Lluvia.

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Han notado que la lluvia cae siempre en vertical?... no ya, ahora en serio.
Suelo recostarme a pensar, esos días de lluvia donde todo es tan tétrico y silencioso que pareciera irreal. Suelo recostarme a pensar en las acciones de las personas y a analizarlas, sin ánimo de vanidad ni mucho menos, no nos malentendamos señores y señoras... la degradada imagen de la filosofía entre la multitud pedante que abunda hoy en día, ya saben.
Me pregunté, si la tristeza hace que veamos la realidad tal y como es, o si solamente es un punto de vista negativo, por el mero hecho de estar tristes. También me pregunté si al estar feliz, el mundo es tan hermoso como lo percibimos... no llegué a una conclusión, porque estoy en ello.
He notado que mis palabras asustan o hieren la burbuja de ciertas personas, sin ánimo de ofensa, que no quieren oír cosas reales, que no quieren oír algo que va contra lo que creen. Yo, escribo, no río.
Mi boca podría hablar, pero escribo, me es más cómodo. Cómodo tal y como es ver mi país cayéndose por el despeñadero... y no hacer nada, no intentar revolucionar, prefiero... quedarme quieto, que los políticos te pisen, clase obrera.
Quiero, que usted señor lector, que entró seguramente buscando un FanFic o cuento de terror para despejar su mente del maullido atroz que conlleva la realidad, me diga ¿hasta cuando va a seguir escapando de la realidad que lo inunda? o ¿de qué está escapando en realidad? ¿de algo que lo daña? ¿de algo que es necesario pero usted, en su infinito egoísmo personal de querer estar cómodo usted, decide esquivar? yo también me lo pregunte, yo también me lo respondí.
Señor Santillan, dije, el dinero solamente representa un valor, entonces ¿porqué cree usted que las personas creen que son ricas por poseerlo? a lo cual me dio una respuesta bastante interesante, dijo "Las personas prefieren tener un valor, que el objeto a valorar, porque muchos números dan la ilusión de más, por ejemplo un auto de carreras podría costar unos 30.000 €, y la persona quizás elegiría los 30.000 € en lugar del auto". Por lo tanto, había respondido a mi pregunta, seamos sinceros, el señor Santillan no existe, pero acaban de entender el mensaje ¿cierto? comenten.
Transmito, transmitiré y voy a morir transmitiendo mensajes de revolución,  negando la mediocridad abundante, no hablaré de fantasía, ni de moda, ni cuentos. Voy a hablar de experiencias, de soluciones y de problemas, en el sentido más humano de todos... bienvenido.

Había una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora