29 | No se me ocurrió un título perdón

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capítulo veintinueve » No se me ocurrió un título perdón

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—¡Caminantes! —exclamó Ron luego de fallar al rededor cinco veces.

—Se supone que soy un gato —aclaró Sam frunciendo el ceño.

—¿Entonces por qué rayos estiras los brazos como un caminante?

—No los estaba estriando como un caminante, estaba simulando que lamía mi mano.

—¡No es mi culpa que seas tan mal imitador!

Rodé los ojos. Hermanos.

—Ron, ya supéralo —reí. Los Anderson no estaban hechos para jugar charadas—. Solo cambia la tarjeta y juega de nuevo, fin de la historia.

—Sí, Ron, supéralo —repitió Sam a mi lado y le sacó la lengua a su hermano mayor.

—¡Me agrada este niño! —dije y chocamos los cinco.

Recuérdenme nunca más jugar Charadas con los Anderson. Hablo en serio.

Me había despertado tarde debido a que el día anterior había salido con Daryl y acabamos nuestra travesía —sí, travesía— mas allá de las doce. Todo esto porque el muy idiota seguía quejándose de que yo no lograba "domar" a Rupencia, así que me obligó a andar por el mismo tramo de diez metros durante más de dos horas. ¡Pero hey! Ahora puedo decir que soy una total domadora de motocicletas.

Ya, prosigamos. Como ya se me hace habitual al despertar, siempre entro a la habitación de Carl para molestarlo un rato y empezar de buena manera mi día. Sin embargo hoy lo único que me recibió fue AC/DC en su máximo esplendor proveniente desde la habitación del cowboy, y una puerta cerrada con seguro. Traté de abrirla con mis ya mencionadas habilidades de espía, pero luego de diez minutos de intentos que acabaron como fracasos épicos, me rendí y comencé a tocar la puerta de manera compulsiva.

Y recibí un lindo silencio de respuesta.

Asumí que algo había pasado en ayer en su salida de calidad con Rick, pero decidí no preguntar para no empeorar su humor. Aparentemente estaba teniendo uno de sus ataques adolescentes rebeldes que solían aparecer en las películas. Ya sabes, en plan de tener una pelea con sus padres porque no lo dejaron ir a la fiesta de Fulanito 1, abrumarse y encerrarse en su habitación durante un prolongado tiempo.

Vocecita que en realidad esta únicamente creada por mí, ya sé que dirás ahora: "¡Pero tenías que ayudarlo, maldita golfa!". Pues, cariñosa voz, resulta que fui una amiga bastante comprensiva y me planté frente a su puerta durante mas de una hora. Una hora bastante sufrible para mis oídos, porque desgraciadamente no me gusta el Metal.

Y todo por culpa de Max, mi mejor amigo antes que sucediera todo esto, que me dejó un trauma respecto a esa música.

Pero se los contaré en otro momento.

Survivor | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora