Capitulo XI "Un mal cálculo"

38 1 0
                                    

A penas a unas cuantas horas de terminado su entrenamiento la vida de Arcus corre grave peligro, al encontrarse tendido en el suelo sin fuerzas para luchar; frente a él se muestra un hombre bastante misterioso con intenciones de acabar con la existencia de Arcus, de una manera totalmente opuesta a lo que refleja su rostro trata de entablar una conversación con aquel que yace en el suelo.

-¿Qué tal muchacho? Parece que estas en problemas

Arcus se concentra solamente en observar su alrededor, pero no encuentra nada que pueda usar para defenderse, es simplemente un campo árido sin nada más que tierra y cenizas de lo que Arcus espera sean árboles, pero cuando una fuerte ráfaga de aire sopla frente a Arcus revela trozos de huesos, sin duda ese lugar fue un campo de batalla y una bastante fiera. Aquel hombre que se encontraba frente a Arcus aun esperando una respuesta de parte de este se impacienta al ver que es ignorado completamente

-¿Es que estas sordo? Te acabo de hacer una pregunta dígnate en contestar

En su mente Arcus empieza a cuestionar lo que pasa a su alrededor

¿Qué es lo que quiere este hombre? ¿Si quiere matarte porque no lo hace ya? ¿Y qué es lo que puedo hacer? ciertamente no quiero morir, debo encontrar una manera de poder defenderme. Ahora que lo pienso el señor Iget me dijo algo que podría hacer para salvarme, de pronto a la mente de Arcus viene un recuerdo de cuando estaba entrenando en su defensa sin usar magia "Escucha muy bien chico en ocasiones no podrás usar tus poderes o te quedaras sin maná cuando esto suceda utiliza esto; entregándole un pequeño frasco con un líquido brillante de color verde azulado, le da unas muy específicas indicaciones de cuando beberlo. Primero debes asegurarte de no tener más fuerzas o maná si aún tienes fuerzas para luchar no te recomiendo beber esto, podrías perder el control de una manera bastante peligrosa, para ti y para cualquiera que esté cerca. Al terminar de recordar lo más importante de las indicaciones del señor Iget Arcus se dispone a sacar aquel frasco de un bolso de su capa, se dispone a beber del frasco sin que aquel que lo quiere asesinar se dé cuenta de ello.

-Así que no piensas hablar verdad, Bien supongo que solo hablaré yo. Veras debiste haber muerto en la posada Aretha pero por alguna razón mis subordinados no pudieron completar su trabajo, no sé qué les hiciste, nunca regresaron y aun no encuentro rastro de ellos, pero ahora que tengo la oportunidad me vengare por lo que sea que les hiciste. ¡Pagaras con tu vida!

Gracias a que estaba tan concentrado en su discurso de venganza logre beber un sorbo de aquel frasco que el señor Iget me dio, al instante siento nuevas fuerzas, muchas más que cuando salí del lugar de entrenamiento, exitosamente logro ponerme de pie tratando de aparentar que no he adquirido nuevas fuerzas.

-Vaya, eres más resistente de lo que creí, no creí que tuvieras fuerzas para poder levantarte después de perder el control tan torpemente, como sea no te servirá de nada, morirás ahora.

De un momento a otro el polvo y las cenizas del desértico campo se levantan por un gran remolino, estas bloquean la visión de Arcus al instante.

-Veamos cómo puedes salir de esto, aquí no podrás usar tu fuego contra mí.

-El fuego fue un mero accidente, aun no puedo controlarlo, mi especialidad es el agua

Luego de que Arcus dijera esto el polvo y las cenizas cayeron al suelo totalmente empapadas, revelando a Arcus en el centro de lo que ahora es solamente ráfagas de aire a su alrededor.

-Vaya, no sé dónde has aprendido eso pero debes agradecerle a quien te lo haya enseñado

De un momento a otro salgo volando por los aires, ¿Qué está pasando? No vi nada que me pudiera golpear, antes de impactar el suelo de nuevo siento un impacto esta vez en mi costado derecho el cual hace que cambie de dirección, de nuevo antes de caer al suelo siento un impacto en mi costado izquierdo; Logro escuchar las risas burlonas de mi atacante.

Crónicas de ArcusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora