Suena móvil, es mi madre...
-¿Si?-le digo, y mis amigas guardan silencio...-¿Qué?, ¡No!, ¡Mamá!, ¿Por?-rompo a llorar...Mis amigas se preocupan y me preguntan que pasa...No puedo hablar, me he quedado sin palabras...-Nos vamos mañana...
-¿Qué?- dicen todas a la vez
-Mi madre me ha dicho que otra familia también quiere la misma casa, y que si no llegamos mañana, se la dan a la otra familia...-vuelvo a llorar y noto que salimos a la calle pero esque ni siquiera me apetece abrir los ojos, lo que quiero es que se acabe esto ya...Todas vamos llorando, pero la que mas yo...llegamos a mi casa, mi madre me abraza y me tranquiliza. Al llegar a la casa me da miedo el enorme camión de mudanzas. Rompo otra vez a llorar, mis amigas me dan un abrazo y se van llorando, corriendo creo que avergonzadas, pero seguro que mañana me las encuentro despidiéndome. Laura y yo subimos a mi cuarto nos damos un baño caliente, nos ponemos el pijama aunque son las 13h. nos tumbamos en mi cama, y seguimos llorando. Es difícil, vamos a cambiar de vida, nunca encontraré amigas tan buenas...ni a un amigo tan especial como lo es Ed...Pensando eso acabo por dormirme...Me despierto a las 19h, porque suenan piedras en la ventana, me asomo...Estoy medio dormida, pero reconozco a Ed...
-Me he enterado de la noticia...Y por eso antes de que llegue mañana me gustaría pasar un rato contigo...-me dice con su voz de príncipe azul..
-Me encantaría Ed...-le digo con una sonrisa, el siempre hace que me sienta mejor...bajo con el pijama, ya no hay nieve...había caído poca y encima de todo hoy había hecho muy buen día...Tenía la cara roja y los ojos escocidos de tanto llorar, porque mientras dormía también había tenido una extraña pesadilla, porque no soy muy sociable...Allí no voy a conocer a nadie..Pero en ese momento estaba tan feliz de verle que nadie podría borrar la sonrisa de mi cara. Al abrir la puerta, me lanzo encima suya y se cae al suelo....Siempre ha sido muy torpe, pero eso me gusta...
-¿Me coges como a una princesa?-le dije abriendo los ojos y poniendo pucheritos...
-Como a mi princesa...-me dice y creo que me sonrojo porque se rie. Me agarré a su cuello y el me cogió las piernas...Empezó a andar, todavía había un poco de luz, necesaria ya que había que ir esquivando las cajas, repletas de cosas, para mudarnos...
-Vamos a la parte de atrás del jardín...No va a haber tantas cajas...-le digo al oído
-Vale, esperemos que no haya gente...porque todos los que trabajaban en el camión se han ido con tu madre, que les ha invitado a tomarse algo dentro de tu casa...-me dice riéndose. Yo me rio también-Me encanta esa sonrisa que pena que no la vuelva a ver...-me dice triste
-No digas eso, nos vamos a ver mucho, te lo prometo-le dije con sollozos. Llegamos a la parte de atrás del jardín,me deja en el suelo y se tumba a mi lado...No hablamos y nos quedamos viendo el cielo. Cuando empiezo a quedarme dormida sobre su brazo, a modo de almoada, mientras el me abraza y me da calor otra vez como una fortaleza, la potente voz de su padre:
-Edward Raskenton, vamos a casa inmediatamente- nos sobresaltamos y nos ponemos de pie apresuradamente
-Amelia seguramente mañana no pueda venir a despedirte, por el trabajo y me gustaria hacerlo ahora-me dice con la voz gangosa...
-No me gustan las despedidas...Prefiero un...-le digo dudosa...
-Hasta luego cocodrilo-me dice sonriendo
-No si te veo yo antes caimán...-le digo antes de que las lágrimas empiecen a salir por mis ojos como cascadas...
Me da un beso en la mejilla, un abrazo y se va...
