Desperté en una habitación, fría, húmeda y con una luz tenue e inperceptible. Estaba atada a una silla, las cuerdas hacían que las muñecas me doliesen exageradamente. Miré a los lados y allí estábamos, todas. Menos Janette, que estaba malita en su casa seguramente. A mi lado estaban Olive y Laura. Al lado de Laura estaba Claire. Y al lado de Olive había una chica, rubia, y por lo que podía ver unos ojos negros. Estaba dormida. Igual que Olive. Parecía que le habían dado algo. Laura y Claire estaban como yo. Adormiladas y dolidas.
-¿Sabes por qué estamos aquí?-me preguntó Laura, con voz casi inperceptible.
-Porque os necesito. A todas.-se escuchó una voz, desde la oscuridad. Derrepente la luz aumentó. Veía con claridad. El hombre de la voz, era muy parecido a Zack, el niño que no le decía el nombre a Olive. No era como Zack, sus ojos eran azules y su pelo negro.
-¿Zack?-dijo Olive confundida
-No querida, soy su hermano.-dijo riendo.
-¿Porqué estamos aquí?-pregunté enfadada.-¿Y por qué estamos atadas?-dije más enfurecida a volver a notar las muñecas.
-Es verdad estais atadas.-dijo fingiendo que se sorprendía.- Eso era por si os despertábais e intentábais escapar.-explicó mientras nos desata una a una.-Porque no os conviene...- nos dijo amenazante
-Responde a la primera.-dijo Claire, ella y yo éramos las únicas más despiertas la verdad.
-La responderé cuando todas se despierten.-dijo con tono burlón. Cómo si Claire fuese su madre.-Pero si tanta prisa tenéis...-dijo mientras se metía en un cuarto
-¡No les hagas nada!-le grité. Cuando salió, llevaba un cubo lleno de agua en la manos.-¡Ni se te ocurra!-le grité
-Tu amiga quiere, que se despierten ya...-dijo mientras les echaba el agua por encima de cada una de las cabezas de Olive, Laura y de la chica desconocida...Las cuales se despertaban asustadas y respirando frenéticamente. Claire se reía, pero le callé, con una mirada fría. Olive se asustó y empezó a llorar. El hombre se acercó a ella.-Mi hermano no querría verte llorar...-le dijo tranquilizador.
-¿Para qué nos quieres?-gritó Olive secándose las lágrimas...
-Os lo voy a explicar, cuando ella se despierte.-dijo señalando a Laura, que aunque chorreaba, seguía en su extraño mundo. La otra chica, estaba cómo en coma...Sus ojos estaban abiertos, pero muertos, sus labios blancos y apenas movía la nariz para respirar.
-Laura.-le dijo Claire tiernamente, mientras yo le acariciaba su rizado pelo. Se despertó, asustada y empezó a llorar. Le hice parar, para poder salir, estaba muy nerviosa. El hombre se nos acercó a cada una de nosotras y nos puso de pie, menos a la desconocida. Nos dió una extraña figura a cada una. Le miré fijamente, no era tan malo, lo ví en su interior...
-Zoey.-llamó a alguien. Una chica, negrita, bastante guapa salió de una puerta.-¿Puedes empezar ya?
-Creo...-dijo asustada, y nos miró a cada una de nosotras, fijamente a los ojos. Cuando llegó a la desconocida, se paró en seco.-No es ella. No es...-dijo y se giró hacia el hombre.
-¿Cómo? ¡Es rubia, pelo largo y ojos oscuros!-dijo enfadado.
-Janette...-dijo Laura, otra vez con las lágrimas saltadas.
-¡Janette!-repitió esa Zoey
-¿La conoces?-dijo el hombre acercándose a mi hermana amenazante.
-Si, ahora está enferma, en su casa.-dijo mi hermana asustada y a la vez como obligada...
-Después, iré a buscarla.-dijo convencido y dsipuesto. Saltó encima de la desconocida, sus colmillos crecieron, sus parpados se llenaron de venas negras...En menos de 3 min. su boca estaba empapada de sangre...
-¡No nos hagas daño!-me pareció oír gritar a Olive. Porque menos ella todas estabamos en estado de shoc y con las lágrimas preparándose para emprender el viaje descendiente de la mejilla.
-Tranquilas, no me metería con los elementos.-dijo ientras nos secaba las lágrimas, con sus dedos...
-¿Elementos? ¿Qué quieres decir?-dijo Claire con voz entrecortada
-Vosotras, y vuestra amiga, Janette, sois los elementos de la nauraleza. El agua, el fuego, el viento, la tierra y los seres. Dijo mirándonos a los ojos y a la vez a los extraños objetos que nos dió anteriormente el hombre. El de la chica, lo recogió del suelo.-Éste es el de vuestra amiga.
-¿Cómo sabes de qué son y si nos pertenecen?-pregunté curiosamente, mirando mi amuleto.
-Así.-dijo. Inspiró profundamente, tomó una postura relajada y, empezó a citar unos versos raros, en otro idioma.
-Bruja.-dijo Laura, con los ojos como platos
-Y yo soy un vampiro...-dijo el hombre haciéndose el interesante. Pero nosotras no le préstabamos atención, porque mientras la bruja recitaba esos versos, los ojos de los amuletos empezaron a brillar, a la misma vez que los nuestros y cada una con un color distinto y brillante.
-Si queréis os digo a qué perteneceis cada una de vosotras, y vuestra amiga...