05 | Experimento mi vigésima casi muerte

14.2K 1.3K 1.3K
                                    


capítulo cinco » experimento mi vigésima casi muerte.

capítulo cinco » experimento mi vigésima casi muerte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


────⊱☆̤̥̣⊰────

Luego de buscarlos por al rededor de media hora, logramos encontrarlos descansando en el sillón de una casa, comiendo skittles mientras charlaban animadamente. Les hicimos un súper resumen de lo que había ocurrido en la casa y por qué ya no podíamos volver allá, y con la información dada comenzamos a discutir nuestro siguiente movimiento (ufff parezco tremenda estratega diciendo esta mierda). Por voto unánime, decidimos que retomaríamos el camino al jodido Terminus para estar a salvo.

Al inicio me había negado a la decisión tomada, porque tenía espalda quebrada como en diez mil pedacitos y un dolor de cabeza palpitante que no dudaría en catalogar como TEC cerrado, como resultado de la caída del segundo piso. Definitivamente no estaba en condiciones de caminar kilómetros y kilómetros de nuevo, porque de ser así acabaría desmayada a la mitad de la carretera, o muerta y esperando que los buitres vinieran por mi cadáver.

Olvídenlo, jamás he visto un buitre por aquí.

Como decía, mantenía mi postura firme hasta que Michonne me logró convencerte que una vez en Terminus podría descansar todo lo que quisiera y me sentiría mejor, así que cedí. Partimos nuevamente al supuesto santuario, pero en la mitad del camino nos encontramos un jeep de cuatro puertas que nos estaba gritando que lo ocupásemos. El único problema era que le quedaba poquísima bencina y para ahorrarla debíamos andar más lento que yo camino a la escuela. Era desesperante ver como el paisaje se apenas se movía, pero por lejos era mejor que el incesante dolor que sentía al caminar.

Todo marchaba bien hasta que el auto comenzó a hacer ruidosos raros y se quedó estancado en la mitad de la autopista. Ya había oscurecido por completo y el panorama pintaba para una película de terror. A decir verdad, cualquier momento de mi día a día pinta para película de terror. Digo, creo que los muertos vivientes entran bien esa categoría.

—Haremos guardia —anunció el barboso luego de haber revisado debajo del capó del auto para ver si había solución, pero se notaba a leguas que el hombre era lo más alejado a un mecánico que podría haber—. Duerman, se viene un largo día por delante.

Exhibí una media sonrisa al ver como Michonne lo esperaba fuera del auto. Así que estarían los dos juntos.

Carl parecía pensando lo mismo que yo, y estaba deliberando un juego de miradas con su padre. Casi podía leerles los ojos: "¿Qué pasa ente Michonne y tú?". "Nada". "Eh, se ven bien juntos". "Ya". "De verdad". "Okay". "No me molestaría que fuese mi madrastra". "No digas ridiculeces".

Finalmente a uno de los dos se le cansaron los ojos y apartó la vista. Acto seguido, Rick cerró la única puerta del auto abierta y quedamos encerrados —lo cual era bastante peligroso, por cierto. Una vez leí que se podía morir de esa manera por falta de oxígeno, y me encontré a mí misma respirando más lento para no agotarme todo el aire respirable.

Survivor | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora