Los días pasaban sin que me diera cuenta, en ese mismo lapso de tiempo, por las mañanas salían muchos miembros del clan Uchiha y por la tarde, volvían heridos o muertos. Siempre me preguntaba cuando iba a terminar esto, pero también había algo que me tenía inquieto, en especial desde que conocí a ese chico: Tobirama.
Todo el día me la pasaba pensando en Tobirama, a veces lanzaba sonoros suspiros y si mi padre o mi hermano estaban cerca, fingía que nada pasaba. No sabía que estaba pasando conmigo, comenzaba a inquietarme pero sobretodo... quería verlo. Fue una suerte que Madara continuara saliendo, así yo lo seguía y de paso, me topaba con Tobirama.
- Tobirama
- ¿Dime?
- Si tú eres un ninja, ¿Por qué no estás en tu clan?
- Estoy... en una misión y supongo que tú también - solo asentí
- no puedo decir de que se trata, pero...
- ¿Sí?
Pero Tobirama siempre se quedaba callado, no podía dejar de verlo: esos ojos de fuego, su mirada penetrante, su carácter calmado me hacían sentir tranquilo y seguro. Aunque no sabía que era lo que sentía, deseaba que nunca terminara hasta que...
- ¿Ha-Hashirama Senju? - mi hermano estaba incrédulo
- Si, el chico con el que te vez, es nuestro enemigo mortal - mi padre estaba serio - ¿no lo sabias, Madara?
Pero mi hermano solo bajo su mirada incrédulo, la verdad, yo estaba igual que él; ese chico se veía amable y confiable.
Aunque era nuestro enemigo, me sentí mal por mi hermano
- Madara, mañana veras a ese chico, ¿cierto?
- Si
- Bien, Izuna y yo te seguiremos. Si es necesario
- Padre, que Izuna no vaya, que él se quede
- CALLATE, tú y tu hermano son Uchiha y su deber es vengar la muerte de los nuestros incluidos tus hermanos
- Pero Hashirama, el...
- El solo te uso, hiciste bien al no revelar tu identidad e información de nosotros. Mañana lo atraparemos y si se niega a cooperar, bueno, Butsuma lo hará
Ni Madara ni yo podíamos creerlo, mi padre realmente sabe ser intimidante. Después de la reunión, me disculpe con mi hermano
- Está bien Izuna
- Pero...
- La verdad, me sorprendes - lo miro incrédulo - no me di cuenta de que me seguías - sonriendo - eres muy bueno
No dije nada, si supiera que en realidad yo también me veía con otro chico y que fue quien me enseñó a ocultar mi chakra... no podía decírselo y menos después de mi traición. Finalmente llego la mañana, Madara llego al rio y se vio con Hashirama, ambos cruzaron palabras y arrojaron sus piedras al rio como suelen hacerlo. Luego se excusaron que tenían asuntos pendientes. Mi padre se dio cuenta de que quizá Madara le dijo de la trampa y ambos salimos a atrapar al Senju, sin imaginar lo que vendría.
Sentí una punzada en el pecho cuando vi a Tobirama frente a mí, era un Senju no lo podía creer y menos al descubrir que era el hermano de Hashirama. Mis ojos empezaron a picar, quería llorar pero si lo hacía solo empeoraría las cosas. Un pequeño pensamiento llego a mi mente, ¿y si solo me había utilizado para conseguir información? Pero lo descarte totalmente, la misma expresión de sorpresa estaba en su rostro, y dentro de mí sabía que Tobirama no era de ese tipo de personas. Tuvimos que luchar para no levantar sospechas, aunque a decir verdad cada choque que hacían nuestras katanas era una punzada en mi pecho, ninguno de los dos nos herimos, y puedo aventurarme a decir que él tampoco quería pelear conmigo.