EPILOGO

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  La rutina de la familia Jauregui-Cabello era simple.
Camila se levantaba (o era levantada) temprano para hacer el desayuno mientras Lauren despertaba, duchaba y vestía a la pequeña Michelle para finalmente dejarla en el preescolar e ir a sus trabajos.

Lauren: Amor -Llamo a su esposa acariciando su espalda desnuda bajo las sábanas azules colocadas en aquel sofá convertible. Continuaban viviendo en el departamento de Ally, así que no les había quedado más remedio que cederle su habitación a su pequeña hija y mudarse a la sala-. Es hora de levantarse, Camila -Susurro contra su oido besando dulcemente su mejilla, justo en el lugar en donde la chica tenía la pequeña cicatriz de aquella vieja caida de las escaleras.
Camila: No quiero levantarme -Se quejo con voz ronca, cubriendo su cabeza con la sábana y acurrucandose al cuerpo de Lauren, solo cubierto por unas bragas blancas y un brasier de lunares (No hare la aclaración en esta parte porque supongo que el dato de nuestra filosofa favorita ya se habrá grabado en sus mentes).
Lauren: Tienes que hacerlo -Murmuro levantando las sabanas para encontrarse con los ojos cerrados de su esposa.
Camila: No puedes decirme eso cuándo es tu culpa que este tan cansada -Se quejo mientras se quitaba la sabana de encima y comenzaba a estirarse y bostezar.
Lauren: Es tu cumpleaños, y quería ser la primera en regalarte algo... Además, estoy segura de que esta noche estaras muy cansada luego de la fiesta, así que no podremos hacer...
Camila: Lo entiendo -Suspiro levantandose, colocandose la ancha camisa de Lauren que había quedado tirada sobre el suelo la noche anterior sobre su piel completamente desnuda. Tenían suerte de que Michelle durmiera tanto, porque sino ya habrían tenido que pagar varias sesiones de terapia-... Lo que realmente no entiendo es como tu, aun después de ocho años de matrimonio, no me has regalado una estúpida fusta...
Lauren: Te la regalare cuándo la necesites... -Murmuro con voz ronca y una divertida sonrisa en su rostro.
Camila: La necesito ahora.
Lauren: No. Ahora lo que necesitas es preparar el desayuno mientras me ocupo de Michelle. Después podríamos discutir sobre la fusta -Susurro con firmeza antes de levantarse e ir al baño, sabiendo que su esposa había tenido una buena vista de su cuerpo semi-desnudo en el camino-. Y feliz cumpleaños -Dijo girando a mirarla con una sonrisa, encontrando los ojos de su mujer caminando tras ella fijos en su trasero.
Camila: Aun no entiendo como sigues viendote tan perfecta luego de tantos años -Susurro entrando al baño tras ella comenzando a cepillar sus dientes mientras Lauren decidía tomar una corta ducha-. Yo tengo las estrias del embarazo...
Lauren: Son las estrias más bonitas que vi -Afirmo mientras abria la ducha, el agua tibia golpeando su piel con fuerza-. ¿Quieres ayudarme en esto?
Camila: Lo siento, amor. Eso solo nos distraeria,y Michelle tiene que llegar a tiempo, al igual que tu...
Lauren: ¿Qué hay de ti?
Camila: Pedi un día libre. Quiero terminar de escribir mi libro.
Lauren: ¿John y Amy tendran un final feliz? -Quiso saber.
Camila: Terminaran bebiendo cerveza en un callejon y teniendo una charla poco interesante sobre gatos.
Lauren: Es bastante bueno comparado con tus otros finales... Pero sigue sin ser un final feliz... Y eso me encanta.
...........
Mientras Camila servia el desayuno aun vestida con la holgada camisa de su esposa, Lauren terminaba de atar las agujetas de su hija en la habitación de esta, demasiado rosa para su gusto.
Aun era lenta, y no lo hacía a la perfección, pero le gustaba poder decirle a su pequeña hija que podía, y que el esfuerzo vale siempre más que el resultado.

Michelle: ¿Donde iremos luego de la escuela? -Pregunto sin parecer realmente emocionada, mirando fijamente el suelo con sus ojos verdes, hermosos y escurridizos como los de su madre.
Lauren: Iremos a celebrar el cumpleaños de mami en casa de la tía Ally -Informo dulcemente.
Michelle: Eso me gusta, mamá -Afirmo con una sonrisa, aun mirando fijamente el suelo. Lauren también sonrio y surpiro. Ver a Michelle era como ver una versión de sí misma en miniatura. Incluso podría decirse que sus comportamientos eran parecidos, pero Lauren no sabía si atribuirle esto al ADN, a los años de crianza o al Asperger que ambas compartían. Tal vez cada una de estas tres cosas jugaba su papel-. Troy es divertido...
Lauren: Lo se -Afirmo. Lo cierto era que Troy tenía el mismo encanto de su madre, y bueno, Ally era su mejor amiga aun después de treinta y un años, así que Lauren suponía que ese encanto era bastante grande.
Michelle: Siempre me llama Jauregui. Y dice que soy su princesa...-Relato como si Lauren no supiera esto- A veces creo que esta loquito, porque no tengo un castillo ni una corona -Susurro con una sonrisa, como si estuviese contandole un secreto, Lauren riendo ante el gesto-... ¿La tia Mani y la tia Dinah también iran?
Lauren: Claro que si, amor.
Michelle: Alisha y Shaila siempre intentan abrazarme, mamá. No me gusta -Se quejo cruzandose de brazos, haciendo un puchero antes de llevarse su dedo a la boca.

Lauren rio dulcemente y beso la cabeza de su hija dulcemente. Sus gestos se parecían tanto a los de Camila...

Lauren: Se que no te gusta, amor -Dijo con entenimiento, dejando de lado las agujetas ya atadas e intentando encontrarse con los verdes ojos de Michelle, su hija apartando la mirada de inmediato-. A mi tampoco me gustaban a tu edad, e incluso ahora solo abrazo pocas personas. Los abrazos son importantes para ti y para mi, Michelle. Solo se los damos a personas especiales... Si no quieres abrazar a las mellizas solo debes decirselos ¿Bien? Estoy segura de que entenderan... -Aconsejo- Y si no lo hacen supongo que decirles que romperas sus discos de Beyonce debería arreglarlo todo.
Michelle: Pero no quiero romper sus discos de Beyonce, mamá.
Lauren: No tienes que hacerlo. Solo les mentiras un poco para que dejen de molestarte.
Michelle: Mami dice que no debo mentir.
Lauren: Tienes razón -Murmuro arrugando su frente-... Supongo que tendremos que idear un nuevo plan... Pero antes de eso, es hora de desayunar.
Michelle: Cargame, mamá.

Michelle Jauregui-Cabello, tan perezosa como Camila.

Camila: Buenos días, señorita Michelle Jauregui-Cabello -Saludo con una sonrisa a su hija, que había recostado su cabeza en el hombro de Lauren mientras chupaba su dedo.

Si bien Michelle no era amante de los abrazos, los de sus madres eran bien recibidos, así que cuándo Camila se acercoa ella y la sujeto entre sus brazos dandole un fuerte apreton y llenando su mejilla de besos, ella acepto el gesto felizmente.

Michelle: Feliz cumpleaños -Susurro timidamente entre sus brazos.
Camila: Gracias, princesa.
Michelle: No soy una princesa, mami -Murmuro en cuánto Camila la deposito sobre una de las sillas del comedor para terminar de servir eldesayuno, no sin antes dejar un dulce beso en su cabeza.
Camila: Para mi lo eres, bebe.
Michelle: Tampoco soy un bebe. Ya se leer... Y hago sopas de letras.
Camila: Lo se, Michelle -Le dijo dulcemente-. Pero a las madres siempre nos da tristeza ver a nuestros hijos crecer, así que los llamamos bebes para pensar que no lo han hecho.
Michelle: Eso es tonto -Rio arrugando su pequeña nariz y colocando su lengua entre los dientes, de esta forma imitando la sonrisa de Camila casi a la perfección.
Lauren: No lo es, amor -Nego tiernamente sentandose al lado de su hija con un crucigrama nuevo-.Cuándo tengas hijos lo entenderas... Y hasta que eso pase mamá va a resolver un crucigrama nivel experto.
Michelle: Yo quiero terminar mi sopa de letras... ¿Puedo?

Lauren simplemente miro a su hija con una sonrisa y asintio levantandose de inmediato para buscar la sopa de letras a medio hacer, la cual tenía palabras que un niño normal de cinco años no conoceria.

Michelle: Un día voy a ser muy rápida haciendo esto. Voy a ser como tu, mamá.
Camila: No dudo eso -Dijo colocando tres platos repletos de comida sobre la mesa, al igual que dos tazas de café para ella y su esposa y un vaso de jugo para la pequeña-. Y mientras resuelves eso tal vez deberías comer un poco, Michelle.
Michelle: ¿Solo un poco?
Camila: Si quieres puedes comertelo todo...
Michelle: Bien -Dijo con una sonrisa antes de volver a su sopa de letras e intentano llevarse un buen bocado de tortilla a la boca, solo logrando que este trozo cayera directo en la mesa.
Camila: Sera mejor que dejes eso a un lado por un tiempo, bebe -Susurro acariciando la espalda de su hija, pero esta pareció no darse cuénta de que se le estaba hablando y siguio encontrando palabras en aquel revoltijo.
Lauren: Dejame hacer esto a mi, amor -Se ofrecio tomando los cubiertos y llevando un pequeño trozo de tortilla a la boca de su hija, quien lo mastico y trago casi de forma automatica mientras intentaba encontrar la palabra "Manualidad" en la última hilera-. Cuándo era pequeña era igual a ella. Mamá solía quitarme el cuaderno de ejercicios para que pudiera comer, pero eso solo me alteraba y comenzaba a chasquear mis dedos...
Camila: Ella no chasquea sus dedos -Observo de inmediato.
Lauren: Lo se, pero...
Camila: Frota sus manos, lo se.

Lauren simplemente asintio y siguio alimentando a su hija por unos minutos, el desayuno transcurriendo en silencio.

Michelle: Mami, termine cno este cuaderno de ejercicios -Notifico enseñando a Camila el cuaderno repleto de sopas de letras terminadas. Cualquiera habría creido que la niña estaría feliz con esto, pero solo había seriedad, y tal vez tristeza, en su rostro- ¿Puedes darme otro?
Camila: Por supuesto -Accedio levantandose, buscando un nuevo cuaderno de ejercicios en la pequeña biblioteca-. Pero no puedes llevarlo al preescolar ¿Bien? Recuerda lo que hicieron los niños la otra vez...
Michelle: Les dije que no era un cuaderno de dibujo, pero son tontos.
Lauren: No lo son, princesa. Solo ven las cosas de otra forma. Ellos aun no saben leer, y tu ya puedes hacerlo como un adulto. Habra cosas que tu entiendas y ellos no...
Michelle: Y cosas que ellos entiendan y yo no. Ya me lo has dicho, mamá.
Lauren: Esta bien recordartelo de vez en cuándo...
.........
Mientras Michelle cantaba canciones y hacía dibujos con su divertida maestra y Lauren tomaba fotos en un bautizo, Camila terminaba de escribir su libro.
No estaba escribiendo su historia de amor con Lauren, y tampoco planeaba hacerlo.
Las historias de amor reales son entre dos personas, por lo tanto, debe quedarse entre dos personas.
Lauren no sabía que su esposa estaba a mitad de la escritura de su epilogo cuándo decidió llamar.

Camila: ¿Lauren? -Pregunto de inmediato, deteniendo su trabajo. Lauren no solía llamarla a esas horas, pues estaba demasiado ocupada, así que comenzo a preocuparse.
Lauren: ¿Esperabas a alguien más? -Pregunto burlonamente entrando a su auto y dejando su bolsa con las cámaras a un lado.
Camila: Tal vez alguna promoción de una compañia de cable...
Lauren: Bien, pues yo solo quiero ofrecerte ir a buscar a Michelle al preescolar juntas e ir a casa de Ally antes de que Dinah, Mani y sus hijos se lo coman todo.
Camila: ¿Y cual es el precio de esto?
Lauren: Solo un beso, señora Camila Jauregui.
Camila: Es una precio bastante alto -Se burlo sin poder dejar de pensar en lo bien que se sentía ser llamada "Camila Jauregui". Aun después de ocho años de matrimonio no se había acostumbrado a esto del todo, y su corazón seguia alocandose cuándo la llamaban de esta forma. Era como si aun fuese su primer día de casadas.
Lauren: Si acepta nuestra promoción le daremos una fusta como regalo -La chantajeo mientras encendía el auto y comenzaba a conducir por las calles de Miami en dirección a su departamento.
Camila: ¡Acepto!
.............
Camila: Creo que se me olvido preguntarte por qué saliste tan temprano del trabajo -Dijo sujetando fuertemente la mano de su esposa, quien la ayudaba a salir del auto, como siempre desde hacía más de ocho años-... Fue culpa de la fusta. Creo que estuve observandola durante todo el camino. ¿Sabes las miles de cosas que podriamos hacer con ella?
Lauren: El bautizo termino bastante temprano y el estudio estaba desierto, así que decidi tomarme el día para celebrar el cumpleaños de mi hermosa esposa -Explico besando su mano delicadamente, entrando al lugar-. Y no deberías pensar ni hablar sobre tu fusta ahora mismo. Estamos en un preescolar.
Camila: Esta bien. Puede que en eso tengas algo de razón.

