Me obligas a quererte,
me obligas a odiarte,
pero aun no logras,
que de mi mente
pueda sacarte.
Me pierdo del día,
me desvelo en las noches,
pero lo que en verdad me
intriga es contemplar
tu osadía.
Osadía que me inspira,
osadía que me da vida,
sin saber que todo esto,
es solo una despedida.
Despedida de mi alma,
despedida de mis entrañas,
de aquel lazo que nos unía
y que un día nos separaría.
Contemplar la luna,
deslumbrar el sol,
es todo lo que me queda,
de este infinito amor.
Y si algún día,
vuelvo a ver
nuestro sol,
quiero que sepas,
de que manera
te quise yo.
