crónicas de un joven "Hipersexual" ANTECEDENTES

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Me pare de la cama y mientras tomaba el frasco de plástico de sus manos le pregunte su nombre,  me contesto que se llamaba Yasmin, se puso cómoda y cerró los ojos, me senté en su trasero y presione el envase de aceite, para que saliera solo un poco, era un  aceite café, con aroma a fresas con chocolate,  el olor era muy agradable, muy dulce y muy penetrante,  frote las palmas de mis manos para que el aceite se distribuyera sobre ellas y las puse sobre su espalda, al hacer eso, ella emitió un gemido,  acomodo sus brazos, puso una mano encima de la otra y apoyo su mejilla en la mano superior, tenía los ojos cerrados y una sonrisa muy grande;  yo había visto un par de veces como mi mamá le daba masaje a mi papá  cuando llegaba de trabajar, no ponía mucha atención, pero empecé a hacer  lo que recordaba,  frote toda su espalda para llenarla de aceite, después con mis dedos pulgares  me puse a formar círculos en la parte superior de su espalda (sobre su trapecio), cada vez  aplicaba un poco más de precion, al hacer esto, ella se movía un poco y a veces dejaba salir pequeños  gritos ahogados o suspiros,  cuando sentí  cecas mis manos, deje caer un chorro de aceite a lo largo de su columna  y  con mis manos lo unte sobre toda su espalda, mientras  la acariciaba suavemente, después junte mis manos apoyando una sobre la otra y recargaba mi peso sobre su columna vertebral, empezando desde la parte superior hasta llegar a donde comenzaban sus nalgas;  recordaba que mi mamá lo hacía para que le tronaran los huesos a mi papá, después seguí acariciando su espalda por un rato más, cada vez lo hacía con más delicadeza, cuando llegue a sus nalgas nuevamente, me detuve un momento y muy despacio puse una de mis manos en su nalga,  no hubo respuesta por su parte, por lo que coloque la otra mano en la otra nalga y las comencé a acariciar, me quede acariciando sus nalgas y ella no se movía,  entonces le quite el hilo dental, lo guarde en mi pantalón y me acerque a su cara para ver si seguía dormida, su aliento apestaba a alcohol, lo podía percibir mucho porqué  tenía la boca un poco abierta, tome otro poco de aceite y lo frote solo sobre sus nalgas haciendo círculos,  ese movimiento de círculos hizo que le descubriera de entre sus nalgas sus labios vaginales,  eran de color rosa,  me daba mucha curiosidad esa zona, abrí un poco más sus nalgas y quedo completamente expuesto su ano y su vagina, metí  uno de mis dedos en su  vagina y sentí muy caliente, después me pare de la cama, me quite mi pantalón y mi ropa interior y me senté en sus nalgas nuevamente,  con ayuda de mis manos puse mi pene entre sus nalgas y empecé a moverme un poco, pero eso no me agrado mucho, entonces me pare y como vi su boca abierta puse mi miembro muy cerca de ella, al  sentir  su cálido aliento, note  una sensación de cosquilleo y ganas de orinar, tome mi peno con los dedos (aún no  sufría  erecciones),   lo rose un par de veces sobre sus labios  y después lo metí en su boca; nunca  olvidare esa sensación, sentí  algo sumamente placentero, esa mezcla de calor y humedad me fascinó, cuando mi pene toco su lengua, no pude controlarme y me salió un chorro de orina,  me espante y apreté muy  fuerte entre mi mano mi pene para que no siguiera saliendo la orina y corrí al baño a terminar, sentí  muchas cosquillas mientras orinaba e incluso un poco de dolor, era una sensación de desesperación, no podía parar de orina aunque lo quería,  al salir el chorro sentía muchas cosquillas, tantas que llegaban a lastimarme y hacían que se doblaran mis rodillas, cuando termine de orinar salí del baño,  Yasmin solo había movido un poco la cabeza en forma negativa mientras susurraba que no, pero seguía dormida, me puse a su lado y empecé a ponerme mi ropa, pero antes de subirla por completo, tome mi pene entre mis dedos y lo sacudí dándole unos pequeños  golpes en la boca, termine de vestirme y saque el hilo dental de mi bolsa, lo hice bolita y lo intente meter en su vagina,  quería que oliera a ella, pero al empezar a meterlo, ella se quejó y dijo:  -No! Déjame pendejo.  Asustado brinque hacia tras, pero ella seguía con los ojos cerrados,  espere un poco y luego con mi dedo empuje mas adentro el hilo dental, mientras con la otra mano abría sus nalgas, ella soltó un quejido más fuerte y comenzó a llorar diciendo en voz muy baja: -Ya,  por favor, déjame, me lastimas, me duele…

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