Capítulo 10.

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Una luz me lastima, transpasa mis párpados y hace que mis ojos duelan, me cubro la cara con la mano y suavemente los voy abriendo para saber la fuente de dicha luz tan molesta. Es el sol.
Doy una leve carcajada y me levanto perezosamente de la cama, mis pies descalzos tocan el suelo helado y un escalofrío recorre mi columna. Me encamino a la ventana y cierro las cortinas no sin antes dar un vistazo a lo que el frente de mi casa me deja ver, se puede observar gran parte de la ciudad comenzando sus actividades, puedo mirar autos avanzando muy lento lo cual es señal de un tráfico insoportable y algunas sombrillas avanzando por ahí también, y cómo no, con ese sol y el calor tan sofocante al menos yo no saldría de casa sin al menos una sombrilla.
Me aparto del mirador y camino torpemente con dirección a la puerta de mi habitación, bostezo y me cubro la boca con la mano mientras con la otra tiro hacia atrás un mechón de cabello que me cubre el rostro, abro la puerta y salgo de la habitación, ¿qué se supone que haré ahora? Bueno, tal vez pueda desayunar, sí, voy a desayunar. Camino hasta la cocina y abro el refrigerador, hay uvas, jugo de manzana y dos latas de cerveza, dios, debo ir de compras. Saco una de las latas de cerveza y la destapo, bebo el primer sorbo y al parecer a mi garganta le agrada, hace mucho calor y la bebida fresca resulta muy favorecedora, cierro el refrigerador y me dirijo de nuevo a mi habitación para cambiarme la pijama e ir por despensa al super.

Ya estoy lista, me pongo un vestido negro que me llega a las rodillas, unas botas igualmente negras de plataforma baja y una chamarra de mezclilla con detalles de color negro de modo que combina perfecto, dejo mi cabello suelto y alborotado para no lucir muy arreglada y tomo mi celular de la mesa de noche, lo enciendo y miro la hora, son 10:25 creo que está perfecto para comenzar el día, salgo de mi habitación no sin antes rehacer mi cama y bajo al estacionamiento, subo al auto y antes de encenderlo pongo un poco de música para el camino, inicia la reproducción aleatoria y dulce voz de Selena Gomez rápidamente se expande por el auto y me contagia de alegría, enciendo el carro y por fin me incorporo en el tráfico.

Estaciono el auto y bajo rápidamente, dejo mi celular reproduciendo la música, cierro la puerta y entro al centro comercial, es momento de abastecer todas mis necesidades, esto será divertido.
Ya tengo la mayor parte de cosas que necesitaba, ahora sólo debo llenar mi cantina porque ya he vaciado dos botellas, ¿qué será bueno?
Le doy un vistazo a los anáqueles con las botellas tratando de decidir por la mejor opción, me inclino por un whiskey y tequila.
Bien.
Ya tengo las botellas, camino con ambas leyendo la etiqueta de whiskey hasta que me golpeo con algo y me saca de mi lectura profunda, levanto la vista y miro a una chica rubia de ojos castaños, me sonríe tímidamente y balbucea disculpas.

- Maldición, lo lamento.
- Está bien -bufo molesta
- En serio, lo siento mucho.
- Dije que está bien, ya déjalo.

Ella se aparta confundida y me da tiempo de apreciar su silueta mientras lo hace, está usando una playera color durazno muy ajustada que hace lucir una cintura muy pequeña y unos jeans recortados.
Tiene un lindo trasero.

Ella voltea aún tímida y me sorprende mirándola, me sonríe de nuevo pero esta vez de una manera coqueta, luce tan atractiva que no puedo evitar sonreírle de vuelta.
Bueno, la chica tiene un buen trasero y una sonrisa bastante linda, quizá quiera tener su número.
Me apresuro para seguirla y a lo lejos miro su playera durazno, está caminando a las cajas de modo que sólo paga y se va. Bien, necesito un plan.
Me formo en la cola detrás de ella y mientras coloco mis cosas en el mostrador la miro, parece nerviosa pero no borra esa linda sonrisa de su rostro.
Voltea de reojo y yo la sigo viendo, mis ojos no se le quitan de encima y ella cada vez está más tímida, sus mejillas se ruborizan un poco y me dejan ver el rostro de una chica de quizá 19 años muy tierna, luce tan dulce.
Ella ya se va y yo aún no me atrevo a hablarle, bueno, quizá ella sí tiene interés ya que demora en dar su efectivo. Veamos si no me equivoco.
Sale de la cola y toma sus bolsas pero permanece ahí, de pie junto a la cajera.
La cajera habla con aburrimiento notable en su voz, pobrecita, debe decir las mismas palabras vacías un montón de veces al día.

-¿Algo más?
- Sí, de hecho necesito una recarga teléfonica.

Miro de reojo a la rubia y ella de inmediato saca su móvil.
Sí, le intereso.
Bien pensado Jauregui.

-Por su puesto, ¿su número cuál es?
-Es 13... -le doy oportunidad de apuntar en su móvil a la chica de cabello dorado- 26, 32, 69.
-Está hecho.
-Se lo agradezco.
Le entrego la tarjeta y volteo a ver a la chica, ella vuelve a sonreír coqueta y yo le devuelvo el gesto.
Tomo las bolsas y al caminar frente a ella le giño el ojo y camino sin mirar atrás.

Salgo del centro comercial y me dirijo a mi auto, abro la puerta y escucho la música reproduciendose, que torpe, si le hubiese pedido su número no tendría dónde apuntar, creo que fué muy bien pensado lo que hiciste Jauregui, si ella está interesada entonces va a llamar.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2018 ⏰

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