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ACTO UNO💫 CAPÍTULOTRECE ALHENA Y LA GRAN DUDA
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Si no hubiera sido porque Alhena sentía que sus nervios harían cortocircuito debido a la situación en que se encontraban, hubiera reído, porque definitivamente aquel era el grupo más extraño en el que ella había estado; y eso es mucho decir tomando en cuenta quienes componían su familia.
Hermione y ella cerraban la formación que iba con Crookshanks como cabeza; su padre, Ron y Pettigrew seguían al gato y luego venía Sirius que llevaba a Snape flotando, con Harry y Sam por detrás, y finalmente ellas.
Pero para sorpresa de ella los aires estaban tensos sólo en el comienzo de la fila debido a la presencia de Pettigrew, porque, por otro lado, por donde iban Sam, Sirius y Harry, la adulta reía y lo hacía con su viejo amigo, quien golpeaba a propósito a Snape contra cualquier cosa.
—Quizás se le pase lo idiota —dijo Black.
—Sirius —respondió Sam, entre risas.
Luego de ayudar a Remus, Ron y Pettigrew a entrar por el túnel, ellos siguieron a través del pasadizo. Sam ayudaba a Sirius con Snape ahora, y Hermione y Alhena se mantenían en silencio.
Alhena la miró algo sorprendida y soltó una risita.
—¿En serio? Debes estar bromeando, Hermione —rió. La castaña negó—. Creí que era bastante obvio; mi mamá es morena tiene cabello y ojos oscuros; mi papá...
—Bueno, eres metamorfomaga —señaló—. Quizás el rubio no es tu color natural, al igual que el de tus ojos...
—Así como me ves ahora, soy en realidad —explicó ella—. Rubia y de ojos grises. Las tonalidades cambian según mis emociones.
—El verde demuestra tu enojo.
Alhena rió y abrazó a Hermione por los hombro susurrándole que serían grandes amigas, a lo que la castaña rió para seguir avanzando por el túnel.