Jae Yeol

UNO

''Puede que este borracho, señorita, pero por la mañana estaré sobrio y tú seguirás siendo fea''

WINSTON CHURCHILL

Lean Haggard no solo tenía una resaca de mil demonios, sino que además, para su horror y verguenza, seguía encontrando atractiva a Jessica O'Conell. Su objeto de amor y devoción desde séptimo grado.

Acurrucado a un lado de la desordenada cama, todavía con la ropa del día anterior puesta, Lean —como el masoquista que era—, recordaba una y otra vez como la chica de la que llevaba enamorado cuatro años no se tomó la molestia de tener la decencia de rechazarlo con un poquito más de tacto.

''Bien por ti'' le había espetado con cara de indiferencia cuando Lean se armo del suficiente valor —gracias a las dos botellas de Blue Moon que Jae Yeol le hizó beber a la fuerza—, y le confesó sus sentimientos al verla junto a la mesa de aperitivos sola. ¿Que mierda de respuesta era aquella?

''Bien por ti''

Eso no era lo que se suponía que decías cuando alguien te dejaba saber que estabas interesada en ella de manera romántica.

''Bien por ti''

''Maldita bruja'', pensó Lean con rabia al ser incapaz de deshacerse de la imagen de Jessica de aquella desastrosa noche. De sus brillantes ojos castaños. De su bonita nariz con forma de botón. De sus carnosos y sensuales labios rojos que invitaban a ser besados. De sus grandes y turgentes pechos que parecían a punto de derramarse fuera del ajustado vestidito blanco que llevaba puesto...

''¡Maldita seas! ¡Tú y el gilipollas de Jae Yeol!''

Y es que para Lean, el noventa y cinco por ciento de la culpa la tenía su amigo por traer las cervezas que lo inducieron a cometer semejante locura. ¿Que clase de amigo era ese que permitía que te emborracharas y luego se reía de tu dolor cuando cometías una estúpidez? Estúpidez que Jae Yeol podría haber evitado ya que era el más sobrio de los dos.

''¡Capullo! ¡Cabron de mierda! ¡Ésta me las pagaras!''

No era como si Lean pensará en vengarse seriamente de él. Al fin y al cabo se conocían desde que eran niños puesto que vivian el uno frente al otro en el mismo bloque de pisos. Y tampoco sería muy inteligente meterse con el chico más votado —por parte de los estudiantes del High School St. Patrick—, a terminar en la cárcel por un posible asesinato multiple violento en un ataque de cabreo.

De todas formas, Lean encontraba un cierto alivio dirigiendo su enfado hacia su amigo y no hacia la chica que aplastó todas sus esperanzas con aquellas tres palabras.

''Bien por ti''