Te doy mis ojos - Toll

Capítulo 4

Pasado el mes, Bill había decidido volver a casa con Tom, llevo las cosas de Dan consigo y ese mismo día hicieron la mudanza, por supuesto que Andrew no estuvo de acuerdo pero la advertencia de Bill lo había dejado helado, él quería seguir protegiendo a su hermano pero si esté le prohibía acercársele no podría hacerlo nunca más, por lo que dejo que se fueran no sin antes decirle que contaba con él y podía volver cuando quisiera

Mientras tanto Tom seguía en terapia con el psicólogo, tratando así de calmar ese carácter que se cargaba y podía ser motivo de que su relación con Bill se quebrantara

Una vez entra al salón se queda callado hasta que el psicólogo hace acto de presencia, jalando del brazo a Dylan y a Bob para interpretar una escena de violencia, por supuesto ambos indignados por tener que hacerla

— Bien, Bob tú lo harás del omega –

— ¿¡QUE?! Que lo haga alguien más – dice indignado, cruzándose de brazos –

— No está a discusión, he dicho que lo actuaras – dice firme a lo que esté refunfuña – Bien, Dylan imagina que llegas a casa y tu omega te espera, acción – palmea las manos para dar inicio a la actuación –

Dylan entra y Bob con brazos cruzados intenta disimular la gracia que le hace todo eso, además de todavía hacer rabietas por ser expuesto al salón

— ¿Y la cena? – dice Dylan en tono burlón a lo que el salón estalla en risas a excepción de Tom que miraba atento –

— Venga seguro que lo pueden hacer mejor – exclama el psicólogo, exasperado – ¿A nadie se le ocurre nada mejor? – pregunta al grupo pero nadie responde – ¿Tom? – le mira expectante, suplicando ser el que salve la situación –

— Mm.. ¿buena noche, que tal el día? – se encoje de hombros a lo que el otro asiente sonriendo –

— De acuerdo – suspira Dylan calmando su risa – Buenas noches ¿Y la cena? – nuevamente el salón estalla en risas, todos los alfas burlándose de la situación del omega –

— Escucha, tú has estado en la calle trabajando todo el día y seguramente tienes algo que contarle a tu omega al igual que él a ti, él ha estado todo el día en casa, seguro que tiene algo que platicarte – vuelve a decir el psicólogo –

Bob revolotea los ojos cansado, quería irse ya de la terapia, era un testarudo y el que más trabajo le había costado al psicólogo cambiar ese pensamiento de los omegas

— ¿Qué? – dice descarado, mirando con superioridad a Dylan –

— Pues que de que – contraataca divertido –

— Pues no soy yo el que ha estado trabajando – dice en son de burla a lo que por fin el psicólogo para la actuación y los hace regresar a sus asientos –

Era difícil tener que ver como todos ahí se comportaban como unos idiotas y algunos solapando los ideales de otros, Tom prefería mantener silencio y ejemplificar a partir de su situación con Bill

¿Realmente estaba tan jodido como para seguir yendo a terapia?

*

Toca el libro con detenimiento, analizando la textura y perdiéndose en la portada tan bella, era un libro de artes que le ofreció Gustav, ese mes iniciaban unos cursos gratuitos para empleados y estos puedan explicar cuadros en el museo, por supuesto que eso le llamo la atención, Bill era amante del arte y por tanto deseaba ser seleccionado para explicar algún cuadro, pero no tenía dinero para comprar el libro