- ¿Quieres ir a hacer algo divertido?
- ¿Insinúas que no vayamos al colegio y hagamos otra cosa los dos?
- Claro -Respondió tranquilo- ¿Quieres?
- No lo sé... ¿Y si mi mamá me descubre?
- ¡Vamos! No pasará nada
- Bien -Acepté resignada- ¿A dónde iremos?
- Pues no lo sé... Podemos ir a tomar un helado y luego hacer una que otra travesura
- Supongo que será divertido -Dije riendo.
Nunca había hecho algo por el estilo, y después de todo es la primera vez así que supongo que no será nada malo... Además estoy con Harry ¿Qué podría salir mal?
-¡Vengan acá chicos! - Gritaba el policía mientras nosotros corríamos muertos de la risa - ¡Están en problemas!
Habíamos robado la peluca del policía de la comisaría... Era un tipo gordo, viejo y enojón, no le venía mal un poco de diversión y ejercicio. Además, la peluca que usaba no le quedaba nada bien, le hicimos un favor.
- ¿Y? ¿Qué tal? -Preguntó Harry una vez recostado junto a mí en una plaza del centro - ¿No es mejor que ir al colegio?
- Supongo -Dije riendo- Aunque el último policía parecía más enojado que los primeros.
- A este le sacamos su peluca, a los otros solo les hacíamos zancadillas y les tirábamos cosas.
- Yo prefiero que me quiten mi peluca a que me tiren chicle -Exclamé recordando la escena anterior- ¡Y lo habías masticado antes!
- Pues tienes razón -Respondió Harry riendo - Ahora que lo pienso no eres tan ángel como antes.
- ¿Eso significa que me dejarás de llamar así? -Pregunté con anhelo y el solo rió.
- No -Dijo mientras se levantaba - ¿Quieres ir a tirar una moneda a esa fuente?
- Bien, espero que no trames nada malo.
Nos sentamos alrededor de una fuente y yo tiré una moneda sin deseo alguno, ciertamente nunca creí en esas cosas... Aunque Harry parecía estar bastante concentrado pidiendo su deseo, reí al verlo así y lo moví un poco provocando que este cayera en el agua.
- ¡______! Ésta me la pagas - Gritó tomando mi brazo y empujándome a la fuente junto con él -Venganza
- ¡Tonto! -Dije riendo - Ya verás
- ¿Ver qué? -Preguntó y yo lo hundí en el agua
- Aquí están traviesos -Exclamó el último policía al vernos en la fuente.
- Oh, oh -Dijimos Harry y yo al unísono.
- ¡Corre! -Gritó Harry mientras tomaba mi mano y corríamos nuevamente.
Creo que corrimos por las calles totalmente mojados aproximadamente veinte minutos sin parar. Fue una locura, la gente nos miraba raro... Y al detenerlos por fin, nos dimos cuenta de que estábamos en el parque cerca de mi casa ¿Habíamos corrido del centro a mi casa? Al parecer sí.
- ¿Cansada ángel? -Preguntó sentándose en un columpio
- Mucho, pero por lo menos estoy seca.
- Yo igual ¿Vamos a tu casa un rato?
- No habrá problema, creo -Dije tranquila- Pero, solo un rato ya son las 3:57 y recuerda que debo ir a practicar matemáticas.
- ¿Irás? -Preguntó haciendo puchero.
- Claro que iré, no quiero reprobar matemáticas.
Fuimos hacia mi casa, pero subimos directamente a mi habitación. Harry parecía un niño saltando en mi cama, aunque lo divertido sucedió cuando me abrazó fuerte y me tiró a la cama encima de él.
- Me asfixias -Susurró Harry riendo.
- Oh, lo siento -Respondí riendo también- Aunque yo no fui quien me tiro a la cama.
- Ya sé -Murmuró- ¿Quieres guerra de almohadas?
- Estas loco -Dije riendo- Creo que no tuviste infancia.
- Eres hermosa -Comentó mirándome a los ojos.
- ¿A qué viene eso? -Pregunte extrañada- Eres raro.
- A que son las 4:30 y llegarás tarde.
- ¡Cierto! ¿Me acompañas?
- No -Dijo cruzándose de brazos.
- ¿Por qué?
- Me debes un abrazo -Susurró como niño pequeño.
- Bueno entonces me voy sola -Dije dándome la vuelta y caminado hacia la salida.
- Bien te acompaño