Agustina Oyama

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Después de que Mary escupiera la verdad como si fuera algo tan simple,tan normal, lo único que se escuchaba era la música que emitía la radio.
   No lo podía creer, cómo mi madre, la mujer que me dio la vida, pudo haberme ocultado la verdad, aún sabiendo que yo corría el riesgo de dañar a las personas que más amo,que lo podía dañar a él. Y tampoco entendía cómo yo podía haber sido tan ingenua. Nunca hubiera imaginado que aquel hermoso collar, tan rojo como la sangre, impidiera que el poder tan infecta que se hallaba dentro de mí desatara una tormenta en lo más profundo de mi ser.
   Luego de unos días decidí contactar con Brenda, una de las brujas más poderosas de la ciudad porque no iba a permitir que por culpa de mi madre asesinara a mi amado. Cuando llegué a su casa ella me dijo que lo único que podía hacer por mí, era darme una poción que no sólo me quitaría el poder, sino también la vida.

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