Capítulo 3: Seducción

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Tan sólo el piar de los pájaros era audible entre las copas de aquellos árboles. Entre ellos, los suspiros agotadores de un muchacho tratando de moverse lo mejor que podía. Sasuke sabía que su mala condición de salud se estaba agravando, pero no era capaz de decírselo a Naruto. ¿Qué pensaría Naruto de él? ¿Que era débil? No... debía demostrarle que seguía siendo ese Uchiha fuerte y orgulloso así le costase la vida.

Siguió caminando pese al dolor y los ruidos que salían de su vacío estómago. Parecía caminar sin un rumbo fijo, hasta que un par de voces llegaron a sus oídos. Sin duda alguna, era la voz de Naruto que continuaba con sus bromas mientras buscaba leña, pero no era eso lo que le llamó la atención, sino la forma en que Sakura se iba acercando a él y se agarraba de su brazo fingiendo haberse torcido el tobillo para que él la llevase en sus fuertes brazos.

- Maldita sea – se quejó Sasuke – las mujeres siempre juegan con ventaja y Naruto sigue siendo un idiota.

Sasuke chasqueó los labios frustrado al ver que su mejor amigo seguía siendo un ingenuo que se tragaba todas esas mentiras y trucos que utilizaban las mujeres. Aunque pensándolo bien... no podía recriminarle nada, siempre había sido un chico solitario, las chicas solían perseguirle a él y rehuir a Naruto. Él nunca había tenido la opción de ligar con chicas, de que le persiguieran intentando robarle besos.

Un leve sonrojo se hizo presente en su rostro al recordar que precisamente había sido él quien le robó su primer beso. Aquel niño de la academia había empujado a Naruto y había terminado chocando sus labios con los suyos. Todas las chicas montaron en cólera porque Naruto le había robado el primer beso a él y aunque en ese momento odió a Naruto con toda su alma, ahora lo recordaba como el mejor momento de su vida.

- ¿Seguro que no puedes andar? – preguntó Naruto confuso.

- No, Naruto – dijo Sakura – me lo he torcido.

- Está bien... yo te llevaré en brazos hasta el campamento.

Justo cuando Naruto iba a cargar en brazos a Sakura, Sasuke decidió salir de su escondite y ver lo que se planteaba allí. Alguien debía salvar a ese ignorante de las malas artimañas de las mujeres.

- Vaya, no sabía que estabais por aquí.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó Sakura confusa.

- Buscar algo de cena. Creí haber visto un conejo o algo. Vaya... ¿Estás herida?

- Sólo me he torcido el tobillo – dijo Sakura algo sonrojada.

- ¿Puedo echarle un vistazo? Sé un par de jutsus médicos, aunque claro... no soy tan bueno como tú en ese campo – soltó Sasuke para dar a entenderle a Sakura que perfectamente podía haberse curado ella misma.

- No te preocupes, Sasuke, yo puedo echarle un vistazo a mi tobillo.

- ¿Estás segura? No me importa echarle un vistazo.

- No, no, tranquilo – aclaró finalmente la chica con una sonrisa antes de curarse ese supuesto tobillo herido.

De vuelta en el campamento, Sasuke vio su siguiente problema... Hinata. Allí estaba preparando un estofado que olía delicioso y con el que seguramente, querría conquistar a Naruto. Todo el mundo sabía que a los hombres se les podía conquistar por el estómago entre otras cosas y Naruto... era muy previsible para la comida.

Su estómago rugió con fuerza al oler aquel delicioso aroma. Tras semanas sin apenas probar bocado, se moría por probar esa comida, pero no podía permitir que Naruto lo hiciera. ¡Era su hambre o su hombre! En ese caso lo tuvo muy claro... nadie se confesaría antes que él a Naruto, así tuviera que pasar la peor de las hambrunas.

The mission (Naruto: Naru-Sasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora