Capítulo 1

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Dejo la última pieza de ropa en el suelo y entro en el baño de burbujas

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Dejo la última pieza de ropa en el suelo y entro en el baño de burbujas. Está anocheciendo, y la ciudad de Nueva York se ve increíble desde aquí. Por suerte, nadie puede verme desde fuera. Vivo en un rascacielos. Y aunque alguien intentase espiarme desde un helicóptero, tampoco podría. Mis ventanales están preparados para eso.

Comienzo a relajarme. Es un sueño estar aquí. En verdad, nunca había pensado llegar tan lejos. Aunque, bueno, supongo que la agencia supo ver algo en mí para contratarme aquel día. A veces la suerte llega de forma inesperada.

Oigo mi tono de llamada. Alargo el brazo para coger mi móvil y contesto sin mirar quién llama.

-¿Sí?

-Eh... hola.

Una voz masculina habla desde el otro lado de la línea. Me suena, pero no puedo distinguir quién es.

-¿Quién eres?

-Soy Nate. Sé que hace mucho que no nos vemos, pero, bueno, me dijeron que ahora estabas en Nueva York, y yo estoy de viaje allí. Acabo de llegar al aeropuerto.

Nate. Pues sí que le ha cambiado la voz. Solíamos quedar hace unos años para ir a la piscina. O a la playa. O, bueno, básicamente a cualquier lado. Era uno de mis mejores amigos de mi época de instituto y bachillerato, pero perdimos bastante el contacto cuando comencé a trabajar por el mundo. Era un par de años menor que yo, pero nos llevábamos increíblemente bien. Ahora me doy cuenta de todas las indirectas que el chico me mandaba continuamente. Bueno, también me daba cuenta en su momento, pero nunca fui capaz de hacer nada.

-¡Ah, Nate!- Respondo- Puedo... irte a buscar, si quieres. Los taxis son bastante caros aquí, ¿sabes?- Río nerviosamente, conservando parte de esa timidez de mi infancia y adolescencia.

-Pues... justo por eso te llamaba- Ríe-. No es por nada, es más, si quieres te pago, pero es que...

-¡No, tranquilo! Voy en un minuto, que no estaba haciendo nada-Miento-. ¡Nos vemos ahora!

-Vale. ¡Chao!

Cuelgo la llamada y salgo rápidamente de la bañera. Me visto con la primera ropa decente que encuentro y corro hacia mi coche. Decido no coger el Maserati. No pienso parecer una niña rica de primera impresión. Me subo a mi Audi. Vale, es el A8 L Extended, pero aparenta ser un coche normal desde fuera, que conste.

Conduzco hasta el aeropuerto, aparco el coche en un lugar seguro para evitar destrozos y entro en el edificio. Busco a Nate con la mirada, pero no lo encuentro. Busco mi móvil para llamarlo de nuevo, pero justo en ese momento me saluda con el brazo desde lejos. Junto a una chica.

-¡Hola!

Tras pensárselo por un segundo, me da un abrazo, algo que sigue resultándome incómodo a pesar de haber pasado tiempo. Él siempre solía abrazar a sus numerosas amigas y dejarse dar besos en la mejilla por ellas. Se les notaba de lejos lo desesperadas que estaban. En cambio, yo apenas le había rozado alguna que otra vez por accidente. Y luego me quedaba temblando. Era algo que evitaba a toda costa.

Mil maneras de cagarla con estiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora