Love is like that → TaekWoon ✧ Leo

03

Cuando las luces se apagaron, juré que TaekWoon expresó miedo por unos segundos. Yo por el otro lado, estaba imaginando la triste escena de mí sufriendo una muerte lenta.

—¡Vamos a morir!—Grité de la nada.

—No—Pronunció—. Llamaré a alguien, no te preocupes.

Sacó su celular de uno de los bolsillos de su pantalón. Intenté tranquilizarme, así que ya no dije más y sólo observé cada movimiento que hacía.

Era demasiado atractivo. Transmitía un aura demasiado misteriosa, y su mirada era fría. ¿Su actitud podía coincidir con su apariencia? Si iba a ser una celebridad, sería extraño verlo así, tan callado.

—No debes preocuparte—Me sacó de mis pensamientos—. HakYeon traerá a alguien para que nos ayude.

—Está bien—Asentí—. Espero que sea pronto, no creo que retrasar la sesión sea buena idea.

—No importa, no es tu culpa.

Algo bueno había después de quedarnos atrapados; estaba hablando más. Parecía prestarme más atención que al principio, cuando no volteaba ni a verme.

—Y bueno… ¿cómo conociste a los demás?—Rompí el silencio.

—Por el entrenamiento—Dejó escapar un suspiro—. Hasta ahora, ha sido difícil.

—No me lo imagino.

—Tal vez sí—Se encogió de hombros—. Estás aquí haciéndote cargo de algo complicado.

Sonreí levemente. No sabía qué contestar, y en ese momento, la que no podía voltear a verlo era yo.

—¿Y tú?

—¿Eh?

—¿Por qué viniste a Corea?

—Mi papá creyó que era buena idea instalarse en el lugar donde nació.

—Oh, ya veo—Asintió—. Debe ser interesante viajar y conocer muchas partes del mundo.

—Sí—Mentí.

“Es bueno viajar por el mundo cuando no te tienen aislada de la sociedad, TaekWoon.”

El silencio volvió a hacerse presente. No tenía muchas ganas de hablar, y al parecer el chico que estaba a mi lado, tampoco. Por mi parte, la preocupación se hacía cada vez más grande.

—Ten—Me dijo en voz baja mientras me ofrecía un vaso que por lo que pude ver, contenía café.

—Gracias—Tomé el recipiente entre mis manos y suspiré.

TaekWoon soltó una risita. Lo voltee a ver con confusión.

—Durante el tiempo que estuviste callada… lo único que hiciste fue suspirar.

—¿De verdad?

—Sí.

La luz se encendió de pronto y lastimó mis ojos, y en menos de un segundo, el elevador estaba funcionando normalmente.

Sentí un gran alivio y me levanté del suelo. En cuanto las puertas se abrieron, salí con TaekWoon detrás de mí. Un chico nos esperaba en la puerta. Nos guió hasta el lugar de la sesión.

Entramos a una habitación demasiado grande. Un montón de personas caminaban de un lado a otro. A unos metros estaban cinco chicos, y cuando se percataron de la persona faltante en ellos, el moreno se acercó.

—¿Están bien?—Preguntó con el semblante serio.

TaekWoon asintió.

—Sí, gracias por preguntar—Contesté.