Capítulo 3.

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Estoy en la oficina de Charles leyendo una a una sus preguntas, ¿es que no tiene cerebro éste idiota?
Toda la información que se dispone a saber puede encontrala fácilmente en google, es un torpe.
Doy vuelta a la silla giratoria y quedo de espaldas al escritorio, creo que estoy muy estresada y cabe confesar que también un poco nerviosa, tendré a una chica hermosa en el mismo cuarto en cualquier momento. Eso me recuerda...
Doy un rápido vistazo a el reloj de mi muñeca y noto que ya han pasado tres minutos de la hora acordada para la cita, ¿Será que no vendrá?
Pensar eso me da una ligera punzada de decepción y niego para mí, vuelvo la vista al frente, puedo observar una buena parte de Portland desde aquí, es asombroso en comparación con la vista que tengo yo desde mi escritorio, Charles es un imbécil afortunado.
Escucho tres golpes en la puerta lo que me hace dar un pequeño salto y esfuman mis pensamientos, doy la vuelta de frente a la puerta y tardo unos segundos en decidir si me levanto y abro la puerta o simplemente le digo que pase. Me decido por la primera opción, me levanto, acomodo mi falda y alboroto un poco mi cabello antes de llegar, pongo mi mano sobre el metal frío de la cerradura y giro la perilla, doy una buena bocanada de aire y finalmente abro la puerta.
Oh por satán, ésta mujer está radiante.
Está usando unos pantalones blancos apretados que dejan a la vista sus enormes piernas y cadera ancha, levanto un poco la mirada y puedo apreciar unos redondos pechos bajo una blusa negra ajustada que hace juego con sus tacones.
Los nervios me impiden pronunciar una sola palabra.
-Entonces, ¿me dejarás pasar o seguirás viendo mi ropa?
Despierto de mi estúpido shock y le dedico una breve sonrisa.
-Claro, lo siento. Pase por favor.
Ella se adentra a la oficina y deja por los aires un muy agradable aroma, la miro mientras cierro la puerta a mis espaldas y me dejo envolver por el suave movimiento de sus caderas al caminar, su cintura tan pequeña que la hace lucir una figura expectacular.
La puerta se cierra y yo me muerdo los labios, porsupuesto que necesito privacidad con ésta chica.
-¿Dónde está Charles?
-Oh, sí... El señor Asher no está ahora, tuvo un imprevisto pero me dejó a cargo.
Me encamino a la silla de Charles sorprendida de la torpeza de mis pies al caminar y la dificultad con la que puedo pronunciar las palabras. ¿Por qué mierda me afecta tanto?
Ella frunce el ceño y me permito ver su bonita cara mientras lo hace.
-Se supone que el señor Asher me recibiría. -dice un poco arrogante.-
-Y así sería, pero como le iba diciendo, tuvo que salir de emergencia de modo que al ser su asistente me quedé a cargo de recibirla.
Ella suspira y asiente como dándose por vencida.
-Bien, él me haría una entrevista.
-Sí, aquí tengo las preguntas, ¿gusta de un poco de agua, café, té?
-Un poco de agua está bien, por favor.
Sonrío ligeramente y levanto el teléfono, llamo a recepción y atiende Sara.
-Lern, hola.
-Sara, necesito un vaso de agua para la señorita Cabello, por favor.
-¿Sólo uno?
-Y un americano para mí, por favor.
-Claro, en un momento.
-Gracias. -Me limito a decir y cuelgo.-
Dirijo la vista a la preciosa chica que tengo frente a mí y ella me devuelve la mirada, tiene sus bonitos ojos puestos sobre los míos y mi respiración de agita.
-¿Ya podemos empezar?
-Sí, claro.
Tomo la hoja en la que Charles tiene anotadas las preguntas y me aclaro la garganta.
-Bueno, mi nombre es Lauren Jauregui y le haré algunas preguntas, ¿está lista?
Ella pone una mala cara mientras recorre el escritorio con la vista y yo frunzo el ceño.
-¿Todo bien? -pregunto con evidente confusión.-
Ella se acerca un poco de modo que siento su respiración en mi cara.
-Jauregui, se supone que cuando haces una entrevista debes anotar las respuestas o grabar. -Susurra de una manera burlona y yo enfurezco.-
Suspiro y cierro los ojos para tranquilizarme y doy una leve carcajada, ésta chica sí que es arrogante.
-Me disculpo, evidentemente no he hecho ésto antes así que le ruego paciencia.
Ella se aparta y coloca sus manos sobre sus muslos, sonríe divertida mientras yo estoy que echo chispas.
-Entonces la espero. -dice con voz calma.-
Tomo mi teléfono del escritorio y coloco el grabador de voz, suspiro cuando presiono el botón de grabar y lo dejo cuidadosamente en la mesa.
-Bueno -digo tomando la hoja nuevamente- ¿Por qué es que quiere trabajar con una empresa tan pequeña como "Loves edition".
-He trabajado con editoriales de renombre y no me han dejado satisfecha, quiero dejar mi proyecto en manos de una editorial pequeña para ver cómo resulta.
Interesante respuesta, Camz.
-¿Por qué precisamente ésta?
-Charles es un viejo amigo de mi padre, la empresa va en picada y quiero ayudarlos un poco.
Sí que eres arrogante, mujer.
-¿Ayudarnos? -elevo una ceja incrédula.-
-Editar mi obra será un beneficio para la empresa, será una especie de publicidad para ustedes y más dinero para mí.
-Entonces, ¿escribe por pasión o para ganar dinero?
-Evidentemente por el dinero, o usted dígame señorita Lauren, ¿podría pasar un fin de semana en Las Vegas con pasión?
-No, claramente requiero de dinero pero no hay mejor trabajo que el que se disfruta.
-Y no se equivoque, yo amo lo que hago, pero eso no lo es todo, el poder se consigue con dinero y el dinero con trabajo.
-Completamente deacuerdo.

Ella esboza una sonrisa satisfecha y yo quedo encantada con ello, tiene una sonrisa tan hermosa.

Terminamos con las preguntas y tristemente es el momento en que se va, es una chica muy irritante pero muy atractiva también.

-Ha sido un placer, muchas gracias Camila.
-Señorita Cabello, por favor, no seas igualada.
-Oh claro, lo siento, señorita Cabello. -sonrío exasperada y asiento.-

Se levanta de la silla y yo pongo pausa a la grabación, me detengo a admirar por última vez su precioso cuerpo de arriba a bajo y me encamino a la puerta.

-Nunca llegó mi vaso de agua, que mal servicio.
-abro los ojos como platos recordando que el pedido nunca llegó.- Me disculpo, aveces Sara es muy despistada.
-Sí, ya lo creo.
-¿Usted lo cree?
-Tengo que irme, la hora de preguntas ya terminó, señorita Jauregui.

Cierro los ojos porque estoy furiosa y no quiero ser grosera con la señorita Cabello, abro la puerta muy ansiosa porque se vaya y ella da media vuelta.
-Creo que tienes potencial y aquí te reprimen. -saca una tarjeta de su cartera y me la entrega.- Para estar en contacto.
-Gracias. -respondo incapaz de pronunciar otra palabra.

Le ofrezco mi mano derecha para estrecharla como despedida pero ella sólo sonríe y sale de la habitación, yo me quedo allí, fascinada y a la vez furiosa porque me dejó como tonta con la mano estirada.

Oh Cabello, me costará sacarte de mi mente.

And if I stay?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora