Capítulo 2

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-Prométeme que vas a salir conmigo esta noche- el pucherito de Dakota era demasiado difícil de evadir.

-No sé… estoy algo cansada, y hoy mis padres saldrán y tengo la casa para mi…- contesté tratando de convencerla.

-Con más razón! Puedes volver a la hora que quieras!- chilló mi amiga sacudiéndome de los hombros.

-Bueno, bueno, voy… pero no me lleves a uno de esos lugares raros tuyos- puse los ojos en blanco mientras veía a mi amiga radiante de felicidad.

Me besó una mejilla y salió corriendo arrastrando su bandolera de cuero.

(…)

*23:30 p.m.*

Dakota ya había llamado para decirme que pasaría a buscarme a las 12, y que en lo posible me vista linda y no ‘’desarreglada como vas siempre’’…

Por última vez me miré al espejo, llevaba una pollera tubo de lentejuelas, una blusa de gaza negra y unos tacos no muy altos negros, por si las moscas agarré una campera de cuero negra antes de bajar. Acomodé mi pelo lacio y castaño, y le di un último retoque de rímel a mis ojos celestes. Mmm… Bastante bien por ser yo…

Como es normal, Dakota llegó un poco más tarde, es que la puntualidad no es lo suyo…

Se bajó del auto y dio una vuelta sobre sí misma para mostrarme sus nuevos pantalones de cuero.

-Te gustan?-  preguntó subiéndose la remera sin tiritas dorada.

-Me encantan!- sonreí.

Nos subimos al auto como cualquier viernes, y nos dirigimos al lugar secreto que tanto se tenía guardado mi amiga.

Luego de pasar varias casas de la costa, nos fuimos adentrando cada vez más dentro de la ciudad, en la zona de los lugares de comida rápida. Las luces se volvían más tenues, y los callejones se veían cada más profundos, comencé a mirar por todos lados, sintiendo como el clima en mi interior se iba tensando.

Dónde carajo me está llevando?...

Al fin logramos parar frente a un edificio cuadrado con los ladrillos al descubierto, en el techo se podía ver las luces neón titilando. Ectasy? Ese nombre no me hace sentir mejor…

-Vamos, adentro no es tan malo como parece- dijo Dakota tomándome de la mano y haciéndome pasar por una puerta trasera, al fin y al cabo, seguíamos siendo menores y no podían saber que estábamos allí.

Para mí el lugar no resultaba ser mejor que afuera, la gente se apretaba entre sí, traspirando y tocándose, frené más de una mano que se quiso meter por debajo de falda. La gente bailaba eufórica y creía saber a causa de qué… las luces reflejaban los ojos y entre ellos la mirada de unos verdes vigilándome, me quedé por un largo tiempo mirando al chico apoyado en la baranda de la escalera, con un cigarrillo en una mano y una botella de vodka en la otra…

-Suficiente de chicos, vamos a tomar algo- susurró mi amiga riéndose y arrastrándome una vez más hacia la barra.

-Dos tequilas por favor- gritó Dakota. La miré de mala gana.

-Un tequila y una soda con limón- volvió a decir rodando los ojos.

Mientras mi mejor amiga bailaba al ritmo de la música, comencé a buscar con la mirada a aquel chico de ojos verdes, pero era difícil, había muchísimas miradas, muchísimas chaquetas de cuero y más aún jeans rotos. Así que me di por vencida…

La noche se estaba haciendo aburrida para mí, mi plan de diversión nunca fue estar apretada en un cubo de ladrillos, llena de sudor ajeno y de olor a cigarrillo y marihuana.

Quiero salir de aquí, me ahogo…  

Bittersweet•~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora