~Saint Seiya Yaoi~ One Shots

Gladiolus - Dégel x Albafica

Que estaba revisando mis escritos y se me olvidó publicar este que le prometí a NefertariRocha xD
Lo basé en una canción que me gusta :v no sé si también le parezca bonita pero me recuerda mucho a ellos... No sé por que... :v
Bueno xD Espero que te guste :3

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La noche era muy agradable. Once de los templos zodiacales estaban en completa paz, el último restante estaba en un pleito con sus pareja.

-¡No creas que te voy a perdonar esta vez! -dijo enojado el guardian de la doceava casa del santuario-

-Te juro que no estaba conciente de lo que hacía -Manigoldo estaba tratando de acercarce a Albáfica-

-¡Ahora esa es la excusa! -Lo amenazó con una rosa-

-Es la verdad -se puso en guardia- Si no me crees, preguntale a Kardia

-Con que ambos fueron -

-Te informaron mal -

- Te pido por favor que te retires si no quieres ser víctima de mis rosas -le dio la espalda- no voy a soportar otra vez más las aventuras que tienes con las personas del pueblo.

-Esta última oportunidad y...

-Vete -

El caballero de Cáncer optó por retirarse, no sin antes acercarse a su amado y besarlo. Tomó la delicada figura de su compañero y lo trató de tomar con fuerza pero no contó con que esta vez si lo atacara.

Cayó al suelo cubriendose la herida y viendo como el peliceleste se marchaba sin un ápice de interés en él.

Manigoldo no se iba a quedar así, por lo que llamó a sus compañeros con su cosmo. Sabía que era de cobardes pedir ayuda y podría arreglarselas solo pero le convenía esta vez...

El primero en llegar fué Kardia que cuando vió a Manigoldo comenzó a reir.

-Ya se lo... -sin acabar de decir, se acercó a su amigo-

-Raccionó mal -se levantó- ¿Tú ya?

-No -sonrió-

-Eres un cobarde

-Que no se lo diga no significa que lo sea. Aparte tú eres el cobarde por llamarnos hasta acá.

-Yo sé lo que haré -se dirigió con trabajo hacia la cámara del Patriarca-

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Ya todos estaban reunidos, incluyendo a Albáfica quien se mostraba a un molesto.
El Patriarca pidió explicaciones.

-Piscis, ya sabes que no tienes que herir así a tus compañeros y menos por una cosa insignificante

-... -

-Necesito más explicaciones -suspiró- o tu castigo será más tiempo.

-Su ilustrísima, supongo que Kardia podrá explicarlo. Manigoldo menciono que él estaba presente.

La temperatura comenzó a bajar y todos sabían que Dégel aunque no lo dijera, sentía ahora lo que Albáfica.

-Si estuve ahí, pero no quiere decir que yo estuve haciendo las mismas cosas que él -habló Kardia.

-Exacto -Manigoldo formó una sonrisa- El lo hizo con una niña-

Esto fue lo que sacó al Acuariano de sus casillas.

Ahora estaba convirtiendo el suelo y las paredes en hielo dirigiendose hasta Kardia que ahora no se podía mover.

-¡BASTA! -Ordenó el patriarca al peliverde pero este no hizo caso-