Conociéndote

Verde Limón

Fajando su camisa, acomodando su corbata y limpiando sus zapatos, estaba él, seguramente esperando a su amado/a, a su amiga/o, a su madre.

Se metía los dedos a la boca, y después los sacaba, se deshacía el nudo de la corbata, para después volverlo a formar; estaba impaciente, tal vez un poco inseguro, en distintas ocasiones voltea a todos lados para buscarla o buscarlo, dos veces estuvo a punto de darse cuenta de que lo miraba, pero más eran sus nervios que me pasó desapercibida rápidamente.

Sacó una cajita verde limón de su bolsillo, la abrió y en su interior se encontraba al parecer una cadena con un dije, la cerró apresuradamente con miedo a que fuera a salir volando aquel dije y volvió a guardar en su bolsillo la cajita.

Checo su reloj, y miraba al cielo, buscando la respuesta - ¿Vendrá?
Pensé que podría ser la pregunta que se planteaba.

Cuando terminé mi helado, decidí irme, pagué por el producto consumido y decidí volver a ver al chico.

Vi como levantaba la mano algo temeroso, y alguien le respondía al otro lado del parque de la misma manera.
Ambos jóvenes se juntaron, y el chico de la cajita verde limón, apresurado, sacó su obsequio y se la entrego a ese joven cinco centímetros más alto que él.

Abrió la caja y sin decir nada, lo besó.

Quite el seguro de mi bicicleta y pase a lado de ellos.

-Te amo.
Alcancé a escuchar.

Aveces un beso dice más que mil palabras.

Adiós.

(Parque Solidaridad, Cuernavaca - Morelos)