Lauren rio.

Lauren:... ¿Terminaste tu libro? -Pregunto con interes abriendo la puerta que daba hacía el patio de juegos, donde los niños solían esperar a que sus padres fueran a buscarlos.
Camila: Si... John dijo "¿Sabes que, Amy? Te comprare un gato para navidad", y di por terminada mi sexta obra maestra.
Lauren: Suena bien. No puedo esperar a leerlo.
Camila: Tendras la primera copia, ya lo sabes.
XX: ¡Mamá! ¡Mami!

Antes de que Lauren pudiera darse cuenta la pequeña Michelle ya había llegado hasta ellas y abrazaba con fuerzas las piernas de ambas.
Lauren se sentía orgullosa al decir que era de una de las pocas personas a las que Michelle Jauregui-Cabello abrazaba. Eso lo hacía más especial.

Camila: Hola bebe -Saludo cariñosamente, alzando a su niña entre sus brazos, quien de inmediato escondio su cabeza en su cuello y comenzo a frotar sus manos-. ¿Cómo te fue?

La niña simplemente se encogio en hombros.
Fue entonces cuándo la maestra de la pequeña, la señorita Jones, llego hasta ellas.

XX: Buen día -Las saludo con una sonrisa.
Lauren: ¿Sucedió algo con Michelle?

Lauren conocía la conducta de su hija. Sabía que el que estuviese frotando sus manos solo indicaba algo malo.

XX: Tropezo mientras jugabamos a las carreras y algunos niños se rieron -Camila suspiro. Si bien la niña tenía la sangre de su esposa y era una pequeña copia física de ella, a veces la mujer no podía comprender como parecía tener su torpeza-... Pero no se preocupen. Ellos pasaron un buen tiempo en el rincón.
Lauren: ¿Puedo hablar con ellos? -Pregunto de inmediato, un claro enojo en su voz.
Camila: Lauren -La detuvo-, son solo niños. Respira.

Lauren asintio lentamente y tomo aire, de inmediato sintiendo sus dedos comenzar a chasquear.
Excelente, ahora Camila tenía dos ojiverdes a las cuales tranquilizar.

XX: ¿Esta bien, señora Jauregui?
Camila: Ella lo esta -Aseguro-. Ella solo...

Pero justo en ese instante un pequeño niño de cabello rubio y rizado, con hermosos ojos color miel y sonrisa levemente torcida llego hasta ellas.

YY: ¿Esta bien Michelle, señorita Jones? -Pregunto casi en un susurro, como si no quisiera que Lauren y Camila le escucharan.
XX: Lo esta, Will -Aseguro.
Will: Pero ella no parece estar bien...
XX: Lo esta, Will. Ella solo esta cansada, así que ira con sus madres a dormir...
Michelle: No iremos a casa -Interrumpio en voz baja, aun frotando sus manos-. Iremos a casa de la tía Ally. Hoy es elcumpleaños de mi mami Camz...
Lauren: ¿Quien es el, amor? -Quiso saber de inmediato. Los celos y la desconfianza eran evidentes en su voz.
Michelle: Es Will. Me cae bien -Susurro bajando de los brazos de su madre, quien sujeto sus manos de inmediato, haciendo que estas de dejaran de frotarse entre si. Al parecer las manos de Camila Cabello eran mágicas para Lauren Jauregui y toda su descendencia-... El le dijo a los otros que se callaran cuándo me cai.
Camila: Un gusto conocerte, Will -Saludo con una sonrisa.

Lauren, a su lado, no parecía tan contenta.

Will: ¿Ella es tu mamá, Michelle? -Pregunto señalando a Lauren, que lo miraba seriamente, como si hubiese cometido algun delito. Por suerte era un niño, porque sino habría salido corriendo. Michelle simplemente asintio llevandose un dedo a la boca-. ¿Y ella también es tu mamá? -Pregunto ahora con una sonrisa en el rostro, señalando a Camila.
Michelle: Es mi mami -Murmuro en voz baja con una sonrisa, escondiendo su rostro timidamente en una de las piernas de ella, su cabello siendo acariciado por la mano de Lauren.
Will: ¿Tienes dos madres? -Pregunto con los ojos bien abiertos, Lauren riendo por primera vez desde que lo había visto.
XX: Will, no creo que debas preguntar eso...
Camila: Oh, no, esta bien. Es solo curiosidad -La tranquilizo de inmediato.
XX: Oh, bien, yo solo... ¡Sam! ¡Deja la nariz de Josh en paz!... Lo siento, tengo que cuidar a los demás niños.

Fue cuándo la maestra dio media vuelta y se fue corriendo de alli.

Will: ¡Ire en unos minutos, señorita Jones! -Grito a la mujer.
Michelle: Si -Dijo de repente.
Will: ¿Qué cosa?
Michelle: Tengo dos madres...

En el rostro del niño se dibujo una sonrisa de inmediato.

Will: Genial -Dijo mirando a las mujeres con una sonrisa-. Yo solo tengo dos papás -Les comento con total naturalidad.
Michelle: Eso es raro -Comento con una sonrisa, arrugando su nariz como Camila lo hacía al reir.
Will: Claro que no. Ellos son raros -Comento mirando a los otros niños, que hacian pasteles con la tierra del patio de juegos y reian como locos-. Tienen solo un papá y una mamá. Es muy extraño.
Michelle: Lo se -Rio.

Camila y Lauren se miraron al intante e imitaron a los pequeños.
Supongo que las personas consideran extrañas las cosas a las cuales no estan acostumbradas.
Fue entonces cuándo alguien que Lauren conocía bastante bien llego al lugar.

XX: Hora de irnos, William -Dijo en cuanto atraveso la puerta, abrazando al pequeño y dandole vueltas, ambos riendo a carcajadas.
Lauren: ¿Brad? -Pregunto asombrada en cuándo las vueltas pararon.
Brad: ¡Lauren! -Exclamo animado, dedicandole una sonrisa. Al parecer aun recordaba su regla de "no abrazos".
Lauren: ¿Dónde has estado? Siempre voy a tu floristeria, pero ahora es tu hermana quien se encarga del negocio...
Brad: Tristan y yo estuvimos trabajando en una sucursal en Florida. Volvimos hace solo un par de meses luego de adoptar a este travieso -Notifico revolviendo juguetonamente el cabello del pequeño.
Will: ¡Papá, no hagas eso! -Dijo enojado, alejandose-. ¡Papá Tristan estuvo peinandolo por cinco minutos en la mañana! ¡Se va a enojar conmigo!

Brad simplemente rio y abrazo a su hijo cariñosamente.

Camila: No se va a enojar contigo -Dijo con una sonrisa que pareció tranquilizar al pequeño.

Camila recordo la vez en la que Michelle y ella habían tenido una guerra de pinturas en el salon. Lauren se enfado porque habían ensuciado su ropa, pero toda su ira fue dirigida a Camila y no a la pequeña Michelle. No le hablo durante un par de días.

Camila: Pero Brad va a estar en problemas...
...........
Troy era identico a su padre, pero con la estatura y ojos de su madre. Ahora, con doce años, era más pequeño que los de su edad, y podía notarse que jamás alcanzaria la gran altura que su padre había tenido.

Ally: ¡Jauregui! -Saludo al llegar, saliendo de la cocina de la enorme casa que había comprado años atras con un monton de harina en la cara- Llegaron antes de lo que esperaba -Dijo con sonrisa antes de abrazar fuertemente a Camila-. Feliz cumpleaños, Mila.
Camila: Gracias, Ally... ¿Estabas haciendo galletas o algo asi?
Ally: Sí -Asintio con una sonrisa-. Molly quiere algunas, y Thomas es demasiado perezoso como para prepararlas.

Thomas era el nuevo esposo de Ally y llevaban juntos unos cuatro años. Se conocieron en la iglesia, y hablaron hasta que Troy le dijo a su madre que tenía sueño... Molly era una hija que el hombre había tenido en su matrimonio anterior, el cual había sido completamente desastroso. Estaba con ellos la mayoría de los días, ya que su madre biologica viajaba por todo el mundo haciendo negocios.
¿Qué sucedio con James el páramedico?
Supongo que lo suyo con Ally no estaba destinado.
Simplemente existen cosas que funcionan, y otras que no.

Troy: ¿Quieres dibujar un rato, princesa Michelle? -Pregunto con una sonrisa a la pequeña, que miraba el suelo fijamente mientras chupaba su dedo.

La niña asintio y no dijo nada al chico por haberla llamado "princesa". La pequeña no solía hablar si no era con sus madres.

Troy: Vamos Jauregui -Animo sujetando su mano, su voz fallando al final de la frase debido a los efectos de la pubertad.
Lauren: Se parece tanto a el -Suspiro en cuánto se marcharon.
Ally: Lo se, Jauregui -Dijo con una sonrisa, mirando como ambos se sentaban en la mesa del comedor, y con hojas y lapices comenzaban a dibujar-. Pero tiene el encanto de su madre, debes admitirlo.
Lauren: Eso no sabría decirlo -Intento burlarse.
Ally: Tiene novia ¿Puedes creerlo?... ¡Usa faldas sobre su rodilla! ¡Sobre la rodilla, Jauregui!... El dice que una buena chica, pero no puedo creerlo cuándo se viste así. Es mi bebe, no puede salir con una -Miro hacía todos lados, con miedo- prostituta barata -Susurro.
Lauren: Estas exagerando, Brooke... -Dijo con una sonrisa
Ally: Dimelo cuándo Michelle tenga novio -Contraataco con cierto enojo antes de volver a la cocina.

No hace falta decir que Lauren dejo de reir con estas palabras.
...........
Dinah, Normani y sus cinco hijos llegaron justo cuándo Ally terminaba de sacar las galletas del horno.
Las mellizas y Jamal y Said, de cuatro y tres años, fueron de inmediato a pintar junto a Michelle y Troy en la mesa, mientras que la pequeña Anjali, de uno, prefirio quedarse durmiendo en los brazos de Dinah.

Dinah: Me estan volviendo loca -Se quejo al sentarse en el sofa, donde Lauren y Camila estaban también, la mayor rodeando protectoramente la cintura de su esposa-. Los amo, pero lo estan haciendo...
Normani: Solo lo dices porque se comen la mitad de los pasteles en la pasteleria -Se burlo acariciando sus brazos y dejando un tierno beso en su mejilla-... Y porque no hacemos "eso" desde hace una semana...
Dinah: Said decidió escoger esta semana para tenerle miedo a la oscuridad -Comento con cierto fastidio.
Normani: Fue tu culpa. Tu le metiste esa idea de los monstruos bajo su cama en la cabeza.
Dinah: ¡Solo quería que limpiara!
Normani: ¡Ofrecerle un dulce habría sido suficiente!
Dinah: Ese consejo habría sido bueno si...

Lauren dejo de prestarle atención a la discusión de la pareja cuándo su pequeña hija se acerco a ellas timidamente, con un papel tras la espalda.

Camila: ¿Que traes alli, bebe? -Pregunto tiernamente.
Michelle: No soy un bebe, mami.
Camila: Esta bien, esta bien... ¿Qué traes alli niña madura de cinco años?

Michelle rio sonoramente ante el chiste de su madre, al igual que Lauren.
Camila Cabello tenía algo especial que siempre hacía reir a Lauren Jauregui y su descendencia.

Michelle: No es bonito como los dibujos de mamá, pero -Explico en cuánto logro detener su risa, sacando el dibujo tras su espalda- es para ti, mami... Feliz cumpleaños.

Los ojos de Camila de inmediato se llenaron de lágrimas y simplemente abrazo a la pequeña con fuerzas, quien rodeo su cuello con sus pequeños brazos y planto un beso en su mejilla.

Michelle: Te quiero, mami -Le dijo sinceramente.

Y eso era suficiente para ella.
Otros podrían organizar grandes fiestas, regalarle cosas valiosas o dedicarle grandes discursos, pero nada, ni el regalo más grande o el más caro, podría igualar el sentimiento que producia en su corazón tener a su lado a las dos mujeres a las cuales más amaba en el mundo.
De inmediato alzo a su hija y la coloco sobre sus piernas, llenando su mejilla de besos.

Camila: Explicale a mamá y a mami el dibujo, amor -Pidio con una sonrisa, lágrimas llenando sus mejillas.

La niña enseño a sus madres su dibujo.
Eran dos mujeres y una niña tomadas de las manos y sonriedo. Lauren pudo deducir que se trataba de su familia.
Rio ante los trazos de su hija. Claramente tenía el mismo talento artistico que Camila.
Pero no importaba.
Ese dibujo tenía algo más importante que el coloreado dentro de las lineas. Ese dibujo tenía amor, y eso lo hacía completamente hermoso.

Michelle: Esta soy yo -Dijo señalando a la figura más pequeña, la cual tenía un pequeño cuaderno entre manos. Lauren dedujo que se trataba de su cuaderno de ejercicios-. Y esta es mamá -Indico señalando a una mujer con ropa oscura y una enorme bolsa. Lauren rio. El simple detalle de las bolsas de sus cámaras indicaba cuán bien su pequeña la conocia-. Y esta eres tu, mami. Y estas usando una de las camisas de mamá porque tu siempre usas las camisas de mamá.
Camila: No siempre...
Michelle: ¡Claro que si! -Dijo de inmediato-. La camisa que llevas ahora es de mamá -Camila no pudo decir nada, pues era cierto-... Tal vez deberías comprarle solo ropa a mamá, y así tendrías más dinero para comprarme sopas de letras.

Los niños piden juguetes. Michelle Jauregui-Cabello se conformaba con letras esparcidas al azar en un cuadrado.

Lauren: Es una buena idea -Dijo encogiendose en hombros. No le molestaba compartir ropa con Camila. Lo hacían desde antes de casarse.
Camila: ¿Y qué es este punto azul al lado de ti, Michelle? -Pregunto curiosa.

Lauren se sorprendio, pues no lo había notado. Era tan pequeño que lo había pasado por alto.

Michelle: Es mi nuevo hermanito -Contesto con una sonrisa.

Lauren se paralizo de inmediato y miro a su esposa.

Lauren: ¿Estas embarazada?
Camila: ¡Claro que no!
Michelle: La tia Dinah dijo que iban a darme un hermanito pronto.
Lauren: ¡Dinah!
...........
Esa noche luego de la fiesta en la casa de Ally, a las cuales habían asistido también los padres de ambas, Sofi, Taylor, Chris, Vero, Lucy y Becky, la familia Jauregui-Cabello volvio a su pequeño departamento.

Lauren: ¿Quien quiere algo de Coca-Cola para celebrar que mami se este volviendo anciana?
Camila: Eres un año mayor que yo, Lauren. No deberías burlarte con eso.
Michelle: Yo quiero -Dijo ignorando el comentario de su madre, corriendo al refrigerador para sacar dos botellas de Coca-Cola para Camila y ella y una de Coca-Cola light para Lauren, sosteniendola entre manos.
Camila: Dejame ayudarte con eso, bebe -Dijo tomando las botellas-. Y no me vengas con que no eres una bebe. Lo eres para mi y punto.

Lauren simplemente rio y se sento en el borde de la ventana, la cual seguia teniendo vista a la sucia pared del edificio vecino. Camila, como siempre, se sento entre sus piernas, y Michelle sobre las piernas de Camila.

Michelle: Me gusta mirar por la ventana con ustedes -Susurro recostando su cabeza sobre el estomago de Camila mientras esta jugaba con su cabello-. Es divertido... La tia Ally y Troy ven television. Las tias Dinah y Mani juegan a las charadas con los primos. Becky ve videos de Thug Harmony con sus hijos. Las abuelas ven telenovelas. Los abuelos reparan los autos. Vero y Lucy viajan todo el tiempo... La señorita Jones me dijo que esos eran pasatiempos. ¿Lo que nosotros hacemos con la ventana es un pasatiempo también?
Lauren: Lo es, amor -Susurro con una sonrisa-. Hola Michelle -Dijo con voz tierna, golpeando la nariz del reflejo de su hija en el cristal, quien arrugo la nariz tiernamente ante el gesto.
Michelle: Hola mamá -Dijo con una sonrisa.

Ya no eran dos ventanas separadas, ni una ventana con dos reflejos. Ahora eran tres reflejos, y Lauren y Camila solo podían sentirse completamente felices con esto.

Camila: ¿Sabes que tu mamá y yo nos conocimos por una ventana, Michelle? -Pregunto con una sonrisa,observando a aquella pequeña que se había robado su corazón en cuánto la tuvo entre sus brazos.
Michelle: Lo se -Asintio con una sonrisa, cerrando sus pequeños ojos verdes-. Mamá dice que sigues siendo tan hermosa como la primera vez que te vio, y que esta feliz de que su historia fuera sobre dragones y unicornio -Susurro como si no quisera que Lauren escuchara, sujetando inconcientemente los dos dijes que colgaban de su cuello. Eran el dragon rosa y el unicornio verde que Lauren le había regalado años atras, los cuales la niña había quitado un día del cuello de sus madres y no había devuelto-. Me dijo que te ama mucho -Murmuro.
Camila: Y yo la amo mucho, bebe -Reconocio girando su cabeza para encontrarse con los ojos verdes de su esposa, que le sonreia dulcemente.

A Lauren le gustaban sus ojos color chocolate. Le gustaba la forma en la que podía verse en ellos y darse cuénta de cuan feliz Camila la hacía.

Michelle: Mamá también me dijo que eres perfecta -Añadio con un bostezo.
Camila: Ella también es perfecta, bebe -Reconoció acercandose lentamente a los labios de Lauren.
Michelle: Ambas lo son -Decidio antes de que Lauren y Camila se besaran.
........
Camila: Fue un día largo -Dijo con una enorme sonrisa antes de meterse bajo las sábanas.
Lauren: Y aun no ha terminado, Camz -Añadio.
Camila: ¿Que quieres decir con eso?
Lauren: Quiero decir que son las once y cinco, así que aun es tu cumpleaños... Y yo tengo un regalo más para ti.
Camila: ¿Otra fusta?
Lauren: No -Nego riendo, sacando algo cuidadosamente de uno de los cajones del pequeño escritorio sobre el cual descansaba la computadora de Camila, colocandolo tras su espalda antes de recostarse sobre el sofa al lado de su esposa, que de inmediato se acurruco a su lado.
Camila: ¿Una rosa, entonces?
Lauren: Casi adivinas -Murmuro con una sonrisa, besando sus labios por unos segundos-. Son dos -Dijo sacando ambas rosas rojas de la parte trasera de su espalda, Camila mostrando una clara confusión al verlas.
Camila: ¿Dos rosas? ¿Acaso has estado engañandome? -Pregunto burlonamente.
Lauren: No -Nego de inmediato, completamente horrizada-. ¿Acaso olvidaste lo que significan?... La rosa significaba las personas con las cuales quería estar en ese momento... Estas dos rosas significan las personas con las cuales quiero estar en ESTE momento.
Camila: ¿Michelle y yo?
Lauren: Michelle y tu -Reconocio-... Jamás imagine que dos personas pudieran hacerme tan feliz. Daría mi vida por ustedes... Las amo tanto, Camz...
Camila: Yo también las amo, Lolo.

Lauren sintió sus ojos humedecerse al escuchar el apodo que usaban años atras, cuándo comenzaban a conocerse, así que sujeto la mano de su esposa fuertemente, acariciando sus nudillos con su pulgar y beso sus labios con ternura.
Luego abrio sus ojos ampliamente, como recordando algo, y saco un papel arrugado de su bolsillo, dandoselo a Camila, quien lo desdoblo al instante.
"Te amo, chica de la ventana" Citaba. Y Camila recordo claramente como papeles y trazos habían constituido sus primeras conversaciones.
Lauren Jauregui no necesitaba conquistar a Camila Cabello con poemas sacados de internet. Lauren la conquistaba con cosas pequeñas y significativas como aquella, y amaba esto.
Ella era completamente perfecta para Camila Cabello,
Lauren sonrio y miro el reloj digital pegado en la pared frente a aquel sofa plegable que usaban como cama.

Lauren: Once y once -Murmuro con una sonrisa-. Se que somos grandes para esto, pero pide un deseo.
Camila: Ya tengo todo lo que deseo, chica de la ventana -Dijo antes de besarla.
..........
Me gustaría decir que su historia fue eterna y completamente perfecta, pero ellas eran chicas reales con historias reales, así que esto es imposible.
Me gustaría decir que tuvieron un final feliz, muriendo ambas anciadas y tomadas de la mano junto a un lago mientras hablaban sobre sus miles de gatos.
Me gustaria decir que vivieron grandes aventuras junto a sus hijos y que compartieron hermosas sonrisas junto a sus nietos.
Pero si lo hago estaría mintiendo.
Lo siento...
No dire como paso, ni cuándo.
Solo dire que, a los treinta y tres, Camila y Lauren hablaron sobre el final.
Lauren pensaba que sería la primera en morir. Pensaba que alguno de sus problemas volvería y terminaría con ella... Tal vez sería su corazón, o algo nuevo y completamente mortal.
Camila, en cambio, pensaba que ella sería la primera. Dijo que un auto la aplastaria, o que el cancer, el cual se había llevado la vida de su padre biologico cuándo tenía tres años, la atacaria y terminaria con ella.
Supongo que la chica de la ventana tenía razón...  

La Chica De La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora