Capitulo 6

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Me quedé observando aquel cartel de bienvenida por unos segundos. Lo había logrado, logré salir y consegir lo que realmente quería. Lo único que hice fue caminar, caminar sin mirar atrás.
A lo lejos se divisa un edificio, este muy llamativo con letras grabadas en la cima.
Continúe caminando hasta adentrarme en la ciudad, la cual empezaba a llamar mi atención, pasé por varios centros comerciales y algunos clubes de noche, sigo caminando hasta encontrarme con un reloj en un pequeño faro, el cual me dice que son las 20:00. Ya es algo tarde y sigo familiarizadome con aquella ciudad, la hora me pone a pensar que debo encontrar un lugar en el cual pueda pasar la noche, sigo caminando hasta encontrarme con un punto el cual puede indicarme el lugar adecuado.
Me acerco a un mapa en una parada del autobús, trató de descifrar este, pero una muestra de "arte" urbano simplemente me lo impide. Al estar caminando por varios minutos sin rumbo, me atrevo a preguntar.
Busco a alguien correcto que pueda darme indicaciones, sin pensarlo mucho me acerco a una mujer no muy pasada de edad, al acercarme percibo miedo en ella tan sólo con verme, está ve la poca distancia que queda entre nosotras, ella se va.
Ante aquel fracaso, decido seguir caminando, hasta encontrar un lugar aceptable para quedarme. Sigo caminando, siento ya el cansancio en mis piernas y percibo el cambio de ambiente en el lugar, me doy cuenta que me había alejado un poco de lo que parecía ser el centró de la cuidad, el lugar en el que me encuentro se asemeja a un callejón, con basura en los extremos y muy poca gente pasaba por este, mis sentidos se ponen en alerta al escuchar unas risas a mis espaldas

¿Por que estas tan sola? —escucho y por la distancia... se encuentra a lado mío. Agarró mi mochila con fuerza por las hombreras, caminando más rápido para así alejarme—

No te vayas... sólo queremos charlar... —dice una voz diferente, sigo caminando a la misma velocidad, sigo sin alejarme, estas personas me están siguiendo— Hey... —uno de estos se pone en frente mío haciendo que me detenga de golpe. Me limite a mirarlo, dando un paso al costado para esta vez caminar más rápido, al acelerar mi pasó uno de ellos toma con fuerza mi brazo. Esto provoca una corriente de adrenalina por todo mi cuerpo, haciendo que reaccionará y tome a este hombre de igual manera.

Sueltame... —digo con cuidado mirando el suelo, buscando algo que pueda darme ventaja.

Tienes agallas —dice aquel hombre aún sin soltar mi brazo— sólo queremos tu mochila... —dice esbozando una sonrisa de lado— pero... veo que puedes darnos más que eso, eres muy bonita —dice acercándose para acariciar mi rostro. Esto hizo que soltara el brazo que tenía agarrado para está vez tomar el que se acercaba, tome su mano y lo que hice fue torcerla, este dio un grito, haciendo que su compañero se acerque rápidamente para tomarme del cabello, ya tenía mi mano libre, lo que me permitió llevar ambas hasta las manos del otro sujeto, para hacer que me suelte el cabello, vi que la otra persona intentaba lastimarme, sacando una navaja, esto me alertó y comencé a retorcerme, dando patadas y algunos saltos, aún continuaba con las manos ocupadas para hacer que el otro me soltara.
Ese fue el instante en el que algo llamó mi atención; un reflejo de luz en el cielo, este tenía una forma peculiar, la da un murciélago.
Un dolor inmenso seguido de un quejido de dolor me quito la mirada de aquel símbolo, me encontraba en el suelo, sentía dolor en mi estómago, uno de ellos me había proporcionado una fuerte patada, lo único que hice fue llevarme las manos a mi dolorido estómago.

No intentes nada niña estúpida! —grito uno de ellos, ya no diferenciaba cual, sentía que el cansancio de todo el día me invadía ahora, me sentía mareada, se me empezaba a nublar la vista, hasta que sentí que intentaban robar mi mochila, lo que hice fue aferrarme a ella con toda la fuerza que me quedaba, otra fuerte patada se me fue concebida, está vez en mi espalda, quitándome todo el aire y haciendo que me desplomara por completo, sentía varios golpes en mis manos para hacer que estos suelten mi mochila, ya no podía recuperar la respiración, empezaba a cerrar los ojos, lo último que pude sentir:  fue el dolor, lo último que pude ver: fue una silueta acercándose a mi...
El dolor cesó.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2017 ⏰

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Lucy QuinzelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora