Capítulo V "Rayos Azules"

49 4 0
                                    

                Una mañana soleada adornaba el lago de Aretha, la paz y tranquilidad eran bastante abundantes en ese lugar, solo se escuchaba el ruido del aire que pasaba entre de los árboles que rodean al lago, el sol iluminaba radiante, el cual lleno de vida anunciaba el comienzo de un bello y hermoso día, lentamente Arcus empezó a abrir sus ojos.

¿Qué me paso? ¿Dónde están esos hombres? ¿Por qué no me puedo mover? Se preguntaba Arcus en su mente.

-¡Arcus! Despertaste, que bien, estaba tan asustada

-¿Selina? ¿Qué sucede? ¿Dónde estamos? ¿Qué paso con esos hombres?

-Estamos en los cuartos Fengari de la posada Aretha, en cuanto a esos hombres realmente no lo sé, cuando desperté tú estabas tumbado en el suelo inconsciente, y Somat estaba saliendo de unos escombros de madera

-¿Somat?

-Sí, Somat nuestro guardaespaldas

-ah, con que ese es su nombre, ¿Cómo está?

-Él está bien, ahora está informando de lo sucedido ayer a mi padre, en realidad me pregunto quiénes eran ellos, nunca antes los había visto, Somat tampoco parece saber quiénes son, pero bueno, lo importante es que todos estamos bien, ahora vamos a desayunar ¿Te parece?

-Eso suena como una gran idea, pero hay un problema....

Con una cara de sorpresa y angustia selina rápidamente pregunta con un tono preocupado

-¿Qué sucede Arcus?

-Pues desde que me desperté he estado intentando mover mi cuerpo, pero no puedo hacerlo, así que no creo que pueda acompañarte al desayuno

Con una sonrisa un poco forzada le contesto a su pregunta, pero ella con una cara pensativa se toma su tiempo para poder hablar y dirigiendo su mirada hacia mi dice

-No hay problema pediré que traigan el desayuno a la habitación.

-Eso suena genial pero no puedo mover mi cuerpo, así que por más que muera de hambre no creo poder comer

-No te preocupes por eso Arcus, ya le encontraremos solución, de momento pediré los desayunos

Luego de unos minutos la sensibilidad empieza a regresar a mi cuerpo, y con ello un dolor intenso en mis manos, la verdad no entiendo cómo me pueden doler tanto las manos si solo di un golpe a un hombre, no le presto importancia y resisto el dolor, luego de unos momentos entra selina de nuevo con una carretilla con los desayunos.

-Muy bien Arcus, vamos a desayunar ¿aún no puedes mover tu cuerpo verdad?

-En realidad, la sensibilidad ha regresado a mi cuerpo, pero sigo sin poder levantar un musculo, toda la fuerza de mi cuerpo se ha ido.

-Parece que no hay otra opción, tendré que darte de comer, justo como si fueras un bebe

Selina se mira extrañamente feliz por lo que acaba de decir, soltando una risa un tanto dulce y agradable de oír, como si al ver su rostro lleno de felicidad y escuchar su pequeña risa de lo más tierna, calmara mi corazón y arrullara mi alma por completo, me relajo y acepto a su propuesta.

-Muy bien Arcus, abre la boca, aquí viene el primer bocado, asegúrate de comértelo todo ¿está bien?

En realidad no bromeaba con eso de darme de comer como a un bebe... terminado el desayuno mágicamente la fuerza vuelve a mí, es más siento más fuerzas que antes de llegar a la posada, bueno en realidad pensándolo bien, el no dormir por una noche, caminar sin descanso y todas las emociones que pase en una sola noche deben haber sido demasiado para mi cuerpo, es decir nunca antes había hecho algo parecido a eso, en lo más mínimo

Crónicas de ArcusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora