Hacemos tantas promesas y nos debemos tantas otras.
Aún me acuerdo de los veinte besos que le prometí a tu cuerpo,
y de los mordiscos que le debes tú al mio.
Del "yo te prometo que no te haré daño" o "yo no te dejaré sola".
Mientras tanto, me sigues debiendo mordiscos, que ahora das a otros cuerpos,
y yo prometo a otros cuerpos tus veinte besos.
~Yoana Obregón