50

150 14 1
                                    

Y entonces al ver pasar la arena arrastrada por el viento comprendió varias cosas. Una de ellas era que jamás tendría la historia de amor que tanto quería, jamás habría alguien que la amara con tanta intensidad como ella lo hacía. Comprendió que siempre se enamoraba de auténticos patanes, y que al parecer su suerte con éstos jamás se vería a su favor. Entendió aquella tarde que su vida siempre sería un total desastre y que absolutamente nadie repararía. Tenía la certeza absoluta de que se quedaría así por el resto de su vida, que así se sentiría por lo que le quedaba vivir. Sabía que nadie jamás sabría lo que se sentía estar así, en aquel instante, sintiéndose mal consigo misma y pensando ¿Que sentido tiene ya todo?
Sus ojos llenos de lágrimas al borde de caer sobre sus rosadas mejillas.
Sabía que nada podría hacer para cambiar su vida, entonces se sintió vacía. Sin razón alguna para continuar. Y se olvidó de todo lo demás. No sabía ya que sentía en aquel momento, ¿dolor?, ¿perdida?, ¿frustración? o ¿enojo?. No lo sabía, quizás dolor por qué se encontraba sola. Quizás perdida por qué ya no sabía que hacer para reparar su vida. Frustrada por no poder hacer nada. O enojada por qué nadie le tomaba en serio nunca. Quizás todas. Nadie jamás lo sabría. Sentía un dolor tan profundo, se sintió tan vacía, con el alma partida y totalmente rota que se fue y jamás volvió. Y todos sabíamos que jamás lo haría.

Voy a escribir sobre ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora