El intento

26 3 0
                                    

Últimamente se empeñaba en decirme, todos los días, a cada hora y minuto, " Te amo".

Yo ¿que le podía responder?, también, te amo, pero no se lo decía tan constante, aveces solo se lo contestaba con una sonrisa, con mis acciones, después de todo, "las acciones valen mas que mil palabras"; pero para él no era así.

Ya no era lo mismo, tanto como él y yo, lo sabíamos, pero al parecer, aun no queríamos que se rompiera ese lazo.

El día que se celebro la posada, me insistió que le acompañara, y yo cedí, al parecer tenía la mala costumbre de nunca decirle que no; y mi única condición fue, que no me dejara tan sola.

¡Ja ja ja!, y lo primero que paso...

Llegamos y lo único que hacia era estar con sus amigos, recibí una llamada, un amigo me había marcado.

Él me vio cuando hablaba por teléfono y se acerco a mí.

- ¿con quien hablabas?
-  con alguien...
- te pregunte algo, ¡¿con quién hablabas?!.
- con un amigo ¿feliz?
- entonces quedate hablando con tú amigo - dijo con tono enojado y se marcho.

Sí, así es, otra vez me había dejado sola.

Tan solo un momento estuve sentada, pero no podía disimular lo que pasaba, me arte, tome mi bolsa y me levante.

Total, él ni me estaba viendo, no se daría cuenta que me había marchado.

Me fui a toda prisa, me senté en un lugar que estaba cerca de un árbol.

Él no me buscaría, pense.

Me equivoque, me siguió, me vio marchar.

Se acerco a mí y me dijo:

- ¿porque estas aquí sola?
- ya lo estaba, no se en que te sorprende.

Me vio, se acerco más a mí y me tomo de la mano diciéndome:

- vamos, la fiesta está por haya, prometo ya no irme con mis amigos y dejarte sola. Además ya sera la hora de comer.

Me sentía como alguien tan pequeña he indefensa, ¿porque nunca podía resistir?

Sin embargo sabía que él ya no me amaba como antes, que ahora solo me quería. Que aquella etapa en la que todo era bello, dulce y hermoso, ya había pasado y acabado.

Realmente ya estaba cerca el adiós de este dulce y agrió amor que habíamos creado él y yo, el que había cambiado aquel latir en mi corazón.

dulce y agrio amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora