Capítulo 32

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'' Ella era mi profesora de matemáticas en la preparatoria ''

 

—No estoy aquí para arruinar tu diversión, Jus. Sólo vengo por lo que es mío — explicó ella, inclinándose contra el escritorio.

—No te debo nada. —Su voz fue baja y fría y mandó escalofríos por mi columna.

—Lo siento. ¿Dijo usted que era su esposa? —pregunté, las náuseas se incrementaban.

—Ex esposa —corrigió el Sr. Bieber. Él era sólo unos cuantos años mayor que yo y no podía envolver mi cabeza en todo esto. Abby miró de regreso a Justin y la tensión en el aire era palpable. No podía imaginármelo con una mujer como ella.

Seguro, era hermosa pero también era fuerte y demandante, no era algo con lo que pudiera a él verlo sobrepuesto. Todo empezó a encajar en su lugar en mi cabeza. Abby era la razón por la que el Sr. Bieber era… de la manera que era. Esta mujer había hecho algo feroz a este hombre para haberlo convertido en el hombre controlador que era conmigo.

—¿Realmente quieres que tu pequeño secreto salga a la luz? —Sus ojos bailaron entre nosotros—. Imagina lo que los otros profesores dirían. Imagina… lo que tu padre diría. —El cuerpo de él se tensó y supe que ella le había golpeado un punto débil.

—¿Es esto lo que quieres? —pregunté valientemente cuando el Sr. Bieber no respondió a sus amenazas. Ella me sonrió educadamente.

—Sabes lo que quiero, pero dado que no va a pasar, un par de millones podrían cubrirlo. ¿No lo crees, Jus? —Sus ojos bailaron de regreso a Justin, una sonrisa amplia cruzó el rostro de Abby.

—¿De dónde demonios va sacar así el dinero? —pregunté, mis ojos se ampliaron.

—Bien —él me cortó, mirándola con ojos entrecerrados. Sentí que estaba en la dimensión desconocida. Nada tenía sentido. El Sr. Bieber se acercó más a Abby y ella enderezó su espalda—. Luego, te vas de una buena maldita vez de mi vida. Y nunca más quiero verte. —Los labios de ella se presionaron en una línea dura y yo podía decir que él la había herido, pero ella estaba intentando desesperadamente no mostrarlo.

—Tienes mi número —contestó, guiñándole mientras se presionaba entre nosotros y dejaba el salón. Se sentía como si todo el aire se fuera con ella y me incliné contra el escritorio intentando averiguar qué demonios había pasado. El Sr. Bieber me miró, acercándose, pero levanté mi mano.

—No —escupí y él se detuvo bruscamente.

—Fue hace mucho tiempo —explicó.

—¿Qué tanto? Acabas de salir de la universidad y ella… ¿qué edad tiene ella? —Mi estómago se convirtió en un nudo.

—Ella era mi profesora de matemáticas en la preparatoria —confesó. Sentí como si alguien me golpeara.

—Y tú… ¿te casaste con ella? —le pregunté, tratando de que las cosas tuvieran sentido. Él se acercó.

—La amaba. —Apenas fue audible. Esa confesión me aplastó. Tanto como quería saber de él, nunca anticipé que sería así. Necesitaba aire fresco. Necesitaba alejarme de este lugar. Me alejé del escritorio, empujada por él. Su mano apretó mi brazo, impidiendo que me fuera.

—Necesito salir de aquí. —Las lágrimas en mis ojos amenazaban con caer en cualquier momento.

—Iré contigo. —Él no me pedía permiso. Sabía que si quería que esto tuviera sentido necesitábamos acabar esta conversación. Asentí y él agarró sus cosas del escritorio. Mientras iba al estacionamiento pude ver al Sr. Bieber en su auto, mirándome. Entré en mi auto, tomé una respiración profunda antes de salir a la calle principal. Miré por el parabrisas, tratando de evitar su reflejo en mi espejo retrovisor. Mi cabeza nadaba con toda la nueva información que había recibido de Abby. Después de la confesión que me hizo Justin esta mañana de que quería estar conmigo, no creía que fuera posible estrellarse después de un momento de felicidad.

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Señor Bieber [Justin Bieber y tu] HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora