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Entrar a una galería de arte para ver cuadros con triángulos de colores estúpidamente sobrevalorados no era algo que le gustaba hacer a Daehyun exactamente. Ver como su madre gastaba una cantidad exuberante de la fortuna de su padre en ello tampoco era algo que le gustaba apreciar. Sentía que el pequeño hijo de su hermana podía hacerlo mucho mejor y prácticamente gratis. Pero claro, ir a decirle algo así a su testaruda progenitora solo iba a hacer que se ganara un golpe en la nuca y aún aterrador "en la casa hablamos" escondido tras una sonrisa que pretendía ser dulce ante los ojos de los desconocidos.

—Mamá, por favor... —Gimió el moreno, tratando de alejar las manos de su madre de su cabello—. Estoy bien, mamá, ya déjalo...

—Jung Daehyun. —Amenazó la mujer, pasando a arreglar la pajarita de su hijo torcida—. Compórtate, ya estás mayorcito.

—Mamá... Te ruego de nuevo que volvamos, no habrá nada interesante ahí dentro. —Volvió a intentarlo, ganándose una mirada fulminante. Esa misma mirada que hacía que un nudo se formara en su garganta desde que era un niño.

—Apreciarás el arte y dejarás de ser un inculto quieras o no, Daehyun. —Habló entre dientes, señalando al joven con un dedo—. Puede que ya seas un hombre hecho y derecho, pero aún soy tu madre y te daré unas nalgadas de ser necesario ¿entendiste?

Daehyun bufó pero asintió ante la advertencia, teniendo muy presente que aquella mujer era capaz de cumplir sus palabras. Incluso se atrevía a decir que era capaz de grabarlo y subirlo a YouTube solo para humillarlo.

Debía evitarlo a toda costa.

Salió del auto y lo rodeó para abrir la puerta del copiloto. Tendió la mano para que su madre bajara tranquilamente y tiró las llaves al chico del Valet Parking, que se le quedó mirando como si nunca hubiera visto al CEO de una de las empresas más importantes de Corea en persona.

Bueno, quizá nunca lo había hecho. Pero aún existían las revistas ¿no?

Caminó con la mujer colgada de su brazo, sonriendo a las personas conocidas y a algunos paparazzi que había por ahí. No iban por ellos precisamente, sino porque se filtró en internet que uno de los idols de moda había asistido al evento.

A Daehyun no podía importarle menos.

Entrar a la galería fue sencillo, ahora lo difícil era fingir una cara de "sí, sé lo que veo y estoy reflexionando al respecto" y tratar de que nadie lo viera bostezar cuando estuviera muy aburrido o metido en conversaciones donde los comensales no paraban de hablar sobre el sentido absurdo que encontraron a una de esas pinturas con miles de ojos sin orden que vio en la entrada.

Su madre dijo que expresaba a la comunidad en un estado de curiosidad y en busca de información que pudieran criticar con la mirada, ignorando que tenían más cualidades como la audición.

Daehyun solo pensó que era perturbador y que si su madre compraba esa pintura no podría dormir pensando que un montón de ojos lo seguirían cuando visitara a sus padres.

—Ésta pintura es horrible —Hablaron a sus espaldas mientras observaba una pintura de... Bueno, Daehyun no sabía qué rayos era lo que estaba viendo—. No entiendo nada en ella, parece vacía.

—Yo nunca entiendo nada —Estuvo de acuerdo, volviendo por primera vez la mirada al dueño de la voz mientras llevaba las manos a los bolsillos de su pantalón—. No soy un apasionado del arte, lamentablemente...

—Yo tampoco. —El extraño sonrió amablemente.

—Jung Daehyun. —Se presentó el moreno, extendiendo la mano al hombre que parecía comprender su poca afición al arte.

Sucio [DaeJae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora