Cuida tu genio.

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Hola gente he regresado, a pesar de qye no tenga muchas visitas seguire actualizando.
Como todos saben ninguno de los personajes me pertenece, si fuese asi el otayuri ya seria cannon.
Sin mas que decir.
A leer.

7u7

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CAPITULO 2:

Yuri a pesar de ser un busca pleitos, no tenía el valor para hacer muchas cosas, como por ejemplo entregar el montón de cartas que poseía acumuladas en una caja; En esos momentos se encontraba escribiendo la cata no.24.

-Agh, esto no sirve.- estrujo la hoja de papel hasta convertirla en una bola y la lanzo al bote de basura, se dejó caer en su cama mientras miraba el techo, ¡demonios! Parecía una tonta colegiada escribiendo cartitas de amor, de verdad era patético que él, el temible tigre ruso se encontrara haciendo ese tipo de cursilerías, pero ahí se encontraba tirado en su cama con un enorme dilema emocional, se dio un enorme facepalm ¿Qué diablos se suponía que tenía que hacer? Cada día estaba más loco por Otabek, por una vez en su vida estaba agradecido de que JJ fuera un entrometido de primera, ya que gracias a él conocía el nombre de aquel que lo traía por las nubes.

Cada que salía para ir a la escuela se lo encontraba en la planta baja, otras veces lo vio conduciendo una lujosa motocicleta negra y en cada una de esas ocasiones el volteaba a verlo, le saludaba dedicándole una hermosa sonrisa, cada que lo hacía sentía que sus piernas le fallaban y su cara se ponía roja.

Eso era lo único que alegraba sus mañanas, había ocasiones en donde no le veía para nada y el no verle lo ponía como un gato endemoniado, en esos días iba a escuelas vecinas solo para meterse en varias peleas y así poder sacar su mal humor.

Claro que no faltaba el típico sermón que siempre le daba el director Yakov y la tutora Lilia sobre su mal comportamiento.

Dio un suspiro y se levantó de su cama, tomo los cigarrillos de la mesa para luego salir al balcón, desde ahí podía ver la ciudad y parte de las colinas, era una vista realmente agradable, tomo su encendedor y prendió el cigarro dándole dos bocanadas, se sintió más relajado cuando dejo salir el humo, luego puso el cigarrillo en su boca mientras seguía viendo el horizonte, las únicas ventajas de pelearse con esos vagos era que podía robarles sus cigarros y sacar su estrés, si su abuelo se llegase a enterar de que fumaba seguro y le metía unos buenos palazos.

Luego de un rato por puro instinto dirigió su mirada hacia al balcón de Otabek solo para encontrarlo sentado leyendo un libro mientras tomaba una taza de lo que parecia ser té, se veía tan concentrado en su lectura que no noto su presencia, lo observo detalladamente, aquella piel tostada que brillaba por el sol, su cabello negro peinado hacia atrás, sus musculosos brazos que se notaban por la playera de tirantes que llevaba puesta, diablos el hombre estaba para comerse.

Al sentirse observado el mayor volteo a verle, yuri se quedó petrificado tanto que seguro su cigarro se le caería de la boca, el moreno le miro y echo una pequeña risa, fue cuando yuri vio las fachas en las que se encontraba solo llevaba un short con estampado de tigre y una camiseta negra con un león impreso, avergonzado y totalmente rojo entro a su departamento.

Luego de aquel incidente yuri cada que salía al balcón vestia lo más decente posible por si algún día se lo volviese a encontrar, pero desgraciadamente no lo había visto últimamente por ningún lado y eso provocaba que tuviese su mal genio al mil.

El chico del apartamento 512Donde viven las historias. Descúbrelo ahora