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3. La niña explosiva

Rick, Ford y Peridot estaban caminando directo a aquel lugar que explotó, faltaba mucho para llegar a dicho lugar pero al parecer mientras caminaban no había nada, al menos no por ahora, solo podía verse el humo de la explosión como iba siendo cada vez más pequeño para desvanecerse por completo, por un momento Rick se detuvo haciendo que Ford y Peridot chocaran detrás de él.

—¿Escucharon algo?— Dice Rick mirando a su alrededor.

—Si te preguntas que escuchas son pedazos de metal.— Decía con cara amargada mientras que con sus manos hacía que sonara.

—¿Acaso tienes poderes psíquicos?— Preguntó Ford agachandose.

—Amm... ¿no? Solo puedo controlar el metal.—

—Es impresionante como un extraterrestre puede hacer cosas sin dañar a nadie. ¡Pondré esto en mi diario!— Dijo sorprendido y escribiendo en su diario.

—Aburrido.— Decía Rick mientras miraba a la izquierda.

—¿A sí? ¿Y para ti que es divertido?— Decía Ford algo enojado por su actitud.

—Me alegra que preguntes amigo— hablaba entre eructos. —¡Me gusta beber como loco y emborracharme, viejo!— Decía con una actitud alegre mientras caminaba.

—¿Sabías qué lo que haces es por exceso de depresión?—

—Pregunta, ¿qué es una cerveza?— Preguntó Peridot.

—Algún día tendrás que tomarlo, pequeño dorito verde. La cerveza es una bebida.— Decía mientras se agachaba para decirle como si fuera una niña pequeña.

—¡Oye! No le des malos consejos.—

—Oh, aquí vamos. Ford el calienta nalgas.— Decía mientras se levantaba con indiferencia y se cruza de brazos.

—¡Ya basta! Insultar no ayuda, palo de semáforo. Estamos aquí porque alguien hizo una agujero negro, y ese culpable tiene que pagar sacándonos de aquí.—

—Como si lo único que quisiera es estar aquí.—

Por un momento se escuchó otra explosión. Ambos se asustaron mirando el humo que provenía del lugar y corrieron para ver que era.

A cabo de 20 minutos en llegar era un pequeño pueblo, aparentemente se llamaba Pueblo Blanco, por un momento ninguno entendio el porque se llama así pero a Peridot se le ocurrió una idea.

—¿Y si se llama así por el uso de armas blancas?—

—No, yo creo que es porque juegan limpio.— Decía Ford mientras ponía sus manos en los bolsillos.

—¿A quién le importa? Solo quiero buscar un lugar donde venden cerveza.— Rick caminaba a un bar con indiferencia y entra dejando a ambos solos.

Luego de que había entrado había una multitud enfurecida iban con tridentes y antorchas como en la edad media, y efectivamente vestían de esa época. Ford los miraba detenidamente y preguntó que pasaba. Todos pararon para ver a ambos y uno de la multitud enfurecida habló.

—Estamos aquí porque una lunática hizo explotar dos veces un banco y creemos que es un alien del espacio. Además de por la forma en que viste no parece una señorita.— Luego de hablar ellos se fijaron en Peridot y los seis dedos de Ford. —Y hablando de fenómenos... Parece que tenemos un alien verde y a su compañero el monstruo de seis dedos.—

Tanto Ford como Peridot se asustaron, Peridot podía usar algo de metal pero el susto hizo que lo atarán a ambos, Ford podía tratar pero no tenía suficiente fuerza para golpear a unos 30 habitantes, además de que habían mujeres y bebés. Luego de ser atados se los llevaron mientras celebraban.