Capítulo 2

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El salón se encontraba entre carcajadas y experiencias vagas de cada alfa, todos con su mismo pensamiento pobre acerca de los omegas, menospreciando la raza y haciéndoles de menos como si fueran objetos sin valor, Tom mientras tanto se mantenía en silencio, observando por la ventana hasta que el maestro hace presencia.

— Pues bien, hoy veremos lo que provoca esos arranques de ira entre cada uno de nosotros y la manera en que podamos controlarlo, por ello he traído nuevamente a Tony que lleva dos años aquí y nos puede ayudar por medio de su experiencia – toma asiento y espera a que el alfa hable –

— Si bueno, las rabietas generalmente se producen cuando no se tiene control de la situación, todos los alfas lo experimentamos de diversas maneras, en mi caso sentía la cara enrojecer y las manos me picaban y eso se calmaba dándole una bofetada a mi omega – todos en el salón asintieron como si de eso se tratara la solución – pero no es así, las cosas no se resuelven a golpes, entiéndanlo de una vez, cuando se empieza una discusión lo primero que se tiene que hacer es tiempo fuera –

Algunos quedaron confundidos pero antes de hacer algún cuestionamiento, esté prosiguió

— Me refiero a dejar la discusión, cortar la conversación y salir cuanto antes de casa para evitar recurrir a la violencia física, despéjate y piensa en algo que te guste –

Tom se sentía como un idiota entre todos esos, no era un lugar para él, eso era lo que pensaba, pues todos ahí eran tipos de por lo menos 45 años totalmente amargados con la vida, él lo único que quería era recuperar a Bill y volver a una vida normal

— Bueno pero es que a veces no hay manera, uno llega cansado del trabajo y lo que te esperas es que tu omega te atienda, no es justo que esté se encuentre echado todo el día – responde Marcus, era nuevo en la clase y por tanto no iba al corriente de los temas –

— No se trata de que te provoque o no, tu no debes poner mano encima a ningún omega, nosotros somos alfas y por tanto poseemos una fuerza brutal muy desequilibrada a comparación de ellos, sería totalmente bestial atacarles siendo que su estado es débil, además de que la violencia no genera ninguna satisfacción, te sentirás bien una vez que lo hagas pero cuando pasen los minutos sentirás culpa y es ahí cuando no se reflexionó antes de tiempo – analiza el psicólogo, dejando por un momento al salón en silencio – Piensen en una experiencia bonita junto a su omega que les haya brindado tranquilidad –

Por unos minutos todos permanecieron en silencio, sin querer emitir su recuerdo a la clase, simplemente mirando hacia otros lados intentando distraerse.

— Una noche de campo, junto a una fogata y malvaviscos - articula John luego de animarse –

— Un día de pesca en un lago, día soleado y luego un picnic – menciona Eliot sonriendo al recordar el momento junto a su omega –

Así fueron pasando uno a uno, Tom simplemente pensaba intentando rascar entre sus recuerdos algún bonito momento junto a Bill, no recordaba absolutamente nada

— ¿Y tú, Tom? – le mira expectante el psicólogo, alentándolo a dar una respuesta –

— No lo sé – susurra a lo bajo, centrándose en el cuadernillo –

— Venga que debe haber un momento que te haya gustado –

— No lo recuerdo –

Esté asiente consciente de que no recibirá respuesta del alfa en esos momentos por lo que prosigue con la clase, dejando al alfa de Tom con una duda en mente, buscando entre sus recuerdos alguna bonita experiencia a lado de Bill

Te doy mis ojos - TollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora