- ¡Dije Hola! -Grité.
- Hola -Dijo bastante serio.
- Vamos, ¿Qué te pasa? -Exclamé mientras tiraba de su camisa para que se animara- Solo eran dos amigos.
- Interesante... ¿Y uno se llamaba Cody por casualidad?
- Bueno -Dije un poco nerviosa- Sí ¿Por?
- Nada, solo preguntaba
- ¡Ya pues! -Insistí haciendo puchero- Dime qué te pasa
- Solo... -Susurró mientras me acercaba a él- No tuve un buen día y ver a mi ángel con dos chicos no me alegró mucho.
- Tonto -Gruñí alejándome de él- Solo eran dos amigos y ya ¿Vamos a casa quieres?
- Bien, pero dame un abrazo.
- No, quizás otro día -Dije riendo y caminando hacia la casa- Y... ¿Qué tuvo tu día que estás tan desanimado?
- Son cosas mías...
- ¿Acaso no confías en mi?
- Si lo hago, solo que esto es diferente -Respondió un poco raro- ¿Y cómo estuvo tu día?
- Pues tampoco estuvo muy bien.
- Yo te veo bastante feliz -Rió.
- Es que si tú estás desanimado me obligas a mí a animarme para poder animarte a ti... Ya sabes, alguien debe estar feliz ¿Entiendes? -Murmuré riendo a lo que él se me unió.
- Oh, ya veo, pero, ¿Por qué estuvo mal tu día?
- Tuve un 4.0 en mi prueba de matemáticas, pero pedí recuperación y la daré el lunes... Pero la idea de estudiar no me agrada mucho.
- Si quieres te ayudo.
- ¿Tú ayudándome en matemáticas? -Pregunté incrédula y él solo rió- ¿En serio?
- Claro que sí, tengo promedio 9.0 en matemáticas ¿Crees que me va mal en el colegio?
- Pues... Es extraño que a alguien como tú le vaya bien.
- Supongo que tienes razón -Rió- Pero en mi caso me va bien, ya que si no tengo un buen promedio me expulsan del colegio y mi mamá me deja sin dinero.
- Creo que tiene sentido.
- Entonces ¿Te ayudo?
- Es que... El chico con el que estaba hablando... Se ofreció a ayudarme primero... Entonces...
- Ya veo, con que le gustas a ese chico.
- No es eso, solo es amable.
- No seas tonta -Dijo riendo- ¿No observas cómo te mira?
- Ya cállate.
- ¿Cuánto tiempo te ayudará él?
- Pues no lo sé, supongo que hasta que de la recuperación... Si quieres después me ayudas tú.
- ¿Eso significa que me prefieres a mí?
- No - Mentí nerviosa- Solo, no sé, quiero averiguar si eres bueno en las matemáticas.
- Bien - Dijo cuando ya estábamos cerca de la casa- ¿Harás algo hoy?
- No lo creo ¿Por qué?
- Quiero que me acompañes a un lugar.