Prólogo

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Lauren's POV

Esperaba a mi jefa en la puerta de su casa, el coche negro ya tenía el motor en marcha y su piloto estaba en su puesto, esperando a que ambas nos montáramos en el coche. En un movimiento rápido miré la hora, y en ese instante la rubia salió por la puerta blanca, recorrió un pequeño camino de piedra y al llegar a mi lado me dedicó una sonrisa.

-Buenas noches, Lauren.

-Buenas noches, señorita Griffin.-al decir eso le abrí la puerta trasera del coche y esperé que montara para luego subir yo.

-Acabo de cumplir los 30 y me haces sentir que tenga 50 años al tratarme así.

-Lo lamento,-dí un pequeño golpe al cristal que separaba la parte delantera de la trasera y el coche empezó a moverse-pero me enseñaron a tratar bien al cliente cuando estudié para mi trabajo.

-¿Y dónde queda lo de "el cliente siempre lleva la razón"?

-¿Cuántas veces hemos tenido esta conversación?

-No sé... ¿a diario?-nos miramos de reojo y empezamos a reírnos, me gustaba trabajar con profesionalidad, pero cuando nadie nos escuchaba era inevitable no tener una relación tan amistosa con la artista.

-¿El señor Collins se nos unirá más tarde?

-No.-contestó secamente-A pesar de haberle informado con mucha anterioridad de esta exposición, a decidido no venir a última hora porque ha quedado con un amigo suyo.

-Vaya, lo lamento.-en cierta manera, me daba pena que desperdiciara su vida con ese "hombre" que solo seguía a su lado por el sexo y el dinero que mi jefa le ofrecía.

-Bueno, te tendré a ti para protegerme.-me dedicó una sonrisa y yo se la devolví.

Cuando llegamos al museo, Troy, el conductor paró en la puerta y todos los fotógrafos al reconocer el coche empezaron a rodearlo. Le hice una seña a mi jefa para que esperara dentro del coche, me quité el cinturón de seguridad y tras alisarme el traje de chaqueta con mis propias manos salí del vehículo, volviendo a cerrar la puerta rápidamente.

-La señorita Griffin les responderá algunas de sus preguntas, pero para eso es necesario que se alejen del coche y los demás invitados puedan ir llegando.-mi voz cambió a un tono de voz mucho más serio, "mi voz de trabajo" como solía decir mi jefa. Les dediqué una mirada amenazadora a los periodistas y fotógrafos y estos retrocedieron. Caminé hacia la puerta del conductor y toqué con mis nudillos la ventanilla.

-¿Qué pasa, Jauregui?

-La señorita Griffin me dijo que esto acabará muy tarde y no es necesario que te quedes, dame las llaves de repuesto y aparca el coche, yo la llevaré de vuelta a casa.

-Entendido, tome.

Mientras guardaba las llaves en el bolsillo de mi pantalón, rodeé el coche y le abrí la puerta a Clarke y ella salió con una sonrisa, apoyada en la mano que le ofrecía. Se paró ante los fotógrafos mientras recibía miles de preguntas:

-¿Cuántos cuadros expondrá esta noche?

-Se expondrán 27 de mis obras.-contestaba al dar por terminada las fotos.

-¿Cuál será el tema de la exposición?

-La libertad.

-¿Por qué no ha venido Finn Collins con usted? ¿Son ciertos los rumores de que ya no sois pareja?-preguntó un hombre que se acercaba demasiado y sin pensarlo dos veces me acerqué más a su posición. Clarke se giró hacia el hombre y aún con una sonrisa le contesto:

Eclipse en el horizonte (Clexa & Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora