Abigail

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21/7/2018

Solo se despertó, sobresaltada, asustada. Tenía 14 años, era joven, pelo castaño claro, flaca, bajita y con ojos claros. Se llamaba Abigail. Se encontraba en una espaciosa cueva a las afueras de Cáceres. Miró a su alrededor, no veía ni recordaba nada. Comenzó a andar para encontrar la salida, pero todo estaba oscuro. Andaba y andaba, notaba su cabeza herida. Cuando ya no quería seguir andando ya que estaba cansada vio de repente una pequeña luz a lo lejos. Pensó que estaba tansolo a unos metros de la salida, y corrió hacia ella. Corría con miedo, inseguridad, ya que tenía miedo de tropezarse o chocarse con algo. A medida que se acercaba, se iba dando cuenta que aquel destello iba adquiriendo un color rojizo. Se acercaba y cuando llegó a ella, se decepcionó por que tan solo había una antorcha caída en el suelo. Agarró la antorcha, en parte se alegraba por que ya tenía algo de luz. Se giró para intentar seguir andando cuando vio a una persona.-¡Abi!- Gritó. Abigail se echó hacia atras por el susto que se llevó. La persona que gritó su nombre comenzó a saltar y llorar de alegría.-Has estado mucho tiempo dormida, por momentos delirabas. ¿Me recuerdas? Soy Ale, tu amiga. Abiguail dudaba si fiarse de ella, pero si sabía su nombre y estaba tan contenta, decidió fiarse.-¿Ale? ¿Qué ha pasado?- Sigueme... Y lo verás- Contestó Ale. Agarró la mano de Abigail y la condujo por la cueva. De repente, se volvió a ver una luz, solo que esta vez era más grande y brillante, solo que no perdía ese tono rojizo. Se trataba de la salida, se acercaron y desde ahí vieron lo que era una Cáceres totalmente desteuida y en llamas.-Tus padres nos llevaron aquí. Y luego se fueron, junto a tu hermana.-Dijo entristecida Ale.-Eso es lo único que sé, tampoco se de mis padres, tú te desmayaste, o no se que fue, pero por poco no lo cuentas.-Prosiguió.-No recuerdo nada de mi familia, sólo se que tengo 14 años y que aunque no sepa muy bien quien eres, vamos a tener que trabajar para salvar nuestro cuello.-Dijo Abi mirando a Ale. Pasaron los días, semanas, meses y lo que era una cueva, se convirtió en un hogar para las dos muchachas, y lo que parecian ser dos simples conocidas, o por lo menos para Abi, pasaron a formar una gran amistad entre sí.

13/3/2021

Ninguna sabía cómo, pero habían conseguido sobrevivir durante nueve meses, solo dos pequeñas muchachas, en una cueva, sin apenas recursos.
Una madrugada, Abi se despertó debido al frío, pero se dio cuenta de que no era la única despierta, Ale también lo estaba. Llevaba todo una caja de provisiones en la mano y se dirigía a una parte de la cueva en la que supuestamente Abi tenía entrar. "¡Se la quiere comer todo ella sola!" Pensó Abi. Sin pensarselo dos veces se levantó, sacudió su cabeza para intentar despertarse y se dirigió corriendo molesta hacia su amiga Ale."¿Si lleva haciendo eso durante mucho tiempo?" Siguió pensando mientras corría. Sara al darse cuenta de que estaba Abigaio despierta y corriendo hacia ella le mandó que se detuviera, pero Abi no hizo caso, entonces comenzó a correr hacia aquella parte de la cueva. Abi era más rápida, y se abalanzó sobre ella tirandola al suelo junto toda la comida que llebaba encima.-¿¡Donde te pensabas que ibas con toda esa comida?! ¿¡Te la ibas a comer sin mi?!-Dijo Abi furiosa mientras agarraba toda la comida.-Abi, no es lo que parece, por favor dame la comida. Por favor.-Contestó Ale preocupada.-Luego te lo explicaré todo, te lo prometo, pero es muy peligroso. Dame la comida.-Prosiguió aún más preocupada.-¿Peligroso, qué es peligroso?-Preguntó Abi ahora preocupada ella.-No te lo puedo explicar ahora, tengo prisa con la...-Iba a contestar Ale cuando fue interrumpida por unos ruidos de personas.-¿Hay alguien más aquí?-Preguntó Abigail de nuevo. Pero Ale estaba tan sorprendida por la interrupción que no contestó.-Ya están aqui... Los Sinalma-Informó Ale-Cada mes debo darles una ofrenda... Comida. Cualquier cosa, eso es lo que le iba a dar ahora mismo... Te dije que era importante.-Siguió diciendo Ale. Los sinalma eran personas que fueron expuestos a la radiación tras la explosión. La piel casi se les caía, adquirió un tono grisáceo, y no tenían pupilas en sus ojos. Se desconocía si seguían teniendo consciencia.-Lo siento, ahora que hacemos, la comida se a desparramado por el suelo.-Dijo Abi.-Dale lo que tengas en la mano-Mandó ha hacer Ale a Abi. Esta tiró la comida a los pies de los sinalma. Un silencio hubo durante unos cuantos minutos cuando varios de los quince o veinte sinalmas comenzaron a comer lo que las dos jovencitas les habían ofrecido. Cuando acabaron, miraron con enfado a las dos.-No es suficiente...-Temió Ale.-¡Corre!-Dijo mientras agarraba a Abi del brazo y comenzaba a huir. Los sinalma al ver eso las siguieron corriendo. Las muchachas iban con desventaja, eran más lentas. Corrían y corrían, por toda la cueva, sin casi poder ver. Abi recordó que tenían unas armas escondidas por la parte central de la cueva.-¡Sigueme!-Gritó. Hicieron un giro brusco y se dirigieron a dicha parte. Los sinalma le pisaban los talones. Cuando estaban a punto de llegar, comenzaron a correr más rápido y empezaron a dejar atrás a los seres. En esos momentos, Ale comenzó a pensar, "no podremos contra ellos. Necesitan una ofrenda..." Tras pensar eso se paró de golpe. Uno se podía convertir en sinalma por un corte provocado por otro sinalma, siendo que el virus contagiaría la herida y penetraría en la persona. Esto ocurría en tan solo unos minutos.
-Abi, no me tengas miedo. Siempre seré tu amiga.-Dijo Ale entristecida.-Esta ofrenda les servirá...-Fue lo último que dijo antes de ser mordida por uno de los sinalma. Abi ya tenía un arma en la mano cuando Ale dijo esas palabras. Los sinalmas dejaron a Ale y se fueron satisfechos. Abi soltó el arma y fue a darle un abrazo a su amiga. Comenzó a llorar mientras se arrodillaba dolorida. De repente notó como una lágrima a Ale.-Tienen sentimientos...- Se dio cuenta en ese momento.

19/5/2021

Abi convive con su amiga, que ya no se movía.

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