Blood Sweat & Tears...

◈ CAPITULO 4 ◈

Un fuerte empujón me hizo caerme a un lado del piso y despertar, tratando de abrir los ojos vi que habían abierto la puerta, me di cuenta que de me había quedado dormida en el piso llorando.

Me levanté rápidamente algo espantada hasta que entró una mujer, de unos 40 años con una bandeja, iba vestida con un vestido rojo que le llegaba hasta abajo, su cabello negro, su maquillaje resaltaba muchos sus lindos ojos verdes, la mujer era hermosa.

Cuando me vio me sonrió.

- ¡Oh, lo siento! Lo siento querida es que no sabia que tu estaba ahí y empuje la puerta porque no podía entrar, ¿Te lastime? - su voz era como la de un Ángel, salí de mi sorpresa y vi mi reloj, eran las 9:00 am ¡¡No lo podía creer!! Dormí toda la noche.

- Ven hija te traje algo de comer. - lo primero que quería hacer era suplicarle a la mujer que me ayudara a salir de esa casa, que tenía muchas cosas que hacer y para que mentir, que me estaba muriendo de miedo.
Pero en eso mi estomago me traiciono cuando rugió al oler lo que traía en la bandeja.

- Ven, ven come, se que tienes preguntas pero primero debes comer, dicen que estomago lleno corazón contento ¿Si es así,no? - me tomó de la muñeca y me sentó en la cama, por alguna razón estaba callada, pero su presencia era algo tranquilizadora, su presencia soltaba un calor maternal.

Me puso la bandeja en la piernas, había un café, un sándwich, fruta picada en un plato con miel, era sencillo pero tenía hambre, pero no sabía si comer o no, que tal si me querían matar.

- La preparé yo especialmente, para mi la comida es sagrada así que te aseguro que no tiene veneno ni nada. - ¿Quién era esta mujer? ¿Leía mis pensamientos? Algo dudosa aún tome el Sándwich y lo mordí, sabía delicioso.

Sin darme cuenta me devoré todo en poco tiempo sin importarme la mirada entretenida de la señora.

- Jajaja si que tenías hambre, esos hombre que no están acostumbrados a una alimentación regular piensan que todos somos iguales, apenas me entere que había una chica nueva sabía que no había comido por como son esos hombres, así que te hice algo de comer. - la mire atentamente y me sonreía, me miraba con cariño y se me hizo extraño porque no la conocía.
- ¿Usted quién es? - le pregunté.

- Tu suegra. - ahh bueno, por lo menos sabía que no me venía a matar como el jefe de jungkook de un balazo y sacar mis órganos para luego ven... ¡¡¿Qué?!! ¿Mi suegra? Kook nunca me había comentado de su familia, siempre evitaba tocar esos temas.

- Es-Espere... ¿Mi suegra?

-¡¡Siiii!! Un gusto ____, yo me l lamo Samantha, debo admitir que mi hijo tiene muy buen gusto, eres hermosa.

- Un... Un gusto Señora Jeon.

- Oh no, mi apellido es Park no Jeon, pero mejor solo dime Sam. - ¿No me acaba de decir qué su hijo es Kook? La mire confundida - Ya sabrás después esa historia. - me dio un abrazo y no sabía como reaccionar, Sam era una señora muy alegre, amable, cálida, mee gustaría saber como lograa esso y si jungkook de igual manera la encerró en esta mansión, yo debía salir.

- Señora...- hablé en medio de su abrazo ella se apartó y me sonrió.

- Dime hija - ¿Qué hago? ¿Como le digo? ¿Señora, su hijo igual la tiene encerrada? Muy directo ¿Señora usted puede salir de casa? Ashhh, de nuevo me sorprendió lo que dijo. - Si, ni tu ni yo, ni nadie que vive en esta casa podemos salir al menos que lo autorice mi hijo, no sé porqué razón, pero solo sé que es por seguridad.

Woow creo que de verdad lee las mentes. Pero... ¿que autorice la salida su hijo? ¿Jungkook?

- ¿Su hijo puso las reglas? ¿Jungkook? - ya me estaba revolviendo.