Capítulo 3

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Capítulo Tres:

-       ¡Kelly! ¡Despierta!

La voz chillona y preocupada de Selene despierta a Kelly. Kelly está recostada en la mesa en la que estaba hablando con Selene.

-       ¡Ahora veo lo poco que te importa que yo te hable!

-       ¿De qué rayos estás hablando? ¿Desde cuándo tu voz es tan aguda? ¡Me duelen los oídos!

Kelly logra levantar la cabeza, ve a su alrededor, y encuentra muchas miradas observándola, empieza a sentirse preocupada, de repente había perdido la conciencia y había caído dormida, no recordaba nada de lo que siguió hablando Selene. Otro de esos sueños raros que había empezado a tener, apareció.

-       Oye, ¿Cómo fue que me quede dormida?

-       Ni yo lo entiendo. Estaba hablándote, me contestabas, incluso te reías, y de repente, ¿Te desmayaste? No lo sé, pero estabas profundamente dormida.

-       ¿Cuánto tiempo fue?

-       ¿Unos treinta minutos? Me desesperé y estuve a punto de echarte agua en la cara. Jamás habías tenido el sueño tan pesado, Kelly. Nunca te había pasado algo así, ¿Estás bien?

-       Si, supongo que sí. Puede ser que por lo mismo de las clases, yo no haya dormido tanto en la noche, así que solo me quede dormida.

-       No, Kelly. Uno simplemente no puede quedarse dormida de la nada, y no es un “Puede ser” –dijo remarcando las comillas con los dedos de sus manos –si sientes que no has dormido mucho, lo sabes.

Ella no tenía deseos de discutir con Selene, porque sabía que estaba en lo correcto, pero explicarle ese sueño, implicaba explicarle lo del relámpago de la noche de brujas y los sueños extraños con esa casa en llamas de las últimas noches.

-       Sabes Selene, creo que hoy no me siento muy bien para tener otra clase, creo que me voy. –Kelly se levantó y se dirigía a la puerta, cuando ella sintió la mano de Selene en su hombro.

-       Si necesitas algo, por favor dímelo.

-       Muchas gracias –Una sonrisa de sinceridad apareció en el rostro de Kelly y se alejó, era tiempo para ir a pensar.

De la cafetería a su casa no había más que quince minutos de camino, pero el paso al que iba Kelly había convertido el trayecto, en 30 minutos. Su mirada inexpresiva estaba perdida en el suelo y la canción de cuatro notas seguía repitiéndose en su cabeza.

-       ¿Quién es Gabriel?

No sabía a quién se refería y por qué este Gabriel de repente era importante en estos sueños, si es que podían considerarse sueños. Durante las noches, la imagen del bebé calcinado y sus horribles ojos endemoniados, no la dejaban dormir. Había bajado mucho de peso, el hambre se le quitaba y pasaba la mayor parte del tiempo preocupada por esto.

Kelly siguió caminando sin un rumbo, siguió caminando hasta que los pies le ardieron y se dio cuenta que llegó a una calle desconocida para ella, nunca había puesto un pie ahí.

Cuando se dio la vuelta, encontró un letrero que decía “Calle Nequicia”, de repente, muchos rumores empezaron a surgir en su cabeza, le habían dicho que era peligrosa, que había muchos asaltos y había personas bastante sospechosas en los alrededores.

Sintió una punzada de miedo, había perdido el conocimiento, había caminado tanto que olvidó que ese lugar estaba a treinta minutos de la universidad. Le preocupaba esos estados de amnesia en los que entraba y olvidaba todo lo que estaba haciendo. Se echó para atrás y empezó a correr para alejarse de esa calle, pero se dio cuenta que entre más corría, más se perdía.

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