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—A partir de ahora tienes que responder mis llamadas y mensajes—me miró con los ojos entrecerrados—. Todo este tiempo me sentí ignorado.

—Lo siento, de verdad—le dije arrepentida—. No paré de estudiar en ningún momento, mi padre regresó de un viaje de negocios y como te habrás dado cuenta, soy una despistada.

—Está bien. Ya no te guardo tanto rencor—sonrió—. Anda, ve. Tu hermano luce impaciente.

Asentí y di media vuelta. Subí al auto y MinHo sacudió su mano de un lado a otro en señal de despedida mientras veía a HakYeon.

Solté un gran suspiro y mi hermano me miró extrañado por el espejo retrovisor.

—¿Por qué tu expresión? Estas muy distraída.

—No es nada—contesté sin ganas—. Me siento extraña.

—¿Estás enferma? ¿Te duele algo?

Negué.

—No quería irme.

—Lo siento. Si papá nos descubría—

—Entiendo—sonreí de lado.

Por alguna extraña razón, al recordar a TaekWoon sentía un cosquilleo en el estómago. Empezaba a considerar que sí estaba enferma.

—¿Sabes? Uno de ellos… es realmente extraño.

—¿A qué te refieres?

—A como me siento con él—respondí—. Cuando me mira, siento que voy a morir de los nervios, pero, me gusta esa sensación. ¿Te ha pasado?

Sonrió y negó divertido.

—Sí, algunas veces—asintió—. Te gusta.

Lo miré atenta. No podía decirle que no, porque realmente no tenía idea de qué rayos estaba pasando, así que no dije más.

—¿Quién es?

—TaekWoon—susurré.

—¿No es mayor?

—Un poco… sí.

Mi hermano no dijo nada más, y yo tampoco. Nos mantuvimos en silencio todo el trayecto.

Tenía la sensación de que éramos prófugos al entrar a casa cuidando que papá no se enterara. Desde que había regresado todo era más complicado, y sólo deseaba con todas mis fuerzas poder mantener en secreto que el hecho de que no seguí sus reglas. Y aunque lo supiera, lo que más me preocupaba era que MinHo saliera perjudicado.

Subí a mi habitación y cambié mi ropa en tiempo récord. Removí el maquillaje de mi rostro y sujeté mi cabello en una coleta con un listón. Me senté en mi cama y tomé uno de los libros que dejé sobre esta.

Un par de golpes leves en mi puerta llamaron mi atención.

—Señorita, su padre la espera para cenar—fue todo lo que escuché para que mis nervios se hicieran presentes.

Dejé escapar un suspiro y bajé al primer piso. MinHo estaba en el comedor con papá.

—Hola, padre—me senté junto a mi hermano—. ¿Qué tal tu día?

—Hola—sonrió—. Bien, supongo.

—Me alegro—asentí.

Pos unos minutos el único ruido entre nosotros era el de los cubiertos, y eso me hacía sentir más incómoda de lo que ya estaba.

—Acerca del contrato publicitario de que se hicieron cargo—hizo una pausa—... quedé sorprendido.

MinHo levantó la mirada y pude notar miedo en esta.

—Todos hablaron maravillas sobre tu empeño como empresario—se dirigió a mi hermano—. Y tú, mi pequeña ____, no pude pasar por alto la habilidad con la que te ganaste la confianza con esos chicos.

Me quedé helada.

—La verdad es que—me interrumpió.

—Con eso vamos a poder sacar provecho más adelante, buen trabajo.

—¿Sacar provecho?—el chico que estaba a mi lado habló.

—Suponiendo que no fracasen.

Lo miré mal. ¿Cómo podía expresarse de esa manera? Ni siquiera los conocía, pero, ¿qué estaba esperando? Si no se preocupaba por mí, mucho menos lo haría por ellos.

La semana siguiente todo fue monótono; tomé mis clases y leí en mis tiempos libres. De vez en cuando me tomaba la libertad de responder los mensajes que HakYeon me mandaba.

Estaba a punto de ir a dormir cuando mi celular sonó. Lo tomé en mis manos y fijé mi vista en la pantalla; era un número desconocido.

—¿Hola?—hablé con timidez.

—¿____?—una voz masculina bastanta familiar se escuchó—. Hola, soy Hyuk.

—Oh, Hyuk. ¿Pasa algo?

—No, bueno… sí—escuché una risita nerviosa—. Mañana no tengo nada que hacer, y quería pasar el tiempo con alguien de mi edad. Los demás están ocupados.

—Ya veo—hice una pausa—. Creo que puedo tomarme un día libre. Será divertido.

—¡Perfecto!

—Por cierto… ¿cómo conseguiste mi número?

—Robé el celular de HakYeon por un momento.

—Eso lo explica todo.

—Sí. Se lo pedí amablemente, pero se negó.

—¿Por qué?

—Él piensa que terminaremos juntos…

—Ah—fue lo único que dije.

—Bueno, te llamaré mañana.

(...)

TaekWoon

Hoy iría a visitar a mis padres. Después de un tiempo sin verlos, sentía que los extrañaba. Desde antes del debut estuve centrado sólo en eso, y ahora un sentimiento de culpabilidad me invadía.

Pedimos comida a domicilio y después de eso cada quien se hizo cargo de sus asuntos.

Me senté en el sofá y me entretuve un rato en mi celular. Vi a Hyuk caminar de un lado a otro un poco preocupado.

—¿Qué tienes?

Paró en secó y volteó a verme. Sonrió nervioso.

—Saldré con alguien y ya es un poco tarde—asintió.

—¿Irás con tus amigos?—pregunté con desinterés.

Se acercó a mí y se sentó a mi lado.

—Veré a ____.

Mi cuerpo se tensó. Traté de ocultar mi reacción y miré a la pantalla de mi celular.

—Pensé que el único que hablaba con ella era HakYeon.

—Lo sé, pero todos tenían planes para hoy y no quería quedarme aquí solo. Además, creo que sería bueno conocerla.

—Ya veo. ¿Te gusta?

—¿Qué? No—negó—. No lo sé. Ella es muy atractiva.

—Está bien. No tienes que esconderlo.

—Pero no estoy escondiendo nada...

Me miró con reproche y se levantó para caminar hasta la puerta y abrirla.

—Nos vemos, disfruta tu día.

Lo siguiente que escuché fue el sonido de la cerradura. Estaba demasiado ansioso. ¿Cómo podía una chica de su edad hacerme sentir así? ¿Qué era lo que me atraía de ella?

Nada tenía sentido.

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⏰ Última actualización: Aug 07, 2017 ⏰

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Love is like that → TaekWoon ✧ LeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora