria feliz, claro, si se trata de cosas insignificantes y no cambiarían tu vida. Puedes jugar cualquier cosa con amigos, primos, hermanos hasta con tus padres, juegos inocentes que no harían mal alguno...con tus enemigos, los juegos ya serían más complicados, ya no se le llamarían juegos, te harían y harías daño, pero eso no cambiaría tu vida o afectaría en algo tus sentimientos, se mantiene el que ya estaba "ODIO" e incluso "ENVIDIA"

En un juego que utilizas para satisfacerte y satisfacer a alguien más, puedes decir que te sientes bien, haces algo bueno, por ti y por el otro, los dos son felices, más aun cuando esa persona te puede dar el placer que nadie te ha dado, un placer que te lleva al país de las maravillas y te trae de vuelta para seguir disfrutando de aquello

-¡ah!- gime Tucker al sentir como le dan en su punto G -así- dice entre gemidos -más...rápido...-

-uhm estas tan apretado- dice entre jadeos -¿te gusta cómo te lo meto?-

-ah...si...si...me gusta, dame más-

Las penetraciones son profundas y precisas, cada penetración da justo en ese punto dulce que lo vuelve loco y le hace pedir más. Tucker siente que va a venirse y siente como su compañero le masturba para darle más placer, con ese acto su placer aumenta, siente un escalofrío en su parte baja y como eso va subiendo, justo cuando su compañero le toca una vez más en su parte G se corre en su abdomen y en el de su compañero.

Eddy siente como su pene es apretado cuando su compañero se corre, asiéndolo a él después de unas envestidas más, correrse y gruñendo en el acto. Saca su pene ya flácido y satisfecho, después de unas cuantas secciones de sexo, porque eso es, sexo. Se recuesta a lado de su acompañante después de sacarse el condón usado y botarlo a la basura.

Tucker ya con su respiración nivelada, se levanta y toma sus cosas -usare tu baño- le informa para luego hacer lo dicho

Eddy no dice nada, se mantiene acostado nivelando su respiración y pensando en lo mucho que le gusta hacer ese tipo de cosas con el oji-menta y llegar al orgasmo una y otra vez e incluso hacer lo que quiera con ese cuerpo que lo trae loco junto con sus gemidos

Ya han pasado varios meses desde que iniciaron con ese jueguecito y pensándolo bien, la han pasado EXCELENTE, no han tenido que pasar por eso que les llaman celos ya que no son pareja y pueden salir con otras personas.

-¿te vas?- 

-sí, ya no tengo nada más que hacer aquí ¿o sí?-

- emm quien sabe...tal vez podríamos tener otra ronda más- masajea su virilidad desnuda sabiendo que el chocolatito le está viendo

Tucker se muerde el labio inferir -se oye tentador- suspira -pero no, sabes que mañana tenemos que, bueno tengo no sé tú, que ir al terminar a despedirme y acompañar a Danny...ya sabes que Jazz se va mañana-

-oh cierto- se levanta -yo también iré, gracias por recordármelo- le da un corto beso en los labios

-idiota-

-el idiota que te hace gemir y pedir más- Se burla

-...- no dice nada, sabe que es la verdad pero - quien sabe, tal vez lo hago por costumbre- no se dejaría vencer 

Sale después de decir aquel comentario sabiendo que el insultado iba a protestar, sabe que le dio a su orgullo y que en su próximo encuentro su trasero sufriría la consecuencia

Tucker llega a su casa, sube directo a su cuarto, se tira en su cama agotado, no quiso quedarse en la casa del moreno ni un minuto más, después de todo, ellos no se soportan y en la única ocasión que puedan quedar de acuerdo es en la cama

No Es AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora