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.Después de la boda otro acuerdo fue el que se llevó acabo pero esta vez sólo de palabra entre los jóvenes y sus respectivas familias, diez años, ni un momento más, esa era la fecha que tenían como límite para tomar sus responsabilidades, mientras podrían disfrutar de cierta libertad para hacer eso de "seguir su camino" como ellos decían, claro que la vieja Elroy protestó, no quería que eso pasara, sin embargo Albert y Richard se dejaron imponer, el primero por haber hecho lo mismo durante un largo periodo de su vida siendo únicamente él mismo antes de asumir su papel de patriarca, el segundo porque se lo debía su hijo, fueron dieciséis años tomando decisiones por él, imponiendo sus reglas y deseos, dejando incluso que su esposa lo educara un tiempo con lo que eso significaba, cuando se dio cuenta que su horrible mujer maltrataba de más, "Por Dios siempre es de más al maltratar a un niño", había pensado el Duque cuando cayó en cuenta de la realidad, no sólo eran una nalgada o un manazo, su mujer iba más allá, mucho más y sobretodo en lo emocional, humillándolo, diciéndole "bastardo", "hijo de una zorra americana", fue cuando optó meterlo al colegio para evitar que ella siguiera dañando a su pequeño. Por todo eso, y su descuido, su abandono para no pensar en Eleanor, por todo eso se lo debía, y a su nuera que a pesar de su corta edad jamás claudicó, espero hasta que obtuvo su recompensa confiando mucho más en su hijo de lo que él mismo o cualquier otro ser humano lo hubiese hecho en toda su vida.
Pero la vida no es cuento de hadas y no termina con el famoso "Y vivieron felices por siempre", por el contrario es justo ahí, después de lo hermoso de una boda cundo la realidad llega y hay que saber vivir con las altas y bajas y como pareja sortear los obstáculos que vengan.
-Primer gran pelea-
.—No Candice, está vez no –un energúmeno Terrence gritaba–. Sabes que siempre concedo todos tus caprichos pero éste jamás.
—Terrence Graham Grandchester este no es un capricho compréndelo.
—Sí Candice es un capricho y uno muy egoísta.
—¿Egoísta, lo llamaste egoísta? –los gritos llenaban toda la estancia, por suerte no tenían la suficiente dinero para tener personal porque sino ya todos estuviesen despiertos en esa casa–. Capricho egoísta es que me quieras tener encerrada. Recuerda que este tiempo fue para que los dos creciéramos no sólo tú.
—Estás acabando con mi paciencia Candice –el joven actor se pasaba desesperado una mano por su frente y cabello el cual jaló al llegar al final del mismo en clara acción de frustración.
—No, tú estás acabando con la mía, creo que... tendré que regresar con Albert.
Él la miró asombrado, ¿cómo era posible que le dijese aquello, sólo llenaban once meses casados y ella se quería regresar con su padre? Bufó muy molesto, pero luego reflexionó la situación, inhalo profundo con lo que logró tranquilizarse un poco.
—Muy bien –dijo calmo– si te quieres regresar, adelante, abandona el barco.
—Sabes que no es lo que quiero.
—Entonces no lo digas.
—Es que me quieres dejar encerrada –la rubia comenzó a llorara desesperada–, sólo... quiero... ser... enfermera... y no me dejas.
Él volvió a sacar el aire de sus pulmones, otra vez calmo se acercó a ella para poder arroparla con sus brazos, le dio un beso en la frente y con mucha calma le dijo.
—Candy, ya vas a la mitad de tus estudios, no puedes decir eso.
—Claro que puedo... tú ya no... quieres que estudie... ni me dejaste que te acompañará... a tu gira–sollozaba sin poder evitarlo–. Pero Karen... sí te acompaño.
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Volverte a ver
FanfictionDesviación de la historia de Candy Candy a partir del fin de las vacaciones en Escocia. El Duque de Grandchester ha decidido aceptar un contrato matrimonial que involucra a su hijo Terrence, este al esterarse decide escapar a América sin interesarse...