No cambia nada♥

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-Damon Salvatore ha vuelto.

-No...- trato de mantener la calma.

Después de estos años, Damon había aparecido nuevamente en Mystic Falls. Al parecer, no me encontraba lista para aquella noticia. Mi corazón empezaba a acelerarse y mis emociones estaban a flor de piel.

-¿Elena? Por eso no quería decírtelo. Mira cómo te pones.

-Está bien.- se lo dije prácticamente a la nada. No prestaba atención a los murmullos de Caroline.

-¡Elena!- reacciono al fin y la veo a los ojos. Las lágrimas amenazaban con salir. Mi amiga me miraba preocupada-. Joe ve a tu habitación.

-Pero esta es mi habitación tía Caroline.- responde confundido.

-Ah... Ve a la sala entonces. Pero ve.- Joe le hace caso.

Me observa triste antes de salir. Suelto un sollozo que llevaba reprimiendo hace minutos. Caroline me abraza y lloro en su hombro.

-Él ni siquiera se ha contactado conmigo...

-Lena no sabemos cuándo ha llegado.

-¿Te preguntó por mí?

-No Lena...- responde con tristeza en sus palabras-. Le dije que se alejara de ustedes. Lo mejor es que continúes tu vida.

-¡¿Cómo se puede seguir adelante cuando aún amas a esa persona?! Lo tengo impregnado en mi alma. Mi corazón late aún por él Caroline. Tú más que nadie sabe eso.

-Lo sé Elena. Trato de entenderte créeme...

-No lo puedes entender Caroline. Nadie puede entenderme ahora.

-Lena...

-Lo voy a olvidar Caroline. Empezando por esto. No quiero saber más de Damon Salvatore, ¿ok?- mi amiga asiente-. Yo iré a Whitmore y voy a rehacer mi vida allá al lado de Joe.




[...]


Narra Damon

Salgo temprano del hotel en el que me hospedaba con Alessandra. El desayuno había sido silencioso. Sé que le debía muchas explicaciones a mi regreso, pero no quería pensar en eso ahora. Sólo pensaba en ella. Moría por saber de ella. Cada cosa que hizo en estos dos largos años. Llego a uno de los lugares que tenía planeado visitar desde que había pisado Mystic Falls.

-Hola, ¿podría avisarle al Sr. Salvatore que su hijo acaba de llegar?- me acerco a la nueva secretaria que mi padre había contratado. Lucía más adulta que la anterior.

-¿Damon Salvatore?- me pregunta curiosa.

Asiento y comunica mi llegada por el intercomunicador. Luego de seguir órdenes por la llamada, me indica el camino hacia la oficina que ya conocía muy bien.


Entro con una sonrisa nerviosa al encontrarme con mi padre después de este tiempo. Mi estado de ánimo cambia repentinamente al ver a la persona que se encontraba a su lado. Stefan con una sonrisa socarrona se acerca a mí.

-Buen día hermanito.- me ofrece la mano. La furia en mis ojos era notoria. Podía sentir llamas en mis pupilas.

-¿Puedo hablar contigo padre?- me dirijo a Giuseppe sin quitar la mirada de Stefan. Este asiente-. Pero a solas.

La chica de mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora