Día 3: Buscando una nueva vocación

5 0 0
                                    

David hoy ha insistido en traerme al trabajo.

Esta noche es fría y oscura, perfecta para comprobar si estoy o no echa para esto.

Acaba de llamar un hombre, me ha dado sus datos, aunque sinceramente, lo único que me preocupa de ellos es donde vive: Avenida Nueva Número 23. Ahí voy pequeño, veamos que falta.

Me subo a mi querida moto de carretera junto con ropa para cambiarme por si se llena de sangre. Conmigo para cuando entre traigo una peluca color vino, una mascarilla con un dibujo de una boca sonriente, unas gafas de pasta cuadradas, un traje negro de un material muy elástico y ajustado y unas botas planas muy flexibles perfectas para trepar o correr en caso de que fuera necesario, me pongo los guantes de látex y me dispongo a entrar.

Trepo por la cañería hasta la ventana más cercana, entro por ella y ahí dentro está mi objetivo, subo las escaleras, hay una puerta, miro, hay una niña pequeña durmiendo, ella no es a quien busco, subiré, en la siguiente puerta, el aseo, sólo queda una, ahí está, un hombre mayor, con poco pelo canoso, prácticamente calvo y gordo, desde mi perspectiva no se aprecia pero no parece muy alto. En fin, tendré que hacer lo que he venido a hacer. Saco una horquilla metálica que David me regaló, alzo el brazo para lanzarlo con saña directo a su cuello, justo antes de bajar, alguien enciende la luz, –Abuelo ¿Estas despierto?- dijo con voz somnolienta una niña de pelo castaño abrazada a un oso de peluche blanco mientras se frotaba los ojos; era la niña que dormía en la primera habitación que entré; puse mi dedo índice de la mano izquierda sobre mi boca en signo de silencio hacia la niña, inocente preguntó: -¿Qué pasa? ¿Abuelo?- El hombre empezó a llorar y rogar: -Por favor, no le hagas daño a mi nieta, por favor, te daré lo que pidas, pero por favor no nos hagas daño...- Sólo decía cosas así todo el tiempo mientras lloraba y rogaba por su vida y la de aquella niña que parecía no entender lo que ocurría. No pude matarle, no tuve valor de dejar a una niña sola. Me fui por donde había venido.

Al día siguiente llamó para cancelar su cita.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 17, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Diario de una Doctora Asesina - Muerte Asistida = EutanasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora