Crónicas de un joven "Hipersexual" ANTECEDENTES

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Creó que antes de empezar con mis historias me presentare:

Me llamo Jack, vivo en un hotel desde los 10 años pero lo visitaba ya con mucha frecuencia desde los 4 años, accidentalmente vi a una pareja teniendo sexo a los 4 años mientras jugaba en el hotel, me masturbe por primera vez a los 11 (aunque aún no eyaculaba), ahora tengo 20 años y me llaman mucho la atención varias filias como son la urofilia, necrofilia, zoofilia, etc.

Ok empecemos:

Empezaré a contarles mi historia desde que tenía 4 años de edad, mi padre estaba desempleado y sin intenciones de buscar trabajo por lo que mi madre tuvo que buscar un trabajo que le dejara tiempo para hacer las tareas de la casa y estar un poco conmigo. Un día mi padre llegó a casa diciendo que había conseguido un trabajo para ella, que no estaba muy lejos y qué no era tan mal pagado.

- Pero de qué es? Que necesitó llevar de papeles?...

- No te preocupes hable con el dueño y me dijo que podías empezar mañana mismo, y que si no tienes inconvenientes te puedes quedar con el turno de la tarde.

- Pero como le vamos a hacer con el niño.

- Pues ya que, yo lo cuido mientras llegas, pero tienes que dejar la comida hecha.

El trabajo era de Recamarera en un Hotel de paso, el horario de
3 Pm a 10 Pm.

Al día siguiente mi madre fue por mí al jardín de niños a las 12 de la tarde, llegamos a casa y se recostó a ver conmigo la televisión lo cual me gustaba mucho!, veíamos juntos "Gokú" como decía mi mamí, pero ya tenía preparada la comida y arreglada la casa, todo listo para ir a su nuevo trabajo.

Con el paso de las semanas ella estaba más cansada y ya no tenía tiempo ni ganas de ver la televisión conmigo, estaba de malas y muy irritable, después de pasar por mí al kínder, se dormía un rato y después se iba a trabajar.

Mi padre y yo siempre acompañábamos a mamá a esperar el camión que la llevaba a su trabajo y cuando llegábamos a casa la mayoría de las veces él se tumbaba en la cama a dormir. Vivíamos en casa de una señora llamada Carmela, quien era ya muy vieja y muy amable, solo tenía dos apartamentos en renta y el otro estaba ocupado por una madre soltera llamada Paulina y su Hija Lorena quien tenía dos año más que yo. El baño era compartido y el techo era de láminas, solo contábamos con 2 cuartos, la cocina-comedor y la sala-recamara.

Mi padre pasaba mucho tiempo dormido o salía con sus amigos y me dejaba solo, yo aprendí a calentarme y servirme de comer (tal vez sea algo sencillo pero a los 4 años es difícil prender la estufa y recuerden que entonces no existían las estufas con encendido eléctrico). Un día mi padre se encontraba dormido en casa, yo ya tenía mucha hambre, lo desperté y le dije que si me podía dar de comer, el respondió que me sirviera yo solo y se volvió a dormir, fui a la cocina y ya no había cerillos, solo encontré una veladora encendida (de las que tenían envoltura de papel), tome una servilleta y la encendí con la veladora y después encendí la estufa, me puse a calentar mis tortillas y cuando me di la vuelta la veladora estaba envuelta en una gran llama que comenzaba a quemar el mantel de la mesa, yo empecé a gritar del miedo por lo que padre corrió, apago el fuego y se río un poco de mí, después de burlarse un rato de mí salió a la tienda. Al día siguiente le conté a mi mamá el accidente que había tenido en la cocina, se enojó mucho con mi padre, discutieron y ella decidió que era mejor que la acompañara al trabajo, pero algunos días no me podía llevar porque tenia mucho trabajo o no la dejaban, entonces acordó con mi padre que me llevaría al trabajo algunas veces para que el pudiera descansar (no sé de qué, si no hacía nada), pero que cuando me quedara en casa me cuidara bien.

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