Las Crónicas De Narnia: El Príncipe Caspian (P A U S A D A)

Capitulo IV

Espero que les sea de agrado, siento mucho publicar una vez cada 3 meses o mas. No he tenido inspiración para esta novela, pero seguiré escribiendo

—Edmund —pronunció la más pequeña de los hermanos, quien había sido la última en reunirse con ellos. Su hermano al percatarse la presencia de su familia y la voz de Lucy, se giró con una expresión sombría. Simplemente los miró a todos, incluyendo a Lailah y se puso de pie sin separarse de las catapultas. Las palabras no eran audibles pero parecía que él hablaba con su mirada fija en sus hermanos, hasta que fue capaz de decir unas simples frases las cuales había salido con dolor, como si se culpara de no haber estado allí para defender lo que alguna vez había sido su hogar.

—Estas catapultas... — dijo, mirando hacia la fila de escombros, maderas y restos de catapultas que quedaban de pie—. Cair Paravel, no se derrumbó. Fue...— aquella frase fue interrumpida por la más pequeña de los Pevensie, quien estaba con una expresión triste y con los ojos celestes cristalinos.

—... Atacado—dijo a duras penas, mientras los cuatro hermanos se miraban entre sí, Lailah no parecía existir en aquel momento. Ella no conocía nada del país, apenas si había tenido un par de visiones y sueños. Era una extraña para aquel lugar, al igual que Narnia para ella. Lailah había optado por quedarse en silencio mientras los hermanos hablaban de lo que había pasado en el castillo. La noche al fin había caído y ellos estaban alrededor de una fogata que los muchachos habían preparado y comprarían lo que había encontrado en los árboles y el poco almuerzo que tenían en sus manos. Ya que todo el equipaje y los almuerzos de los tres mayores Pevensie habían quedado en la estación de trenes, las únicas que lo llevaban consigo eran Lucy y Lailah, se lo había entregado a Susan para que ella los repartiera en partes, posiblemente iguales, para que todos comieran algo antes de ir a dormir. No era mucho lo que tenían, y se habían quedado con hambre. Fue lo único que consiguieron.

— Creo que deberíamos intentar dormir —comentó Susan, mientras se acomodaba cerca de la fogata y cerraba los ojos, se imaginó ver una lágrima caer por su mejilla y perderse en delante de las llamas de la fogata. Dicho eso el silencio se había reinado el lugar, lo único que se escuchaba eran las respiraciones relajadas de cinco chicos durmiendo junto al cálido fuego que había en el centro de ellos. A lo lejos, las olas rompiendo y avanzaron lentamente hacia la arena subiendo y acercándose más a la playa. Las horas habían pasado rápido y la luna se alzaba majestuosamente en lo alto del cielo, por la posición de la luna era medianoche y la noche parecía ser muy larga para Lailah, ya que se había despertado hacia sólo unos segundos. Con sus ojos clavados en el firmamento de estrellas que bañaba el cielo de un azul oscuro se preguntaba cuanto tiempo estaría allí, si era buena idea de que se encontrara con sus amigos en aquel mundo maravilloso lleno de aventuras. Ella giro su cuerpo y apoyo un brazo debajo de su cabellera para tener un sostén cómodo, se había despertado con la sensación de que estaba soñando; las olas chocar contra la playa, el calor de la fogata, aquel mundo llamado Narnia pero al abrir los ojos comprendió que no era un sueño, era realidad. Las llamas gente a sus ojos bailar de un lado al otro, atrayendo poco a poco los brazos de Morfeo la acogían para devolverla al mundo de los sueños. Pero aquella noche no fue molestas por ningún sueño, durmió placenteras ente hasta que los primeros rayos el sol pegaban en sus mejillas.

— Buenos días— dijo Lucy con una enorme sonrisa al mismo tiempo que su mano se posaba en sus ojos frotándolos con suavidad hasta acostumbrase por completo a la claridad de aquella mañana.

—¿Cómo has dormido? — pregunto con dulzura y su sonrisa radiante de siempre, aquella niña era la alegría en persona, siempre con una sonrisa en sus labios y un brillo especial es sus ojos celestes. Era una niña muy comprensiva y siempre hacia todo porque todos estén felices.