Capitulo 1 (Parte #2)

76 4 0
                                    

La hora no parecía pasar, mi vista pasaba del reloj a la ventana, y de allí al cuadriculado de mis hojas,  de las hojas al chicle de Dakota…

Me aburro, me aburro, me aburrooo…

Por fin el esperado timbre sonó, y el profesor ni siquiera alcanzó a decir adiós que ya todos estaban fuera del aula.

Caminamos en dirección al aula de Química, mi amiga parecía hablar, yo solo asentía y miraba su mandíbula subir y bajar. O bien puede estar masticando en vez de hablando…

Durante la clase, lo único interesante que hicimos fue sacar un poco de humo de un líquido espeso y azulado. Todo el mundo parecía estar preocupado en cualquier cosa menos en las formulas del pizarrón.

Hasta que en cierto momento un estruendo se sintió fuera del aula, Dennis, ‘’la chica nerd’’ gritó y salió corriendo tomando su brazo. Todos corrimos a la ventana a ver qué había sucedido, logré ver que un ladrillo la había atravesado y hecho volar en miles de pedacitos, golpeando el brazo de la pobre Dennis.

En el ladrillo estaba pegada una nota, creo que fui la única que la notó porque todos estaban alrededor de la nerd. Lo levanté asustada y se lo entregué a la profesora Lennin.

La próxima, será una bomba ricachones… 

Nos miramos entre nosotros y supimos en el acto quiénes habían sido. Se sabe muy bien que aquí en Charleston, el barrio bajo odia al sector alto- yo también lo odio, pero es distinto- y no es sorpresa que ciertas pandillas nos jueguen una broma de vez en cuando.

El receso llegó antes de lo esperado y todos estábamos algo alterados, como es normal el tema de conversación en la cafetería fue ‘’el ladrillo que golpeó a la nerd’’, y también es normal que Dennis recibió más de una burla… Estúpidos…

Dakota y yo nos sentamos alejadas de la civilización, debajo de la escalera que va hacia la biblioteca. Ese era nuestro lugar desde el primer año en la secundaria, y así se quedaría…

-Ojalá el ladrillo te hubiera dado en la cabeza a ti, mugrosa- cerré los ojos y respiré hondo…

Odio esa estúpida voz chillona…

-Hola Debby, nadie te llamó aquí- dije tratando de que mi voz sonara calmada.

-Y nadie te dijo a ti que me hablaras, idiota- respondió tirándose el negro cabello hacia atrás y mordisqueando una manzana- Que clase de almuerzo es ese, el de una vaca?- se apuró a decir, mirando mis papas con crema y cebolla.

-Y qué clase de almuerzo es el tuyo? El de una perra anoréxica?- acotó Dakota levantándose del suelo.

Ay no! Otra vez no…

Debby enrojeció hasta la punta del dedo gordo del pie, solo dio media vuelta y se fue murmurando palabrotas.

Se podía decir que Debby era nuestra mayor enemiga desde tercer grado, era lo que muchos chicos llamarían ‘’una chica sexy’’, alta, con el cuerpo esbelto y piernas largas, el cabello negro y lacio hasta las caderas, y los ojos más azules que yo había visto, sin mencionar su talle de corpiño que siempre se traslucía debajo de la camisa.

En fin, Dakota nunca pudo controlar su amor hacia ella, es por eso que terminaron con varios mechones menos, musculosas rotas o tacos partidos por más de una pelea.

-Si pudiera hacerla desaparecer, créeme que ya lo habría hecho…- dijo mi amiga masticando su postre de chocolate.

La miré unos segundos y no pude evitar reírme, su ceño fruncido y su boca llena de chocolate.

Ay! No sé qué haría sin ella…

Bittersweet•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora