Capítulo 2

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Capítulo Dos

-       Estuve hablándote toda la vacación y tu celular aparecía desconectado, ¿Te lo robaron o lo perdiste?

              -¡Kelly! ¡Hace mucho que no nos veíamos! ¿Qué tal tus vacaciones?

-       -Intenté llamarte para felicitarte, pero no respondiste la llamada, ¿Estuvo todo bien? ¡Feliz cumpleaños de paso!

Esas eran las frases repetitivas que Kelly oía el primer día de clases después de vacaciones. Ella había desconectado el celular para no tener que hablar con personas que no le agradaban, y hablar únicamente con aquellas que sí le importaban, que son básicamente sus compañeros del bachillerato.

La primera clase de ese día, transcurrió con normalidad, conoció su profesor, un licenciado en letras que le daría Historia del Arte. La materia resultaba extremadamente aburrida, y nada mejoraba por su profesor.

Empezó a divagar, a soñar despierta, perdió su mirada en los patios que se veían fuera de la ventana. La grama verde y corta, los árboles refrescantes y los alumnos, caminando con ropa fresca en los pasillos, llevando los libros en brazos y contándoles a sus amigos lo mucho que habían disfrutado la vacación.

La voz del profesor, que al principio de la clase, sonaba alta y fuerte, y retumbaba entre las paredes del aula, fue perdiendo intensidad para Kelly, ahora era un murmullo, un chillido de ratones, algo sin importancia pero molesto.

A lo lejos, Kelly pudo ver a un chico realmente atractivo, su cabello era negro, y podría ser alto y delgado, pero por la distancia, no podía estar tan segura. Se preguntó si alguien más se había fijado en lo  Hermoso que se veía de lejos, y buscó otras chicas cerca de él, que estuvieran viéndolo.  

Como se imaginó, unas compañeras que estaban más cerca de la ventana, estaban murmurando algunas cosas y volvían a ver dónde estaba él; afuera, se veía que donde él pasaba, las chicas lo miraban anonadadas y se volvían para sonreír o hablar con sus acompañantes.

El chico enamoraba con solo verlo, aunque suene demasiado exagerado. Kelly no lo conocía, pero deseaba tratar con él en algún momento. Era algo extraño y que definitivamente jamás había sentido.

-      - ¡Tienen que hacer un reporte sobre el dadaísmo! ¡Lo quiero mañana a las seis de la mañana en mi despacho! –hubo una pausa –Debe de ser de cinco páginas mínimo, escrito a mano, y por favor, no copiar y pegar porque si encuentro algo parecido entre trabajos, señoras y señores, trabajo reprobado. Ahora, pueden retirarse.

Kelly hizo un gesto de queja, recogió sus cuadernos y se fue.

El tiempo afuera era cálido, había brisa, no había demasiado sol a pesar de que estaba caliente. Saludó varios rostros conocidos con una sonrisa, sin detenerse a preguntar si estaban bien o mal.

Kelly siempre había sido bastante callada y reservada, pocas veces mostraba interés en personas nuevas y su círculo de amigos era muy cerrado, un chico y tres chicas, de los que únicamente tenía contacto con una, desde que se graduaron.

Esto quería decir que era muy difícil ganarse su confianza, aunque muchas personas le tenían aprecio y les permitía que confiasen en ella, ella no podía confiar en nadie, solo en ella misma. Nunca le había contado un secreto a nadie.

Su discreción, silencio, sinceridad, honestidad y gran corazón para hacer las cosas, y tomando en cuenta que tenía un bonito físico, se había ganado ya el interés por un par chicos. Pero ella no les permitía que se enamorasen de ella, les dejaba claros que la amistad para ella era mucho más importante que un asunto romántico.

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