Capítulo 6

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A pesar de la larga noche en vela, Kelly pudo conciliar el sueño alrededor de las tres de la madrugada. Revisó su celular por si había recibido un mensaje, dándose cuenta que a las seis de la mañana Matthew le había contestado con un “de acuerdo, pasaré por ti a la una e iremos a almorzar”. Vio la hora, eran apenas las nueve, tenía bastante tiempo por delante.

Fue a bañarse, y se quedó en toalla, bajó a la cocina y se preparó un desayuno, huevos, un poco de fruta, un pan con queso, y jugo de naranja. La casa estaba bastante callada, el único ruido que se oía eran los cuantos ladridos de Stiles, la música suave que sonaba de su celular, y los golpes de los cubiertos con el plato.

Ella amaba el silencio, pero no podía evitar sentirse rara por no oír la voz de Rebeca.  En ese momento, sonó el teléfono y fue a contestar.

-       ¿Aló?

-       Kelly, estoy en casa de tus tíos, no te hablé más temprano porque supe estabas dormida, todo estuvo bien en el viaje, te he dejado un poco de dinero para que llames a la señora de la limpieza un par de días  a la semana.

-       De acuerdo, gracias, saludos a todos por allá.

Y cortó. Una llamada tan simple, parecía mensaje de texto, algo que a ella no le gustó mucho pero que también se culpaba, ella no tuvo que haber contestado así en el aeropuerto. Otro sonido siguió, el timbre de la casa.

-       ¿Quién es tan temprano?

Se acercó a la ventana, y se encontró con Matthew al otro lado de la puerta. Se escondió detrás de la puerta antes que la viera, y sintió como los colores iban y venían de su rostro, estaba nerviosa y fue cuando recordó que andaba en toalla… ella sabía que apenas faltaban unas horas para verse. Se aclaró la garganta.

-       ¿Quién es?

-       Kelly, soy Matthew.

-       No te esperaba todavía, dame unos minutos.

Subió corriendo a su habitación y se puso un pantalón corto hasta las pantorrillas y una camiseta amarilla, luego volvió y abrió la puerta, encontrándose con un Matthew serio y sorprendido. Andaba vestido con unos pantalones, una camisa polo azul, y unos zapatos deportivos. Se veía casual y agradable.

-       Buenos días.

-       Buenos días.

Ella se apartó para dejarlo pasar, y cerró la puerta. Un silencio extraño hubo en el aire, ambos se sintieron incómodos y no se miraban a los ojos.

-       Perdón por lo de ayer. Solo no fue un buen día, discúlpame.

-       Olvídalo. Entonces, ¿te irás así?

Ella vio lo que andaba puesta de nuevo, como si lo hubiera olvidado.

-       Mi idea no era esa, es que acababa de bañarme cuando oí tu voz y me puse lo primero que encontré, ¿me das unos minutos?

-       Tranquila, aun no nos vamos. Solo que según tu mensaje podíamos pasar todo el día juntos. ¿Y tu mamá?

-       No está, anda de viaje.

Y de nuevo el silencio incómodo. Estar parados ahí durante unos minutos, sin verse a los ojos, sin dirigirse una palabra, hizo que Kelly recordaba que tarde o temprano le dolerían las piernas, así que lo pasó a la sala y le ofreció algo de tomar, así que fue a traer un poco más de jugo de naranja.

Cuando ella se dio la vuelta, él le jaló de la mano y la abrazó. El primer abrazo en todo el largo tiempo que habían tenido para conocerse, él empezó a jugar con su cabello mojado y cuando se detuvo, ella levantó la cabeza y le vio a los ojos, sonrojada.

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2014 ⏰

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