Capitulo 3

11.2K 1.8K 991
                                    

- ¿¡Qué demonios!? -Dije.

El simplemente se echó a reír.

- ¡Eres un cobarde! -Soltó mientras reía a más no poder- Tardaste cuatro años para subir aquí y callarme.

Él estaba sentando en medio del tejado, apoyándose en la edificación de la chimenea.

-Pues... -Dije.

Él tenía razón, cuatro largos años teniéndole miedo a lo qué sea que estaba arriba, historias e historias inventadas por mí y nunca se me ocurrió que podría ser el idiota de mi vecino, pues si, es algo imposible... John... ¡¿En mi tejado?! Era imposible.

-Ven, cielo, hazme compañía. -Dijo palmeando el tejado.

Fui con él y me senté a su lado, por primera vez en mi vida había apreciado la gran vista que tenia, la luna sobresalía sobre las montañas e iluminaba todo el bosque, era un gran paisaje.

- ¿Por qué mi tejado? -Pregunté.

-Pues, en mi casa tenemos una sala de cine pero es imposible acceder al tejado, provocaría un derrumbe. -Sonrió. -A parte, me gusta molestarte, eres como una niñita caprichosa y miedosa.

-Cierra la boca, idiota.

-Vamos Ben, lo menos qué quieres que haga es qué cierre la boca. -Me guiñó un ojo.

- ¿Qué?..

-So. -Me interrumpió.

- Agh... -Solté.

Intenté pararme pero él me tomó del tobillo y caí de nuevo... encima de él.

-Ya se te está haciendo costumbre tirarme. -Dije apartándome.

El reía, algo nervioso.

- ¿Por qué estas nervioso? -Dije.

-Por tu mirada, guapo.

Nunca me tomaba a pecho las bromas de John, las hacía con todo el mundo.

-Tengo frío idiota, tráeme una manta o algo. -Dijo.

-Se dice: Por favor.

-Por favor, mi cielo.

Rápidamente fui a buscarle una manta, había logrado qué dijera "Por favor" así qué eso era un gran avance. Escogí una de las más finas para qué el maldito se congelase.

-Toma. -Dije lanzándosela.

Rápidamente él se la coloco y me observó fijamente, luego palmeó el tejado para qué me sentase a su lado. Cuando me acerqué, me tapó también con la manta y el silencio nos invadió.

Lo sentía muy apegado a mí, por alguna extraña razón el comenzó a observarme de pies a cabeza, lo cual hizo que me pusiera demasiado nervioso.

- ¿Alguna vez te conté la historia de mi vida, Bencito? -Rompió el silencio.

- No me interesa, sinceramente.

-Ah... ¿Si? Me da igual. Bueno, todo comenzó un dos de febrero del dos mil tres, una chica se embarazó, al parecer, accidentalmente. Me abandonó en un orfanato y mi gran vida comenzó, - Continuó-Mis padres, obviamente Bencito, no podían tener hijos, me vieron a mí y les encanté.

-Qué gran historia, déjame terminarla. Creciste exageradamente, tú y tus millones se volvieron intimidantes y toda la escuela se puso a tus pies. Comenzaste a juntarte con los brabucones y empezaste a molestarme siendo el único que te hablaba cuando te molestaban.

El observó hacía abajo, por un momento el silencio nos volvió a invadir.

-Nunca lo había pensado así, lo siento Ben. -Soltó.

Se había transformado en una persona, quizás debajo de todo ese personaje existía alguien inseguro, alguien con el dolor de haber perdido a su madre.

-Está bien.

- ¡Te molesto porque te amo, preciosa! -Me abrazó.

El idiota había vuelto.

- ¡Me pregunto si alguna vez eres serio! -Grité.

-Nunca. -Me guiñó un ojo.

La noche siguió y nosotros seguimos conversando, me sentía algo diferente, no lo sé, quizás había comido algo qué me cayó mal.

- ¡John! -Lo interrumpí.

- ¿Qué?

-Está saliendo el sol...

Finalmente, yo, el qué quería irse a dormir temprano, se quedó hablando con el idiota de John hasta el amanecer.

-Ajá, deberías irte a dormir princesa.

-De hecho si, adiós. -Dije incorporándome.

- ¿Y mi beso de buenos días? -Soltó.

Me quedé observándolo, él se acercó a mí y me dio un beso, algo largo para mencionar, en la mejilla.

-Adiós Bencito. -Me dijo mientras bajaba para irse a su casa.

Yo seguía atónito.

¡Alejate de mi tejado, John! [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora